Mi cabello golpea con fuerza mi rostro y ni si quiera me tomo el ademán de apartarlo. A pesar de que el clima es templado, el viento frío hace que tiemble por lo bajo. El sonido de las olas es relajante en este momento y gratificante en momentos como estos. Aprieto un poco el abrigo de algodón contra mi cuerpo para luego enrollar mis manos en mis pies.
Este lugar, a pesar de que estaba bastante lejos de mi casa, en el último mes se había convertido en un refugio para reflexionar un poco sobre lo desgraciada que es mi vida.
Mayra ya me dio el primer aviso de paga. Aunque le pagué la mitad de un solo mes, me dejó de insistir por un momento. No estaba trabajando y cobrando como antes, a duras penas y me ponen cómo extra en escena y aunque es algo que agradezco, mi querido bolsillo, no. Y me estaba comenzando a hartar la situación. Todo me estaba comenzando a hartar.
Lila no volvió a decirme nada sobre lo sucedido en aquel bar y mi espontanea petición de un abrazo. Tampoco me cuestiona por qué casi todo este tiempo — en el último mes—, la estaba evitando. Y es que no me sentía con el valor de mirarle a cara luego de haberle dejado expuesto mi lado sentimental a ella, y por alguna manera me sentía humillada por eso.
Pero peor me sentía con lo acontecido con respecto a Jesse.
No había podido volver a ningún concierto y aunque quisiera, ellos tampoco habían pisado territorio Californiano desde hace un par. Yo tampoco tenía muchas ganas de verle la cara al grupo... no tenía ganas si quiera de bailar y eso era mucho que decir.
No era que tampoco no iba a volver a un concierto de ellos, pero no tenía esa energía que siempre había en mi cuerpo. Y tampoco la regla me ayudaba a sentirme bien, pero por el momento no tenía el valor de verle a la cara, no después de que me abandonara como un perro. Y era curioso porque yo era lo más perro que cualquiera pudiera conocer, pero con este tema, era relativamente delicada.
Tenía perfectamente definido lo que la palabra sexo significaba, me repetía mentalmente todo el tiempo lo que era, pero había algo que cada vez que pensara en Jesse, hacía que mi corazón palpitará demás y mis nervios aumentaran. No podía controlar que mis nervios, y lo peor que no podía esconderlos, estaban saliendo y dejándome en ridículo.
Dos veces me sucedió.
Una en el supermercado y la segunda en La Agencia de grabación. Me había ido del mundo y aunque varias personas me llamarón, yo me negaba a dejar mis pensamientos.
Estaba diferente.
Tenía que admitirlo. Aunque me fuera difícil, tenía que reconocer que algo había cambiado en mí, muy dentro de mí.
Necesitaba conseguir otro trabajo de inmediato y dejar la agencia de los dobles. Tres experiencias horribles había tenido en este último mes, me estaban acosando. Un chico me ha estado acosando y no de una manera normal y aunque di mi queja, no me hicieron caso. Y también estaba harta de eso. No tenía ni si quiera voz ni voto como ser humano. Y era indignante.
Miro el reloj que posa en mi mano y me sorprendo al ver que son casi las diez de la noche y todavía estoy aquí, sentada mirando a la nada como últimamente estaba sucediendo.
Limpié mi pantalón para salir de una vez de aquí. No es correcto que me quede hasta tan tarde en un lugar vacío, y caminar por las calles desiertas de Los Ángeles a esta hora tan tarde.
No tardé demasiado en llegar a mi barrio y al pisar territorio familiar, una tranquilidad abrazó mi cuerpo. Quería llegar a casa y acostarme, estaba cansada aunque no hubiera trabajado demasiado. Pero el dolor en mi vientre me hace sentir muy mal y sin contar el gran barro que tengo en la barbilla y la presión de mis senos.
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Perfect Illusion | Jesse Rutherford - The NBHD
FanficUn fanfic. Una banda. The Neighbourhood. 〰〰〰〰〰〰〰 No había lugar que no visitara ni momento que se perdiera aquella música. Ella escuchaba, rockeaba y bailaba hasta que su cuerpo no aguantaba más. No dejaba oportunidad de apreciar aquella música q...