Sonrió con cortesía a sus nuevos invitados y charló con ellos un momento para ir con los siguientes. No se había sentado desde hace dos horas, una de las desventajas de ser un anfitrión.
Casi gruñe molesto cuando una pareja se acercó a él preguntando sobre su familia, Tom no sabía porqué preguntaban eso, ¡ni los conocía! Gente interesada. Eso pasa cuando eres director y dueño de una compañía que ya había cumplido otro año más de existencia.
Se separó de la pareja después de una educada excusa. ¿Sería buena idea esconderse en la cocina? Sería una posibilidad muy apetecible, pero desgraciadamente se debía quedar a recibir a todos y cada uno de los invitados.
—Señor Riddle —saludó Lucius detrás de él.
—Lucius, me alegro que hayas venido —saludó el pelinegro—, ¿vienes sin compañía?
—Oh, no. Mi hijo y su novio me acompañan —respondió moviendo la mano como si desechara una idea—. Espero que no te moleste, Draco insistió en venir y, junto a él, su novio. No entiendo qué maña tiene mi hijo con el joven Potter, siempre lo quiere a su lado y ni le hace caso.
Tom levantó una ceja. Así que no era el único en haberlo notado, ¿eh?
—¿Dónde se encuentran? —preguntó recorriendo toda la sala con fingido desinterés, hasta que los encontró del otro lado del lugar.
Draco Malfoy se encontraba hablando con un joven de su edad mientras sostenía una copa en su mano. Puso los ojos en blanco al ver cómo -nuevamente- ignoraba al azabache.
Miró a su amante y abrió los ojos con admiración, agradeció no haber abierto la boca. Harry se encontraba realmente hermoso, con un saco negro y una corbata verde, parado al lado del rubio platinado, quien portaba un saco blanco y hablaba con un castaño con mucho ánimo.
Harry sólo fingía sonreí.
—¿Te molesta si sigo saludando? —preguntó con respeto. Lucius simplemente se encogió de hombros mientras cambiaba de rumbo y se dirigía hacia una de las ventanas con unos compañeros de trabajo.
Ahí fue cuando Tom se permitió fruncir el ceño mirando al rubio, ¿cómo no podía darse cuenta de la sonrisa que tenía Harry? ¡Era obvio que no quería estar ahí! Le molestaba, y mucho, más cuando el profesor era ignorado cuando se veía tan jodidamente comible. No entendía a Draco Malfoy.
Se acercó a ellos guardando su enojo y sonriendo con cortesía. Al llegar a un lado del pequeño grupo -del cual sólo Harry había notado su presencia- tosió suavemente, llamando la atención de los otros dos individuos.
—Señor Riddle —saludó Draco sorprendido, el nombrado nunca se había acercado a saludarlo en ningún momento de su vida.
—Joven Malfoy, es un placer tenerlo aquí —comentó el mayor por protocolo—. También usted, joven Nott —el nombrado simplemente asintió sin importancia.
Draco abrió su boca como queriendo decir algo más, pero el ojiazul simplemente se adelantó y se acercó a Harry, sonriendo con amabilidad y verdadera alegría.
»Me alegro verte, joven Potter —susurró con calidez, haciendo reír al menor, quien se olvidó momentáneamente que se encontraba con su novio.
—Igualmente, señor Riddle —contestó sonriendo mientras Tom se movía para estar exactamente frente a él. Al diablo los demás, Harry era el único digno de estar a su lado en una fiesta como ésa.
—Se ve realmente bien —dijo casi ronroneando. Draco debía ser un estúpido si no lograba entender el indiscreto coqueteo que se filtraba entre ellos dos. Tom acercó una de sus manos al cabello del ojiverde y removió un mechón con cuidado, casi haciendo una mueca al notar la cicatriz escondida en maquillaje.
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El amante.
FanfictionAlgunas veces uno se cansa de ser el plato de segunda mesa, y Tom Riddle no está dispuesto a ser el segundo en la vida de Harry Potter. Los personajes pertenecen a la escritora J.K. Rowling. Temática chico x chico. Si nunca has leído este tipo de hi...