|| Cinco ||

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Los dos jóvenes se encontraban riendo mientras salían del restaurante, uno con el suéter del otro posado en sus hombros, protegiéndolo del frío que había en el exterior. El azabache se acercó todavía más al mayor y le besó con cariño sus labios, sin darle mucha importancia a las personas que llegaran a verlos.

—¿Te llevo a tu departamento? —preguntó casi en un ronroneó Tom mientras acorralaba al ojiverde contra su auto. El menor rió y negó con la cabeza, pasando sus brazos por los hombros del ojiazul.

—Prefiero ir a tu casa —contestó acercándose y besando los labios del magnate.

—¿No habrá ningún problema por no llegar a dormir con Malfoy, cariño? —susurró casi en un siseó lleno de lujuria, haciendo gemir al menor con tan sólo escucharlo— Juro que no te soltaré en toda la noche.

—Draco salió a beber con unos amigos —comentó acercándose al oído ajeno y lamiendo la parte exterior antes de morderla con suavidad—, usualmente eso implica que no llegará a dormir...

—¿No te gusta dormir solo? —en ese momento tuvo que hacer su cabeza para atrás, dejando que Harry bajara más sus besos y los repartiera por todo su cuello.

—No me gusta dormir sin ti —contestó levantando su mirada y enfrentándose a la ola azul de los ojos contrarios.

El corazón de Tom dio una salto emocionado, y vaya que -por primera vez- podía sentir realmente su corazón. Sonrió de manera salvaje.

En ese momento Harry sintió un jalón en sus entrañas, sin dejar de contener las ganar de tener a Tom amarrado abajo de su ombligo, tenerlo enterrado en lo más profundo de su ser.

A los dos no les importó estar en un lugar público, simplemente se besaron con ferocidad y deseo. Harry saltó dejándose agarrar por su amante, quien lo sujetó con firmeza cerca de su cuerpo, restregándose con desesperación uno encima del otro.

El menor soltó un gemido al sentir las frías manos de Tom adentrándose bajo su camisa y acariciándole la espalda con adoración. Sí, joder. Se sentía adorado, querido. Se sentía amado.

¿Quién se puede contener ante eso?

—Tom —jadeó cuando el mayor abrió la puerta del auto con desesperación y lo arrojó sobre el sillón del asiento trasero, poniéndose instantáneamente encima de él.

Eres hermoso, cariño —siseó en aquel idioma que su madre le había enseñado de pequeño. Tener a su profesor favorito acostado bajo él gimiendo su nombre lo encendía a niveles casi imposibles, a tal punto que no podía entender qué idioma hablaba.

Cariño —repitió Harry en el mismo idioma, mordiéndose el labio, dejando que el joven invadiera su cuello sin menor reproche—. Santo Dios, Tom...

Y Tom adoraba que Harry supiera hablar pársel, ¿cuántas personas en el mundo habían intentado aprender dicho idioma y no pudieron? Joder, su pequeño sí que era especial.

Eres mío, Harry —siseó en su oído empezando a bajar sus pantalones con rapidez. El nombrado simplemente asintió con la cabeza—. No importa lo que la sociedad piense, los dos sabemos que me perteneces tanto como yo te pertenezco a ti...

Y, de un momento a otro, los dos no tenían pantalón, el cual se encontraba tirado en el piso del auto. El sonrojo en las mejillas de Harry sólo hacía que la temperatura corporal del pelinegro subiera a niveles extraordinario, en ese momento se preguntó cómo era posible que siguieran vivos con una temperatura tan termófila.

Tom —volvió a gemir con adoración, agarrando del cabello al nombrado y elevándolo hacia sus labios para besarlo ferozmente.

El magnate no se hizo de rogar y le quitó los bóxers al menor, quien simplemente de volvió a enredar en sus piernas cuando estuvo en su plena gloria. Tom casi se derrite ante eso.

Te adoro, mi pequeño genio —susurró en su oído, quitándose el bóxer. Harry jadeó al sentir piel con piel—. Me encantas —besó su cuello—. Me fascinas —besó su mejilla—. Harry... —el menor dirigió su mirada verdosa al hermoso mar que representaban los ojos Tom—: Te amo —confesó, callando cualquier comentario con un beso en los labios.

El profesor simplemente pudo abrir su boca y dejarse hacer lo que el otro quisiera. Tom sonrió ante eso. Puede que el mini-Malfoy tenga las palabras de Harry, pero las acciones que le siguen a esas frases eran todas suyas, justo como en ese momento, teniendo al azabache en sus brazos, bajo suyo, en su poder, a segundos de convertirlo nuevamente de su propiedad, abriéndose completa y plenamente ante él, gritando un "te amo" ocultos en suspiros y jadeos armoniosos.

No podían negarlo, ya no. Estaban completamente rendidos ante el otro.

De un momento a otro estuvo dentro de su amante, y realmente amante. No había otra manera de decirlo, lo amaba, lo adoraba, ¿qué otra palabra podría usarla para definir lo que sentía? Ni las palabras más hermosas del diccionario se compraban con lo que Harry le hacía sentir.

Y adoraba esa sensación. Nunca había abierto su corazón, nunca había sentido amor, nunca había dado amor. Nunca amó ni amará como lo hace con Harry. Ese joven revoltoso era el único que merecía tales sentimientos, tales emociones.

Harry era el único que lo merecía y, a cierto punto, sentía que él se merecía a Harry.

♣ ♣ ♣ ♣

Lo intenté, sorry, no funcionó. Quise escribir lemon porque ustedes me lo han pedido en muchas historias y quería hacer este capítulo así, todo cachondo y eso... Pero, ¿qué les digo? Lo mío es el amor y la comprensión, mi estilo es tan Hufflepuff como mi casa:'v

Mal chiste, lo sé.

Les amoooooooo...
¿No se cansan de que se los diga? (?

El amante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora