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Llevaba ya una semana sin trabajar y me estaba disfrutando las vacaciones que había tomado sin pedirlas, que aunque no quisiera tomarlas, muy merecidas que las tenía. Nunca tomaba un descanso, jamás lo hacía porque no podía permitírmelo. Sin embargo, aquí estoy, sentada a la orilla de la playa mirando el horizonte.

Consideraba Famthon Beach como un lugar conciliador. Nadie le visitaba y nadie tampoco entraba a bañarse en ella: siempre estaba desierta y si no lo estaba, bien pocas personas habitaban. Yo casi nunca tenía la oportunidad de apreciar el brusco chocar de las olas en las piedras, pero cada vez que lo hacía, me deleitaba. Me siento tan bien escuchando el sonido relajador del mar y oliendo ese peculiar aroma a sal que, espiritualmente hablando encontraba la paz que buscaba si la necesitaba, este era el sitio correcto para tomarla.

El sol quema bruscamente mis dedos de los pies ya que en tan pronto como divisé lo crema de la arena, quité mis tenis. Yo bien que amaba el ambiente playero, pero odiaba entrar en el agua, eso era algo que no hacía ni siquiera por equivocación. No sabía nadar y el agua no me ofrecía nada, salvo ahogarme ahí mismo.

«Hoy hay fiesta en casa de Kim, para que cambies la monotonía. Ella es amiga de Josy, esa que interpreta el papel principal de "La salvadora de la muerte". Estación del tren a las ocho y diez. xx»

Leo el mensaje con el ceño fruncido. No me gustan los get porque la gente se descontrola completamente ahí. Se vuelven locos, tienen sexo, se drogan y lo peor del caso, es que al día siguiente ni lo recuerdan. Una diferencia es que en los get son jóvenes irresponsables e ignorantes, mientras que en los bares hay que gente que le gusta disfrutar y apreciar el buen ambiente, y por supuesto que la música. Y como quiera, ir a lo primero no me va. Ahí las chicas van en trajes pegados, enseñando literalmente el culo. Y eso lo único que hace es que quieran utilizarlas y después tirarlas como bolsa al suelo. Idiotas. Mientras que lo único que yo enseño de piel son mis ante brazos y las piernas con alguna que otras panti medias.

Mi piel es tan blanca y delicada que casi nunca la dejo expuesta, por no decir nunca. No me gusta el que la gente se fijara en ello, ya que a pesar de no exhibirla, tenía pequeñas marcas que me hacen ser quien soy. Muchas de ellas son debidas al esfuerzo que he hecho en mi vida para vivir. Pero no me quejo, me siento contenta de tenerlas; me recuerdan lo luchadora que he sido en esta puta vida.

A veces llegan momentos en los qué me pregunto, ¿cuál es mi propósito? No fui deseada por mis padres, tampoco amada por mi progenitora; nadie me miraba en la escuela; ¿a qué coño vine al mundo? Porque si era para sufrir y pasar todo lo que pasé, mejor era evitar esto. No hubiera nacido, no hubiera pisado este mundo.

Camino hasta las piedras que hay en la costa. El agua choca fuertemente en ellas salpicando de apoco mojando a su vez la poca arena que hay. Está clara y verdosa, al fondo se puede apreciar lo negro del lejano suelo. Sí que está hondo. Me trepo en la roca y me siento en ella mojando todo el vaquero que llevo puesto. El sol ahora golpea todo mi cuerpo y mis pies son levemente tocados por el agua. Me encanta la sensación que deja en mi piel, me hace olvidar un segundo el trayecto de mi pasado. Esto es como comer helado de chocolate con sprinkles de lo mismo: magnifico.

Hasta donde tengo entendido y según mi fuente de información —Priscila—, mi querido grupo favorito no tocará hasta dentro de dos semanas más en Los Ángeles. Han ido a Ámerica de Sur a ofrecer sus conciertos, que creo que son cuatros y se devolverán en cuanto terminen. Así que también tomo vacaciones. El pensar en ellos, hace que recuerde lo acontecido. Yo... ellos... no puedo creerlo.

Suelto un grito de emoción, así muy fan-girl a sabiendas de que no hay nadie cercano que pueda escucharme. Puedo sacar la capa que siempre llevo por un momento.

Perfect Illusion | Jesse Rutherford - The NBHDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora