Había terminado por amarrar mi cabello. El calor estaba infernal o al menos para mí que no había parado de bailar en ningún instante. El sudor bajaba por mi sien, cuello y espalda. Definitivamente necesitaba tomar agua y era una lástima porque no quería gastar mi dinero en ello. Pero realmente necesitaba hidratarme, ya he perdido demasiadas calorías como para no hacerlo.
Esto era todo el tiempo igual. Una vez que comenzaba, no podía detenerme, había algo que me lo impedía y eso era la melodía de la música entrar por mis poros. Jamás, cuando vivía en Chicago, me imaginé esto. Nunca llegué a visualizarme de esta manera y es que en mi mente para aquel tiempo, no cabía este tipo de pensamientos; era solo trabajo, mantener mi casa, limpiar y más trabajo. Nada más. A veces me preguntaba qué adolecente de diecisiete años estudiaba y trabajaba a la vez sin siquiera tener un plato para comer, sin siquiera tener un buen trato en el hogar. Lo único que me motivaba ir al colegio era el poder desayunar y almorzar de gratis en el comedor, y aunque no lo crea, me encantaba tomar clases para aprender lecciones nueva. Yo sí quería ser alguien en la vida, pero no todo lo que sueñas se te cumple. Como dicen por ahí: soñar no cuesta nada.
—Wop — escucho en mi oído derecho el pequeño grito que ha hecho él cerca de ahí. Me sobresalto intentando no hacerlo en el trayecto.
Tiene una sonrisa enorme —como de costumbre — en su rostro. Todavía viene sin camisa, cosa que me hace escrutarlo en disimulo. Esto tampoco lo imaginé, el tener a Jesse Rutherford sin camisa a centímetro de mí. Claro que no lo hice. ¿Quién se lo imaginaría?
—Te vi bailar, lo haces muy bien — me observa directamente a los ojos sin siquiera pestañear — Y acabo de confirmar que estás muy, pero muy sudada como lo imaginé — saca la mano de un lado de su cuerpo y la pasa por mi frente, limpiando mi sudor. Su piel está caliente y el tacto es suave. No sé qué quiere ganar con esto, pero si el objetivo es crisparme la piel, lo ha conseguido.
—No me toques — le hablo, pero me contradigo con las acciones. No trato nada, ni si quiera apartarme de él.
—Jamás imaginé el tenerte tan cerca — susurra con su mano en mi mejilla — A esa chica que jamás se perdía los conciertos nuestros; aquella que sin importar qué, bailaba al ritmo de la música.
—¿Me veías bailar? — esta vez me tocó preguntar con las mejillas encendidas. ¿Cómo era posible eso, que él se percatara de mi presencia en sus conciertos? — ¿Dónde fue la primera vez que me viste bailar?
—Diamond Sport Bar.
Me sorprende su contestación porque puede que sea verdad. Hace más de un año que no piso aquella estancia y él o ellos, tampoco. Que conste que solo visito esos lugares para deleitarme con ellos, nada más. Lo que me ha llevado a saber qué es lo que encontraré y dejaré de hacerlo en el transcurso. En mis tantas salidas persiguiéndoles, jamás he tenido un problema con alguien. Sé perfectamente cómo es el ambiente y lo que se trabaja dentro de esos bares, pero no me preocupa porque al fin y al cabo, eso no es asunto mío y después que eso no me involucre a mí, no tengo nada que opinar ni objetar.
—¿Cómo sabes que soy yo, la misma chica que crees haber visto en ese bar?
—Nena, esos movimientos son inconfundibles. Sabes cómo poner loco a cualquiera — me contesta y otra vez siento mis humildes mejillas encenderse de inmediato.
—Pareces un hostigador diciendo eso, te pido espacio personal. — toco su pecho para alejarlo o al menos intentarlo, pero al segundo de hacerlo me arrepiento. Su piel tatuada está suave y levemente sudada, un escalofrío recorre mi cuerpo de pies a cabeza al sentir eso. Me siento cohibida en estas cosas tan desconocidas para mí.
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Perfect Illusion | Jesse Rutherford - The NBHD
FanficUn fanfic. Una banda. The Neighbourhood. 〰〰〰〰〰〰〰 No había lugar que no visitara ni momento que se perdiera aquella música. Ella escuchaba, rockeaba y bailaba hasta que su cuerpo no aguantaba más. No dejaba oportunidad de apreciar aquella música q...