Capítulo 24

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***Elsa***

No recuerdo en qué momento podía sentir la mano de Jackson tomando la mía desde los asientos traseros del auto de Hiccup.

-Maneja con cuidado –Le decía Merida a Hiccup.

-Disculpa que quiera llegar a tiempo al hospital.

-Si sigues manejando así nos mataras a todos.

No podía seguir escuchando, de todo a mi alrededor, sólo podía concentrarme en mi ardiente dolor. Hasta llegar a punto de desvanecerme.

-No, no – Escuchaba la voz de Jackson – Vamos despierta linda.

Su mano removía mi cabeza con delicadeza, abrí los ojos lentamente y al parecer ya estábamos frente al mismo hospital.

Jack estaba hincado para verme a los ojos.

-¿Ya....-Iba a hablar pero un gruñido de dolor me interrumpe. Podía sentir cómo mi bebé hacía más presión hacia abajo.

-Hiccup –Jack le ordenó cuando se levantó con fuerza con sus estructuras.

Hiccp llegó, abrazó por detrás mi espalda y me puso en pie. Casi no podía mantenerme, el castaño era quien me hacía avanzar, pero en cuanto unas enfermeras y enfermeros nos miraron corrieron con una silla de ruedas.

-Está a dar a luz –Dijo Merida a la señorita.

-¿Usted es el padre? –Dijo el enfermero a Hiccup.

-Yo soy el padre –Dijo Jackson.

El enfermero miró cómo venía en muletillas metálicas.

-¿Cree poder asistir? Estaríamos en trabajo de parto y no sabremos cuánto dure ¿Cree poder aguantar?

Jackson me miró con comprensión.

-Claro que sí –Contestó – No siempre soy padre la primera vez.

-Perfecto, andando.

El enfermero me empujó entonces, lo último que miré fue cómo Merida e Hiccup se quedaron parados en la puerta escuchando las siguientes indicaciones de la enfermera.

-Muy bien señorita ¿Cómo se llama? –Me dijo el enfermero.

-Soy Elsa.

-Elsa, que bonito nombre ¿Sabe? Ese era nombre de una reina.

Cruzamos al elevador, Jackson quedó a mi lado con su mano en mi hombro.

-Bien Elsa, quiero que por favor inhale y exhale suavemente.

Comencé a la par con el enfermero, inhalábamos y exhalábamos los dos al mismo tiempo. Después las puertas se abrieron, me dijo que continuara a pesar de cualquier cosa.

-Tenemos a una señorita en trabajo de parto –Dijo el enfermero al avanzar, entonces una doctora, del lado contrario al pasillo, llegó caminando con velocidad.

-Por aquí –Dijo y nos encaminó a un área.

-Joven – Una enfermera detuvo a Jack – Ocupamos que se coloqué estas prendas para entrar.

Después al entrar a una gran habitación, el enfermero me ayudó a ponerme en la camilla junto a otros.

-¿Cómo se llama? –Me dijo la doctora.

-Elsa.

-Elsa, que lindo nombre, dígame ¿Es su primer hijo?

-Sí.

-Vaya, todo esto te ha de hacer sentir horrores –Dijo con una sonrisa amable.

-Si, algo.

-Bien Elsa, comenzaremos, ocupo que estés relajada, sé que suena difícil e imposible a base de todo su dolor, pero necesitamos que usted como su bebé se relajen para hacer de esto más pronto ¿Bien?

Entonces asentí.

La doctora me continuaba hablando para relajarme, todo en espera de las enfermeras y de los utensilios de trabajos, después de unos minutos, Jackson apareció vestido como los enfermeros, sobre esa ropa, se asomaban sus muletillas.

-Usted debe ser el padre, mucho gusto –Ambos se saludaron.

Entonces todo comenzó a surgir con rapidez.

Las enfermeras me vistieron rápido con una tela de enfermería, me recostaron mientras la doctora y otros se acomodaban al final de la camilla.

-Tranquila Elsa, estoy aquí – Dijo Jack al tomar mi mano –No pienso dejarte sola.

Esa frase, esos ojos azulados suyos, todo ese momento me recordaron a la noche que ocasionó todos estos 9 meses.

L noche en que Jack estaba pegado a mi cuerpo, en el momento en que desperté y no había nadie en su habitación. Había despertado asustada, sin saber nada.

Entonces Jackson había aparecido por la puerta de su baño.

-Creí que te habías ido –Dije penosa.

-Es mi casa –Sonrío de lado – Y aparte no pienso dejarte sola.

Ese recuero había revivido ese momento.

Sonreí pero entonces comencé a hacer fuerzas cuando sentía a mi bebé queriendo salir.

-Bien hecho Elsa – Dijo la doctora – Empezaste bien.

Sentía demasiada presión, Jackson nunca paró de sostener mi mano.

-Doctora –Dije con mucho cansancio y dolor – Creo, creo que me estoy desmayando.

-No, no, no, no, no, no, no – Todo me comenzaron a animar para no dormirme.

-Necesitamos que estes despierta –Dijo na enfermera –Ya falta poco.

Entonces comenzaba a hacer más fuerzas.

El sudor de mi frente caía hasta mi barbilla, ya no sentía mucha fuerza, la anestesia que habían colocado en mí parecía extenderse a todo mi cuerpo.

-No.......No creo aguantar –Murmuré a Jackson quien miraba a la doctora.

-Niña –Jack me miró sonriente – Creo que por que ya no hay que seguir aguantando.

En cuanto dijo eso, escuche el melodioso llanto de mi niña.


Amor Inesperado. Jelsa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora