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Tomo el papel que me indica los movimientos que debo de realizar mañana. Hoy no me toca hacer de doble ya que ninguna escena pone en peligro a la protagonista.

—Mañana vengan preparados a sudar y memoricen lo que deben hacer, no quiero estar repitiendo millones de veces la misma toma.

Salgo del área para fumarme un cigarro a escondidas del director. No puede verme hacerlo, sino, morirá al instante. Debo de mantenerme saludable. Giro mis ojos harta de escuchar lo mismo, ni siquiera alcohol podía tomar, pero como yo soy Axel Congwell me importaba una puta. Lo mismo que me importaba llamarme como un maldito hombre, he ahí cuando confirmo lo mal de la cabeza que está mi madre, pero me vale verga en realidad lo que diga y piense la gente.

—¡Estás fumando! — grita mi lado Priscila.

—Shhh, perra. Baja la voz — digo tomándola por los hombros y alejándola del bullicio — Es solo uno lo que fumo, deberías de tomar uno tu también.

Doy una calada recibiendo una mirada de horror por parte de ella. Doy otra antes de que ella diga algo.

—¿Qué está sucediendo? Te conozco. ¿Problemas? — sonrío irónica. Que me diga cuando no he estado así por problemas.

—Los mismos de siempre, ya sabes. Pero no te preocupes, conseguiré el dinero antes de que me boten como bolsa del lugar.

—Sabes que puedo ayudarte, Axel, no debes de fumar. Eso no te ayuda con los problemas.

—Pero me ayuda a sobrellevarlos — le sonrío sinceramente — Y gracias por tu ayuda, con lo que cobre mañana puedo pagar lo que debo.

—Deja te los presto y mañana me los das, ¿va?

—Gracias Priscila, pero mañana sin falta los doy.

Piso lo restante del cigarro y vuelvo a donde está el director. Desde lo lejos escucho lo que dice, la realidad es que ya me sé su discurso barato, al igual que la porquería de película que anda grabando.

Si no pago mañana lo que debo, me desalojarán por completo del lugar y no es lo más conveniente en estos momentos. Necesito pagar ese dinero a cómodo de lugar, si me quedo en la calle tendré que pasar por lo mismo que cuando mi madre me tiró. No puedo permitirme aquella vida que hace tres años tuve. Me sentía tan miserable, tan desgraciada al no tener si quiera un lugar para bañarme. No volvería a pasar por eso ni por equivocación. Es horrible saber que no tienes nada, que no tienes a nadie quien pueda ayudarte, tanto así que las ganas de dejar el mundo son muchas y uno tiene que saber si de verdad es eso lo que quieres o luchar un poco más y salir de ese pozo el cual casi no le encuentras una salida.

—Ax, hoy Los Neighbourhood se presentan en el Dead Paradise — Priscila me saca de los pensamientos. Ella sabe mi amor por ellos, amor que solo muestro al estar dentro de esos bares y escuchar su música. No me gusta decir ni demostrar nada, solo hago la excepción con ella y cuidado.

—Hace una semana y media los vi en el DarkNight y ni pude apreciarlos bien. Me quede sola en la pista bailando. ¡Ni si quiera podía ver a Brandon! Así de puta es la vida conmigo — hablo solo para que ella lo escuche.

—Podemos darnos una vuelta al Dead Paradise, quizás y si llegamos antes, tenemos suerte.

—Sé que ese no es tu ambiente. No quieras ir solo para olvidar mis problemas, estoy muy consciente de ellos — sonrío de lado — Gracias por el intento. Si voy, va a ser sola y si vas, que no sea por querer que olvide mis problemas.

Siempre he sido así: directa. No me ando con rodeos y estoy muy conciente de que ella es una chica de trajes veraniegos mientras yo soy esa que le gusta tener pantalones de cuero y chaquetas de los 90's y que ella es ese tipo de chica de rosa y yo del negro. No me gusta que la gente tenga lástima por mí, suficiente tengo con la propia que llevo.

Perfect Illusion | Jesse Rutherford - The NBHDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora