Perfect Illusion | Jesse Rutherford - The NBHD

17

Jesse:

Tomé el puente de mi nariz. Estaba frente al espejo del baño observándome completamente. Solo llevaba la toalla que rodeaba mi cintura.

—Diablos...

Esto estaba siendo difícil. Llevaba dos semanas buscando a Axel. Me aparecía día y noche en su casa, hasta que me cansé y puse un guardaespaldas a vigilar diario. Al instante que ella llegó a su casa, me lo notificaron de inmediato. Verla fue como... no sé ni cómo explicarlo. Estaba muy linda, diferente y... con más peso.

Eso era lo que más daba vueltas en mi cabeza. Ella estaba embarazada. Era de locos lo que había pasado. Ver cómo llevaba su panza me hacía darme cuenta que tenía al menos cuatro meses o más y eso que lleva en su vientre puede ser producto de ambos.

Tenía unas ganas enormes de fumar hierba y beber al menos dos botellas de whisky y no creo que ninguno de los olores le agradaran a ella ahora mismo.

Imaginarme siendo padre era algo abrumador y... horrible. No necesitaba esto ahora. Pero debo de hacerme cargo de las consecuencias de mis actos. O sea, mi siquiera conocía bien a Axel.

¡Maldicion! Quería una cena, una cita y lo único que hice fue meterme dentro de sus piernas.

Terminé de rasurarme y me peiné de un paso, ya estaba ready para ver nuevamente a Axel y... hablar.

—Dime — contesté el celular. Zeta me estaba llamando.

—Jota, nos han hecho una propuesta. Una entrevista para un programa de televisión en MTV.

—¿Debo de encontrarme con ustedes obligatoriamente? No puedo ahora, tengo algo que hacer.

—¿Qué es más importante que la banda?

—Mi futuro. Adiós.

Terminé de vestirme. La ropa era negra completa y la chaqueta en cuero. Me recordaba a los Cazadores de Sombras y me gustaba esa oscuridad. Salí de mi apartamento, faltaba alrededor de treinta minutos para que se hicieran las dos horas. El camino no era muy largo, pero quería tomarme el tiempo, quería llegar relajado.

Encendí el radio de mi auto y rápido dejé que la canción High Sivic  inundara mis oidos. No sabía qué iría a pasar ahora, no sabia si ella quería que me quedara en su vida, pero definitivamente aunque ella no lo desee, yo tengo que estar en el proceso que queda del embarazo. Sí, porque esos pequeños son míos, absolutamente míos y debo de hacerme responsable y no es que lo vaya a ser porque sienta que es una obligación. Yo quiero estar presente, quiero saber qué es, quiero saber de Axel, quiero estar con ella y no me interesa si ella no quiere. Si tengo que dejar mi carrera, lo hago; si tengo que viajar hasta la otra parte del mundo para estar con ella, lo hago. Si tengo que bajarle el cielo, lo hago. No me interesa mi dignidad, si tengo que rogarle a que se quede conmigo, lo hago. Solo quiero que ella esté junto a mí. Lo deseo. Ya no aguanto estar lejos de ella, no aguanto el pensar en ella y no tenerla.

Bajé de mi auto y entré hasta el balcón. Estaba temblando de los nervios, y no es literal. Tengo miedo, no sé qué vaya a suceder.

Toqué la puerta antes de marearme y que bajara un hilo de sudor por mi sien.

—Llegaste — escucho su voz a mi espalda. Me giro lentamente para verla. Tiene una emoción indescriptible en sus ojos. Se ve hermosa con el brillo en ellos, lleva una camisa color coral junto a una chaqueta larga acompañándole con varios bolsos pequeños en sus manos.