Perfect Illusion | Jesse Rutherford - The NBHD

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Camino por la vereda después de haber tenido la última entrevista en el día de hoy. Decidí, luego de debatirme demasiado, buscar un trabajo mejor donde no tenga que estar dejando mi cuerpo exhausto debido al trabajo físico que hago. Llevé currículos a todas las tiendas del centro comercial y a dos o tres que hay por las avenidas del mismo.

Hace cuatro días que tomé la borrachera más perra de mi vida y tengo por seguro que jamás volveré a beber de esa manera. Al menos no amanecí como quería, en las cunetas, pero al menos Jesse me dejó en mi cama y lo agradezco porque no me hubiera gustado amanecer en una cuneta como quería. Y mucho menos haber amanecido en su casa o apartamento, hubiera sido incomodo.

Realmente agradezco que hubiera vomitado allí porque no quería continuar hablando con él y teniendo aquella conversación, necesitaba escabullirme y el desmayarme funcionó bastante bien.

—Puedo pasar por tu casa un rato o bien que nos podemos encontrar en la cafetería de siempre — dice Lila a través de la otra línea.

—Cafetería — le digo — Ni si quiera sabes donde vivo.

Ella suelta una risa bastante divertida.

—Eso es cierto — contesta.

—Estoy tomando el bus, te veo allí.

Efectivamente entro en el bus luego de haber caminado hasta la parada. Mientras tanto tonteo con el sobreviviente de mi celular durante el trayecto. Un mensaje de un número que no conozco entra.

«Solamente una cita es lo que te pido. —J»

El aire se va de mis pulmones al ver la inicial. ¿Qué coño...

De inmediato mis nervios se ponen a flor de piel. Mis manos tiemblan solo de haber leído ese mensaje. ¿Quiere una cita? Já. Claro que sí que la va a querer si debe de tener un cargo de conciencia enorme. Lo hice sentir un poco mal, lo imagino y también  supongo que lo hice pensar.

Bloqueo el celular sin contestarle algo en concreto. No pienso tener una cita con ese hombre aunque muy en el fondo me muera por ir, pero no quiero ir para complacerlo a él y mucho menos por complacerme a mí misma. Siento que lo que hace es por pena y como siempre he pensado no me gusta que la gente sienta pena por mí. Lo odio.

Una llamada me hace salir de mi transe y darme cuenta de que la parada en la que estoy es en la debo de bajarme. Tomo la llamada mientras me levanto presionando el botón de stop y corro hasta la puerta trasera sin tocar a nadie en el camino. Me repugna tocar a la gente.

—Habla con Axel Congwell — digo lo más formal que puedo mientras camino por la vereda. Quizás y puede ser alguna personas que tengan que ver con los currículos que entregué.

—Buenas tardes. Con usted deseo hablar señorita Congwell — una mujer bastante elegante supongo, habla por la otra línea. Jamás había escuchado esa voz — Estoy llamándola relacionado con el currículo que ha dejado para la vacante en el Mercado Super One.

Efectivamente. Es para una entrevista... o eso espero.

—Tiene que venir a las cuatro y media de la tarde de hoy para la entrevista. Espero verla aquí. Linda tarde. — ni siquiera me deja hablar, me cuelga. Que mal agente de recursos humanos es. Miro el celular mientras siento como mi corazón late acelerado.

—Por el Rock — musito bajo mientras apretujo el celular en mi pecho. Estoy muy emocionada. Camino hasta la cafetería que no queda muy lejos y en cuanto pongo un pie, quisiera salir corriendo.

Hay un bullicio dentro de esta y la gente está en circulo solo en un mismo lugar, mirando algo que al parecer es magnifico para ellos. Hay gente gritando y puedo apreciar los flashes de las cámaras parpadear a mil por cien. Busco a Lila con la vista y no la encuentro, me paseo entre las personas para encontrarla. No puedo quedarme mucho rato por aquí, necesito tomar el café y salir volando para el Mercado donde debo de tener la entrevista. Son las dos, pero el bus es un caso aparte para tomarlo.