Capitulo 7: Miedo

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Mitad bestia, mitad maquina. Cual horrible era esa bestia. Pero nuestra protagonista no pensaba esto.

Elizabeth pensaba que debía guardar esas imagenes rapido si de verdad quería volver a su hogar y contarle todos esos sucesos a sus amigas, aunque primero debía salir viva de ahí.

Transcurridos los minutos mas largos de su vida, según Thomas, se arriesgaron a salir de su escondite para terminar su pequeño labor; su cometido lo lograron, pero un Penitente venía hacia ellos, por lo cual esperaron que no los prescenciaran al esconderse...grave error. Al doblar por el siguiente pasillo, un penitente se encontraba a unos dos metros de ellos. El miedo los invadió de manera instantánea.

--Corre. ¡Ya!

Sin decir mas, se echaron a correr de la manera mas veloz que supieron en el momento, sabían que de eso dependían sus vidas.

No todo obra para bien.

Al girar en unos de los pasadizos, se encontraron con un tercer penitente. Estaban acorralados. Elizabeth ya sabía que ocurriría, la emoción la invadió.

--¿Que hacemos ahora?

*Tengo una idea. Sigueme la corriente.

--Entendido.

Dicho esto ambos corrieron contra los penitentes, apoyándose Thomas en su pie izquierdo para saltar a la derecha; Elizabeth se apoyó en su pie derecho y saltó a la izquierda, logrando así que no se cruzaran con los penitentes ni entre ellos.

Ya "a salvo", siguieron corriendo sin hacer pausa alguna, aun si estuvieran exhaustos, reconocían que eso podría costarles mucho.

Corrieron alrededor de tres pasadizos mas, hasta que algo o alguien los tomó de los brazos para desviarlos de su ruta original.

--¡Siganme!-ordenó Minho sin detenerse. Acto seguido, ambos chicos y chica se encontraban huyendo de los penitentes.

Minho sabe muy bien lo que hace,concluyó la joven mientras observaba como el asiático giraba sin ni siquiera inmutarse en pensar si era el camino correcto. Por eso es un corredor.

Después de correr por mucho tiempo, y sentir que sus cuerpos ya no podían más, llegaron a un lugar el cual Elizabeth tardó en reconocer: el Acantilado; la emoción volvió a invadir el cuerpo de Liz, no quería olvidar ese día.

*¿Te encuentras bien?

--Claro, unos penitentes nos quieren matar, ¿Porque no estaría bien?

*Tal vez porque no quitas esa sonrisa de tu rostro a pesar de que unos penitentes nos quieren matar y estamos en una especie de acantilado...

Al oir tales palabras, la joven esfumó su sonrisa para poner un semblante serio sin hacer esfuerzo alguno.

Es como actuar.

Antes de que pudiera descansar al cien por ciento, los tres se posicionaron para realizar su "enfrentamiento" contra esos engendros, listos para atacar.

--¡Debemos estar sincronizados!-exclamó Minho queriendo que su voz resonara, sin mucho éxito; los sonidos ensordecedores de los penitentes ahogaban sus gritos- ¿Listos?

--¡Si!-gritó Elizabeth con todas sus fuerzas.

--No-murmuró Thomas, temiendo que alguien lo oyera.

--¡Ahora!- ordenaron Elizabeth y Minho de manera sincronizada.

Acto seguido, los tres saltaron en direcciones opuestas, siendo Elizabeth la mas tonta y arriesgada al saltar por encima de un penitente y empujarlo con las pocas fuerzas que le quedaban al borde del acantilado, logrando que, de manera casi inmediata, cayera al vacío.

Thomas y Minho cayeron contra los muros, mientras que la joven castaña rodó por el suelo, ganándose unos rasguños como recompensa. Segundos después, los tres se encontraban presenciando como los tres penitentes restantes caían a su inminente "muerte"; el tercero parecía querer pelear aun, sus brazos se seguían sosteniendo del borde del acantilado.

--Terminen lo que empezaron por favor, ya no tengo fuerzas...

*Con gusto.

Entre miradas de complicidad, Minho y Thomas se lanzaron en contra del penitente y con un impulso, evitaron el caer con él.

Las fuerzas de Thomas se agotaron por completo en ese segundo, queria olvidar todo; unos brazos rodearon su pecho: aquella castaña lo abrazó por detrás.

--Todo acabo.-dijo la joven para ubicarse frente a él- por ahora...

En el instante en que terminó de hablar, Thomas la abrazó y ocultó su rostro en su cuello. Las lágrimas no tardaron en aparecer en el rostro del joven.

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Transcurrió media hora. Thomas ya se había tranquilizado, pero algo lo tenía intranquilo.

--Tranquilizate, no le contará a nadie sobre tu llanto.

*¿Como puedes hacer esto tan facilmente? Me duele muchisimo la cabeza con tan solo hacerlo.

--No sé...solo lo hago, es extraño...antes de esto yo no podía...

La joven se sintió mareada por unos segundos, sin duda estaba mal; cansancio, alegría e incertidumbre son las cosas que carcomen a nuestra joven castaña. Hasta que simplemente cede a caer en los brazos de Morfeo.

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--¡Baja de ahi!- se oía gritar a un niño de aproximadamente ocho años- ¡Mamá ya preparó la cena y quiere que vayas!

--¡Ya voy!- gritó una Elizabeth de escasos siete años desde la punta de un árbol- Ahorita bajo.

De repente todo se distorcionó. Alterándose. Ubicándola, posiblemente, unos meses después.

Calor. Es lo que más sentía en aquella piel que percibía ser ajena. Calor.

--No te vayas...-pedía la niña mientras abrazaba a ese mismo niño indescriptible- por favor no...

--Tu también te irás a un mejor lugar, Lizzie- señaló el niño limpiando las gotas saladas que surcaban en las mejillas rosadas de la pequeña castaña- vivirás feliz y sana, yo ayudaré a que eso suceda, lo haré por ti y por mami, si?

--Si...-dijo desanimada.

De nuevo, todo se oscureció.

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Sentía una constante molestia en los ojos la cual, por inercia, deseó quitarse con las manos, pero solo la hizo reaccionar. Ya en sus sentidos, se dio cuenta de un dato muy importante: estaba en la Finca.

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Poco a poco su memoria vuelve!! ¿Quien creen que sea ese niño? ¿Que parentesco creen que tengan?
Espero y les guste el rumbo que esta historia está tomando n.n sin mas que decir, nos leemos en otra ocasión.

Shana2503 Fuera!

𝙼𝚊𝚣𝚎 𝚁𝚞𝚗𝚗𝚎𝚛: 𝙼𝚘𝚛𝚒𝚛 𝚙𝚘𝚛 𝙰𝚖𝚘𝚛 (𝙽𝚎𝚠𝚝𝚖𝚊𝚜)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora