¡Una cena para dos!

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"¡A mí me gusta Kyoko-chan!"
Aquellas palabras seguían haciendo eco en la cabeza del azabache; pretendió no haberlo escuchado, que llegó minutos después de que Tsuna lo dijera, pero por más que pretendiera, su corazón le recordaba lo equivocado que estaba.
"...me gusta Kyoko..."
Hibari golpeó la pared al volver a recordar aquella estúpida frase, ¿por qué tuvo que escucharla? ¿Qué tenía de especial Sasagawa Kyoko que él no tuviera? Kyoya suspiró al pensar las miles de respuestas que respondían su cuestión, se dejó caer en su sofá y llevó sus manos a su pecho. Dolía. Lastimaba. Era algo que no podía curar con medicina.
El demonio de Namimori usó su chamarra para cubrir su rostro y respiró profundamente; olía a Tsuna. Una pequeña calidez se hizo presente en el pecho de Hibari; no quemaba, se sentía agradable, tanto que el azabache agradeció sentir aquella inexplicable sensación. No era el momento de rendirse, no le daría la victoria a Kyoko así de sencillo.
Empezó a llover; las gotas golpeaban el cristal de las ventanas de la casa de Hibari, el sonido que hacían le daba cierta tranquilidad al carnívoro. Kyoya se quedó dormido mientras ideaba una forma de poder vencer a una chica poco interesante.

