Suspiró profundamente.
Ese día había sido realmente agotador, la mayoría de sus alumnos no dejaban de hablar, gritar o correr... ¡correr! Tuvo que mandar a todo el salón a detención, eso sí que era un nuevo récord. Tal vez influía que ya casi salían de vacaciones, pero eso no implicaba que descuidaran sus estudios.
Gruñó por lo bajo y recogió sus cosas. Lo positivo de ese día era que no le tocaba cuidar la detención a él, se apiadaba de Hermione, pero no iba a hacer más por sus alumnos, ya había hecho suficiente al darles la clase libre para que se desahogaran por unos momentos... momentos que les costó esas dos horas de detención.
Se despidió de sus compañeros de trabajo y se encaminó a la salida, no quería estar más tiempo en ese manicomio... lo lamentable de salir de ese manicomio es que iría a otro: Gryffindor's industry. Sirius y los gemelos eran la suficiente razón para que ese lugar se convirtiera en un completo desastre de un día para otro. Algunas veces no entendía porqué le dio el cargo de Director a Sirius sabiendo que era un completo desastre.
Nota mental: No tomar decisiones apresuradas cuando Sirius está contemplado.
Salió del colegio lo más rápido posible, pero se quedó a medio camino al ver quién se encontraba parado en la entrada. Negó con la cabeza y salió sin darle mucha importancia, ¿qué más iba a hacer?
—Hey, hola —saludó sonriendo. El rubio correspondió la sonrisa.
—Hola, Harry.
—¿Qué haces aquí? —sí, la pregunta no era muy sutil, pero su mente no podía procesar más que esas tres palabras.
—Vine a verte —contestó Draco con caballerosidad—, espero que no haya algún problema.
—No, sólo... —dudó unos momentos— Me dirigía a Gryffindor...
—Podría acompañarte —se ofreció mordiendo su labio inferior—... Claro, si Tom va a venir a recogerte entonces será para la próxima, no quiero que tengas problemas porque... bueno, ya sabes...
Una pequeña risa lo calló, esa pequeña risa que lo tenía embobado desde el primer día que había conocido a Harry Potter, claro, la primera vez que la oyó no fue dirigida a él, pero eso bastó para que quisiera oírla todos los días de su vida.
—No te preocupes, Tom me recogerá en la oficina —contestó sonriendo—. Supongo que no vienes en auto, ¿verdad?
Draco simplemente asintió sin saber qué más hacer, su Harry siempre había sido tan bueno y amable... No, ya no era suyo. Era de Tom Riddle, no que odiara al magnate, para nada, siempre había sido un ejemplo a seguir y, ahora que le había traído la felicidad al rostro del ojiverde, ¿cómo podía odiarlo? Le debía un gran favor, pensándolo bien.
—¿Cómo te va en el trabajo? —preguntó el azabache tratando de no hacer más tensa la conversación.
—Bien, si te soy sincero —contestó Draco caminando al lado de su ex-pareja—. Baise ya admitió que le gusta Pansy, pero, bueno, Pansy es algo...
—Complicada —terminó Harry por él. Conociéndole, no dudaría que se le escapara algún insulto hacia la chica—. Me alegro que sea así, ¿y cómo está Lucius?
—No he hablado con él, tal parece que no le agradó mi comportamiento...
—Entiendo —susurró asintiendo.
Draco le miró por un largo momento, dejando que el silencio se apoderara de los dos de una manera extraña. El silencio no llegaba a ser uno incómodo, casi mortal, pero tampoco era cómodo, ya no se encontraba esa conexión que, sin importar la falta de sonido que tuvieran entre lo dos, decían más de mil palabras.
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El amante.
FanfictionAlgunas veces uno se cansa de ser el plato de segunda mesa, y Tom Riddle no está dispuesto a ser el segundo en la vida de Harry Potter. Los personajes pertenecen a la escritora J.K. Rowling. Temática chico x chico. Si nunca has leído este tipo de hi...