Maratón 1/2
Me sentía extraña visitando la cafetería que usualmente visitaba cuando trabajaba de doble. Un café estaba bebiendo y aunque prefería un té en estos momentos, Lila había ordenado dos cafés con unas rodajitas de pan integral negro.
—No puedo creer que estés embarazada. Es decir, la última vez que te vi te veías tan diferente, no se te veía ese aire de felicidad. Te llamé el millón de veces para comunicarme contigo, pero no me devolviste las llamadas. Quería buscarte, saber de ti, pero ni siquiera sé donde vives. Me sentí muy mal y preocupada por ti, pero me alegro un montón que estés bien y feliz.
Tomo un bocado de papas fritas con pollo mientras continúo escuchando lo que habla Lila. Hace mucho que no sabia de ella y la verdad es que me sentía como una hija de la gran puta por no comunicarme, pero lo menos que quería hacer era dar señales de vida. Todo me apestaba. Incluso, respirar me apestaba.
—Rutherford — dije interrumpiéndole — Jesse Rutherford es el padre del bebé y mi novio.
Ella que estaba masticando un panecillo, se quedo a mitad de la acción.
—¿El cantante?
—El mismo.
—¿Qué? ¿Cómo?
—Una noche, solo una noche bastó — dije sonriente dándole un sorbo a la limonada.
Comencé a observar todo a mi alrededor. Habían muchos jóvenes comiendo aquí, la mayoría de ellos con uniforme de alguna escuela o instituto que hubiese cerca.
Un televisor estaba encendido en una pared que apesar de que se encontraba lejos, estaba a un volumen que podía escucharle. Al parecer las temperaturas van a estar en su nivel más bajo en las historia debido a una ola de frente frío. ¡Qué bien! No íbamos a poder salir sin siquiera ponernos un buen abrigo. A pesar de que estábamos en febrero, estaba haciendo frío. Los días estaban lluviosos y hoy era uno de ellos.
—¿Ya sabes lo que son?
—Sí. Una niña y un niño — le contesté feliz. Ser mamá no era lo que quería en la vida, más sin embargo es lo mejor que me ha pasado — Siete meses es lo que tengo.
—Awwn, ¿puedo acariciarte la barriga?
—¡Claro!
Se levantó de su lado y se sentó en el mio. Acarició lentamente mi panza, dandome una sensación de placer y no de un placer sexual. Me gustaba que sobaran mi barriga y eso Jesse lo sabía muy bien. En las noches se dedicaba a hacerlo y también le hablaba al bebé. Es algo que disfruto todo el tiempo, me encanta verlo y escucharle hablar a los pequeños.
—Hola — contesté el celular ya que una llamada de mi querido novio había entrado.
—Linda, ¿qué estás haciendo? — la profunda, pero encantadora voz de Jesse se escuchaba al otro lado de la linea.
—Nada con una amiga, y ¿tu? ¿Dónde estás?
—Marcos está cerca de ti para lo que necesites Xelly. Yo estoy en Florida un momento con los chicos, llego en la madrugada.
—¿Por qué no me dijiste nada? — cambio de vista porque al mirar a Lila a los ojos siento que me está inspeccionando.
—Te lo dije ayer, estabas media dormida.
—Pues no me dijiste nada entonces, porque si no estoy en mis cinco sentidos, no pretendas que recuerde algo. Pero está bien mi amor, ya voy para la casa. Te espero, okey. Llega bien, te amo.
—Te amo también y a los pequeños.
—No lo dudo — le contesto — Adiós.
Cuelgo la llamada y centro mi atención en Lila quien me observa de una manera que me dan ganas de golpearla.
—Santisimo Jesus, que baje del cielo a ver esto. No puedo creer que le hayas dicho "te amo". Esta no es la Xelly que dejé de ver hace siete meses.
—Para que veas que las cosas cambian... algunas veces para bien, pero otras para mal. Gracias y cambie para bien — le dije — ¿Sabes? Antes me sentía tan miserable, tan poca cosa para el mundo. La vida que me tocó vivir desde pequeña era miserable, vi a mi padre suicidarse, a mi madre acostarse con cuanto hombre había, visualizaba cómo se drogaba, como fumaba. Nunca la considere una madre, no se acostaba con hombres para poder darme algo de comer — suelto una risa sarcástica — Al contrario, yo tenía que escalvar para poder tener un trozo de comida en días — sonreí melancólica — Siempre estuve sola, encerrada en mi propio mundo porque así mi madre me hizo... pero le doy gracias a lo que sea, a Dios si existe, al universo, al mundo a Jesse, quizás por embarazarme porque me he dado cuenta que no quiero ser igual de miserable que cuando estaba en Chicago, ni cuando trabajaba y no estaba embarazada. Estos pequeños me han cambiado la vida, han cambiado la forma en la que visualizo todo. Y he aprendido que jamás, jamás un niño tiene que vivir lo que viví yo. Me siento bien, estoy bien y es por eso Lila que quiero dejarte saber que mis hijos son tus sobrinos y te pido una disculpa por haberme desaparecido aquella vez en el club. Eres la única persona que estuvo para mi en esos momentos de soledad que aunque yo no veía eso, tu siempre te preocupabas por mi, por esta hija de puta que se ha dado cuenta que te tiene un aprecio.
La vi sonreír con lágrimas en sus ojos. Yo siempre he sido sincera y debo de admitir que Lila siempre se ha portado muy bien conmigo. Se preocupaba porque comiera, porque estuviera bien.
—Sé el gran corazón que tiene Axel y sé que serás la mejor mamá del universo — envolvió sus manos en mi cuerpo apretándome fuerte tan fuerte que temí por mis bebes —de manera divertida—.
—Tengo un guardaespaldas velándome y quiero ir a casa. Podemos tener un día de chicas como sé que te gustan a ti y como jamás he permitido que hayan.
—¡Claro! Será un placer tener un MovieAfternoon — dejamos salir las carcajadas de inmediato.
(...)
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Perfect Illusion | Jesse Rutherford - The NBHD
Fiksi PenggemarUn fanfic. Una banda. The Neighbourhood. 〰〰〰〰〰〰〰 No había lugar que no visitara ni momento que se perdiera aquella música. Ella escuchaba, rockeaba y bailaba hasta que su cuerpo no aguantaba más. No dejaba oportunidad de apreciar aquella música q...