Daniel el cuentista: Bate irrompible

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QUE ONDA RAZA?!

Después de casi mil años, por fin actualizo por aquí.

y si, lamento mucho la espera, pero es que desde hace ya como un mes que estaba en la escuela y eran exámenes y wea, pero en fin.

He actualizado la historia que les debía desde hace mucho y aquí esta, espero y les satisfaga, hasta otra.

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Daniel arrojo la espada a un montículo de ropa en un rincón cerca suyo, y continuo con su búsqueda. Algo era, ¿pero qué?, era un objeto físico, si, era no muy grande... y... iba a hacer algo con el... ¡sí era eso!... ¿pero para qué?

– ¡DANIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEL! –

Tal alarido, que pudo haberse escuchado por toda la casa, solo podría presagiar un huracán que arrasaría con todo lo que alguna vez quisiste en esta vida.

– ¡Daniel!, ¡Hay que ir a practicar! – sip, estos eran días obscuros para él.

– Daniel, ¿Dónde estás? – Exclamo Lynn mientras buscaba con la vista al muchacho castaño por toda la habitación.

Estoy dentro del ominoso armario incrustado en la pared.Respondió, a sabiendas que de todos modos ella entraría a verlo.

– Wow, ¿este es tu armario? – Dijo, mientras se maravillaba con las estanterías, anaqueles, vitrinas y cosas en él suelo. – Es gigantesco, y bastante desordenado, ¿de dónde sacaste todo esto? –

Por allí, por allá, de muy lejos, de muy cerca, del mercado negro, del de pulgas... La mayoría son recuerdos que he adquirido y o (Probablemente) robado durante años.

– Pues, parece un basurero. –

Daniel observo a Lynn con una sonrisa forzada que no molestaba en disimular su más que obvia molestia.

Mínimo podrías fingir algo de respeto hacia mí, o a mis cosas.

– Si, tal vez... Oye, Lana volvió el patio trasero en todo un lodazal, es perfecto para practicar soccer. – Exclamo eufórica, pensando en el partido que se podría jugar en ese glorioso y lodoso campo.

En cambio, Daniel no se veía muy emocionado que digamos. créeme, nada me gustaría más que ser, humillado, enlodado, aplastado y ser destruido tanto física como psicológicamente en un partido de soccer a merced de tus frías e inmisericordes manos... pero estoy ocupado.

– Vamos, ¿Qué puede ser más importante que un partido amistoso? –

Mi no tan valiosa integridad física, y que estoy buscando algo.

– ¿Y qué es? –

Ese es el problema, no me acuerdo, entre a mi armario en busca de algo y al instante se me olvido de que era, y estoy así desde la mañana.

– Con todo este desastre, ¿Cómo esperas encontrar algo? – Lynn rebuscaba curiosa dentro de una caja que se hallaba en el piso. – Eh, no sabía que tenías tarjetas de beisbol. –

Si no vas a ayudarme te pido por favor no toques mis cosas, tengo un muy complejo sistema de acomodamiento de cada artículo en esta habitación, es un sistema que solo yo entiendo y que sí mueven, aunque sea la más mínima cosa...

– ¡Eh!, ¿es tuyo este bate de aquí? –

Daniel se dio la vuelta y ahí vio a Lynn, sujetando un bate de madera algo desgastado entre las manos, con una tira de cuero roja descolorida en el mango.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2018 ⏰

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