La noche no tardó en caer, Sawada, con algo de dificultad, tenía preparado todo para que la cena fuera un éxito.
—Dame-Tsuna, iré con Bianchi a un restaurante — Reborn terminó de bajar las escaleras y brincó a los brazos de la adulta.
—No lo tomes a mal, Tsuna — dijo Bianchi con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro—. Prefiero comer en un restaurante.
— ¿Q-Qué? No pueden dejarme solo con Hibari-san — lloró Tsuna al imaginarse lo tenso que podría ponerse la situación—. No puedo yo solo.
—No seas llorón, no pasará nada — Reborn se acercó a Sawada para darle un golpe en la cabeza y, después de esto, salió de la casa en compañía de Bianchi.
El castaño observó la puerta cerrándose, le daba miedo quedarse solo en casa por lo supersticioso que era y ahogó un suspiro deprimente; Tsunayoshi no quería estar a solas con Hibari, se iba a sentir neriviso, intranquilo e incómodo. Sawada caminó al comedor y retiró los platos que serían para su tutor y su pareja; ahora que lo pensaba, se dio cuenta que, después de tanto tiempo, pasaría la noche solo. Sin ruidos, ni llantos de Lambo, ni explosiones aleatorias. Tsuna se sintió en paz, hasta que el sonido de la puerta siendo golpeada levemente se hizo presente; no tenía que pensar quien podría ser, era más que obvio; el castaño corrió a la puerta y la abrió para encontrarse con el azabache bajo un paraguas.
—Hm, herbívoro — Hibari saludó a su manera y, después de que Sawada se hiciera a un lado, entró a la casa para después cerrar el paraguas y dejarlo apoyado en la pared.
—Buenas noches, Hibari-san — saludó el joven Vongola con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro y caminó para ser seguido por el carnívoro—. ¿Está lloviendo fuerte?
—No demasiado — Kyoya dejó una pequeña caja de cartón que llevaba en su mano libre sobre la mesa y buscó asiento—. Herbívoro, ¿y el bebé?
— ¿Reborn? Se fue a cenar con Bianchi a un restaurante.
—Hm.
—Mi mamá se fue a unas pequeñas vacaciones con los niños — añadió el castaño mientras ponía dos platos con comida sobre la mesa, se sentó al lado contrario que Kyoya y dejó su mirada en la caja de cartón—. No era necesario que trajeras algo, Hibari-san.
—Gracias por la comida — el guardián de la nube ignoró lo último que el contrario dijo, tomó uno de sus cubiertos y, con tranquilidad, empezó a comer—. Sabe bien.
— ¡Me alegra que te guste! — Tsuna hizo una gran sonrisa y, después de haber agradecido por la comida, empezó a comer disfrutando cada bocado—. Por cierto, ¿Hibari-san, cómo fue que nos viste a mí y a Yamamoto ayer?
— ... — Hibari bajó lentamente el tenedor, mandó su mirada hacia los ojos castaños de Sawada e hizo un movimiento torpe cuando quiso tomar el vaso para beber algo—. ¿Te gusta Sasagawa Kyoko?
— ¿Q...? — Tsuna se quedó callado, recordó lo que había sucedido el día anterior e hizo un gesto de sorpresa—. ¿P-Por eso tu ánimo cambió derepente?
— ¿De qué hablas, herbívoro?
— ¡Ayer! Después de que Yamamoto se fue, algo cambió en ti. 
—Eso no es...
— ¡No mientas! — El castaño dejó caer el cubierto sobre el plato ocasionando un ruido agudo—. Ibas a decirme algo, pero te interrumpí...
—Hm — Hibari no sabía que hacer o que decir por lo que prefirió esperar a que Sawada terminara con su escena.
— ¡¡A ti también te gusta Kyoko-chan, ¿no es así?!! — Tsunayoshi se levantó apoyándose de la mesa y algunas cuantas lágrimas se acumularon en sus ojos—. Pensé que querías ser mi amigo, Hibari-san... Pero ahora creo que sólo quieres deshacerte de la competencia y quedarte con ella.
— ¿Hm? — El azabache se levantó de su asiento, caminó hasta donde estaba Tsuna y, sujetándolo de la muñeca y la barbilla, lo obligó a que lo viera—. La herbívora es poco interesante.
— ¿U-Uh? — Sawada sintió un líquido cálido que caía de sus ojos y recorría sus mejillas, un leve tono rojizo hizo aparición en éstas y, por un momento, sintió las palpitaciones de su corazón en su mano.
—Ella no me gusta — Hibari revolvió el cabello castaño del contrario con amabilidad y le dedicó una pequeña sonrisa—. Herbívoro, no llores.
Tsunayoshi apartó las manos de Kyoya e intentó tranquilizarse; ¿realmente estaba triste por suponer que tenía un rival amoroso o era otra cosa?
—Toma — el azabache le acercó un pañuelo que llevaba en su bolsillo provocando que algunos pétalos de flores cayeran al suelo.
—Gracias — Tsuna tomó torpemente el pañuelo, se limpió algunas lágrimas con la cabeza baja y, después de esto, observó los pétalos que había en el suelo; por un momento pensó que ya los había visto antes...
—Bien — Kyoya volvió a su asiento y terminó de comer para después quitarle la tapa a la caja de cartón dejando a la vista un pastel de fresas—. Trae un cuchillo, herbívoro.
El castaño asintió rápidamente, guardó el pañuelo en su bolsillo y caminó rápido a la cocina en busca del objeto puntiagudo; las mejillas de Sawada proyectaron un intenso color rojo cuando él recordó como se permitió llorar enfrente del carnívoro. Había actuado como un niño. El décimo jefe Vongola tomó el cuchillo con un par de platos limpios, salió de la cocina para volver con el azabache y cortó dos rebanadas de pastel para servirlas en ambos platos.
— ¿Está bien así, Hibari-san?
—Sí.
—Gracias por traer el pastel.
—Hm.
—Ah... Hibari-san, ya sabes que me gusta Kyoko-chan... ¿A ti te gusta alguien? — Tsuna, al dar el primer bocado al pastel, hizo un gesto de felicidad total debido a lo delicioso que estaba dicho postre.
— ¿Quieres la fresa? — Hibari tomó la pequeña fruta rojiza con el tenedor y la acercó al plato del castaño para dejarla en éste.
— ¡Muchas gracias, Hibari-san!
—Hm.
—Ah, es cierto... ¿Entonces, quién es la chica? — Sawada volvió al anterior tema de conversación e hizo una sonrisa inocente.
—Creo que escuché en las noticias que en la noche iba a granizar — el azabache volvió a evitar la pregunta, estaba seguro que podía distraer al castaño para no hablar de aquello.
— ¿En serio? Yo escuché que sería una tormenta eléctrica.
—Quizás deba de irme ya.
— ¿Eh? ¿Tan pronto?
—Hm... podría quedarme un rato más.
— ¡Bien! ¡Podemos jugar algunos videojuegos! — El castaño dejó su plato vacío, corrió a su habitación para tomar una consola y se fue a la sala para preparar el televisor.
—Hm — Hibari recogió los platos que estaban sobre la mesa, tomó lo que quedaba del pastel, fue a la cocina donde dejó el postre dentro del refrigerador y limpió los platos; pensó que quizás era una buena forma de agradecerle al herbívoro quien se había tomado la molestia de cocinarle.
— ¡Hibari-san! ¡Vamos a jugar! — Un Tsuna muy animado habló en voz alta para que el azabache lo escuchara y fuera donde se encontraba.
—Te vez animado — Kyoya, cuando llegó a la sala, se sentó sobre el sofá y tomó el mando que el castaño le había entregado.
—Es que nunca antes había jugado con alguien — musitó Tsuna con un leve rubor en sus mejillas, se sentó a un lado del azabache e hizo las típicas modificaciones antes de empezar un juego—. Es un juego en equipo, tenemos que matar a los zombies.
—Hm.

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Asdfghjkl :,A me alegro haber podido actualizar hoy [?]
Debo de aclarar que, Como Kyoya ya sabe de sus ataques de tos cuando ve a Tsuna, intenta verlo antes, dejar pasar el ataque e ir con él xd no sé si me entiendan [?]
Well... hasta la próxima!!! >u<
P.d. muchas gracias por su apoyo, son los mejores ✨❤

La extraña enfermedad de Hibari. [1827] -Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora