Jálale la cola al Diablo

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La melodía de la pequeña caja de madera envolvía todo el ambiente, uno podía sentir el alivio que provocaba oír cada nota musical, uno podía sentir todo el estrés y frustración abandonar su cuerpo y dejando atrás una mente más tranquila y un cuerpo más aliviado. Eso era lo que uno necesitaba, Paz... tranquilidad, un breve momento de relajación. La música, uno de los medios de expresión más hermosos que el arte pudo haber creado, su poder aplicado en el ámbito psico somático era sorprendente. Por breves instantes se pensó que caerían dormidas debido a la melodía arrulladora, una breve canción de cuna, sencilla pero hermosa....

De acuerdo, eso fue todo por hoy. Dijo Daniel, mientras cerraba la caja de música que estaba en la mesa en su pequeña sala de reuniones en su cuarto.

– Vamos dude, solo un rato más. –

– Si... *Yawn* ...era una bonita canción... – Lola hacia su mejor esfuerzo por mantenerse despierta, tambaleándose encima de su gemela Lana, la melodía surtió mejor efecto en ella de lo que esperaba.

Niñas, se están durmiendo... ya es hora de dejarlas en sus camas, mañana podrán seguir escuchándola. Lola y Lana se reusaban a dejar la habitación, pero estaban muy adormecidas por la melodía como para reusarse.

¿Leni podrías...? Leni se encontraba dormida en su asiento, haciendo leves sonidos semejantes a ronquidos, no sería de mucha ayuda en este momento.

– Yo me encargo dude. –

Con algo de esfuerzo, Luna logro cargar a Leni fuera de la habitación, mientras Daniel hacia lo mismo con las gemelas. Eran alrededor de las siete de la noche, Daniel había propuesto desde hace unos días que quien se sintiera "tensa", que tomara una breve sesión de música relajante con él, esto a consecuencia de ciertos acontecimientos.

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– ¡LENI!, !¿COMPRASTE LOS MISMOS ZAPATOS QUE YO¡? –

– ¡NO, TU COMPRASTE LOS MISMOS ZAPATOS QUE YO! –

– ¡VAS A DEVOLVERLOS AHORA MISMO! –

– ¡PERO CLARO QUE NO! –

Desde el sillón de la sala, contemplaba como Lori y Leni estaban teniendo otra discusión debido a que compraron los mismos zapatos en el centro comercial. Me parecía algo trivial el que pelearan por el hecho de usar la misma indumentaria, yo por ejemplo solo tengo tres estilos diferentes de ropa, al igual que Einstein, tengo vestimenta que son similares, asique no tengo que preocuparme por que ponerme, al fin y al cabo, todo es de color negro. Pero tal parece para ellas era cuestión de honor.

Mientras, desde la cocina podía oír otra discusión, esta vez entre Lala y Lola, al parecer Lola dejo un dulce en el refrigerador, el cual Lana termino por comerse, el ruido emanado por los gritos de las gemelas era ensordecedor.

¿Es normal que discutan de esta forma?

– Mas de lo que crees, te acostumbraras pronto. – Dijo Lincoln sin dejar de leer su comic.

No lo sé, ¿no crees que deberíamos hacer algo al respecto?

– NOOOOOOOO, no, no, no, es mejor no intervenir, créeme ellas podrán solucionar sus problemas solas... protocolo de hermanas. –

Protocolo de hermanas... claro...

Lincoln ya debería saber que no se me da lo de ser espectador, detesto ver problemas alrededor impidiéndome convivir en paz, sabiendo que podría ayudar. Algo se me debe de ocurrir, esta familia no puede seguir con este nivel de tensión, o acabaran enloqueciendo, deberían relajarse un poco, deberían... idea...

Déjalo morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora