¡Cita sorpresa!

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"Herbívoro, te veo en el restaurante italiano que está cerca del parque terminando las clases. Si no vas, te morderé hasta la muerte."

Tsuna devolvió aquella nota a su mochila después de leerla, suspiró de manera preocupada y dejó su mirada en el pizarrón que se estaba llenando de fórmulas que no entendía; no sabía la razón del porqué Hibari lo estaba amenazando desde tan temprano, quizás estaba molesto por haberse ido tan rápido de su casa.
《 ... pero es su culpa... No tenía que irse con Dino si no quería 》 pensó Sawada mientras bajaba su cabeza para dejarla sobre la mesa.

—Juudaimei — Gokudera se le acercó al castaño con una bolsa de regalo en las manos, se sentó a un lado de Sawada y dejó la bolsa enfrente de él.
— ¿Qué es eso, Gokudera-kun? — Inquirió un Tsuna curioso, terminó de guardar sus cosas en su mochila y se percató que Yamamoto estaba llegando.
—Yo, Tsuna — saludó Takeshi con una sonrisa dibujada en su rostro, observó el regalo que había frente a su amigo y después subió la mirada para ver el rostro del joven castaño—. Es para que lo uses en tu cita con...
— ¡¡E-Es un regalo para el Juudaimei!! — Hayato se levantó rápido y le dio un codazo al guardián de la lluvia para que guardara silencio—. Reborn dijo que le hacía falta ropa nueva.
— ¿Eh? ¿Yamamoto, estás bien?
—Jajaja, estoy bien... Ah... Kyoko nos ayudó a elegir la ropa, ¿por qué no te la pruebas?
—Ah... No lo sé, tengo que ir a un lugar ahora mismo — comentó el castaño al recordar la nota que había encontrado adentro de su mochila, rascó suavemente su cabeza e hizo una sonrisa.
—No creo que tarde mucho con eso, Juudaimei — el guardián de las tormentas tomó la bolsa y, empujando suavemente al décimo, lo sacó del aula para después meterlo al baño.

El azabache guardó la nota que se había encontrado en su escritorio, acomodó su corbata gracias a su reflejo en la ventana y bajó la mirada para ver como algunos alumnos se iban; Kyoya no estaba seguro del porqué el castaño lo había invitado a un restaurante, pero no perdía nada con ir.
—Hibari-san, ¿va a salir? — Tetsuya se sentó en el sofá de la sala, dejó una lata de café en la mesa y dejó su mirada en el líder.
—Hm — el guardián de la nube se alejó de la ventana y caminó a la puerta para poder salir—. Te encargo que cierres.
—No se preocupe — Kasukabe hizo una sonrisa, sacó unas llaves de su bolsillo y se las lanzó a Hibari para que éste las atrapara—. Las había perdido, ¿verdad?
—Buen trabajo — Kyoya guardó las llaves en su bolsillo y salió de la sala del comité decidido en encaminarse al restaurante.

El restaurante era un lugar tranquilo, había parejas sentadas comiendo y otras estaban bailando en el centro del todo ya que, aquel día, el restaurante había decidido poner música en vivo; Hibari estaba sentado en la única mesa que estaba alejada de todas y, por quinta vez, observó su reloj. Ya llevaba varios minutos esperando a que el castaño apareciera.
—Siento hacerte esperar — contestó Sawada para después sentarse en la única silla que quedaba libre, hizo una pequeña reverencia y desvió su mirada hacia las parejas bailando—. No podía encontrarte.
—No importa — Kyoya se levantó de su asiento—. Esperame un segundo — pidió el azabache llendose al baño donde tosió cierta cantidad de pétalos y, después de esto, volvió a su asiento.
La música del lugar no era tan fuerte como el carnívoro se temía, el ambiente era relajado y en el aire se podía percibir el amor que emanaban todas las parejas; por un momento, los dos jóvenes se sintieron incómodos.
—Ah... Cierto, ¿por qué querías que viniera? — Cuestionó Sawada un poco interesado, cambió la hoja del menú y subió la mirada para ver al azabache.
— ¿Hm? Tú me lo pediste a mí — Hibari también subió la mirada para encontrarse con la del castaño y dejó el menú sobre la mesa.
—Buenas tardes, yo seré su mesero — Reborn saltó a la mesa con una libreta en sus manos y dejó su mirada en el castaño; estaba usando un traje típico de mesero.
— ¿Ah? — Tsuna se quedó viendo a su tutor y, con lentitud, mandó su mirada al líder del comité quien parecía estar sospechando del supuesto mesero; Sawada pensó que ya se había dado cuenta de quien se trataba.
—Hm... ¿Te he visto antes?
—No.
— ... — Tsuna escondió su rostro con el menú y decidió fingir estar buscando un platillo—. Eh... no sé que pedir.
— ¿Hm? — El carnívoro abrió con pocas energías el menú y pasó su mirada de manera rápida por los platillos que estaban escritos—. ¿Nos recomienda algo?
—Únicamente por el día de hoy tenemos un combo especial para las parejas, consiste de una entrada, bebidas y postre.
— ¡Oh! Eso suena bien, ¿verdad, Hibari-san?
—Hm.
—Bien, yo se los traigo — Reborn hizo un garabato en su libreta y se fue lo más rápido que pudo.
—Ah... pero no somos pareja... ¿eso es estafar?
—Hm.
— ¿Eso es un sí?
—Hm.
— ¿No?
—Hm.
— ¿Sabes que puedes decir algo más que "Hm"?
—Hm.
—Ah... — Tsuna volteó a ver la pista de baile y después vio al pianista quien se estaba haciendo cargo de la música; Sawada no estaba seguro de lo que estaba viendo, pero parecía ser Gokudera quien estaba tocando—. Eh... esto no pinta bien.
— ¿Hm?
—Nada.
—Herbívoro.
— ¿Sí?
—Has estado viendo mucho a los herbívoros bailando... — Kyoya apoyó ambos codos sobre la mesa, dobló levemente las manos para poder apoyar su barbilla en éstas y dejó su mirada en el castaño—. ¿Te gusta?
— ¿Eh? B-Bueno... Sólo he bailado con mi mamá, pero creo que no lo hago bien... D-Digo, ¿a quién le importa?
—A las chicas.
— ¡¿E-Eh?!
— ¿Cómo planeas gustarle a Kyoko si no sabes bailar?
—E-Eh... P-Pues...
— ¡Inaceptable! Ven, sólo tienes que seguirme — Hibari se levantó de su asiento, caminó para quedar enfrente de Tsuna y extendió la mano para que éste la tomara.
— ¿E-En serio?
—Te estoy ofreciendo mi ayuda.
—P-Pero solamente se baila cuando se celebra algo.
— ¿Hm? ¿Quién dijo eso?
—Mi mamá.
—Hm... Entonces bailemos porque sigues vivo.
— ¿E-Eh?
—Es una buena razón para celebrar.
—S-Supongo... — El castaño tomó la mano de Kyoya y se levantó para después irse a la pista junto con él.

Algunas cuantas parejas decidieron abandonar la pista cuando Hibari y Tsuna estaban a punto de bailar, el azabache rodeó la cintura del joven Vongola con uno de sus brazos y lo acercó un poco a él para poder sujetar su mano; el castaño estaba confundido, posó su mano libre en el hombro del líder del comité y, esperando a que el pianista empezara a tocar, dejó su mirada en sus pies.
—Tienes que mirar a la pareja, intenta seguirme el paso — Hibari empezó a moverse a un ritmo lento, ya que la melodía así marcaba el patrón, y esperó a que el contrario levantara la mirada.
—A-Ah... Lo siento, no quisiera pisarte por accidente — Sawada, una vez que estuviese seguro de los pasos que daba, observó los hermosos ojos grisáceos del azabache e intentó esbozar una sonrisa; se estaba divirtiendo, aunque la mayoría de las personas, divertidas, los estaban viendo.
— ¿Difícil? — Hibari guiaba de manera fácil los pasos del joven castaño, supuso que la mamá de Tsuna hacía lo mismo cuando bailaban.
—No realmente, es casi igual como con mi mamá.
—Lo sabía.
— ¿Eh?
—Nada.
—Hibari-san...
— ¿Hm?
— ¿Kyoko-chan también me guiará así?
— ¿Qué?
— ¿No es así?
—Herbívoro... ¿Has bailado como la mujer todo este tiempo?
— ¡¿Ehhh?!
—Pfft — Kyoya no pudo controlarse más, soltó una pequeña risa al ver el gesto que había hecho el castaño cuando se enteró que había bailado de tal manera siempre y, después de esto, desvió la mirada.
— ¡Woaa! ¡Te has reído!
—No.
— ¿Eh? Pero si te escuché.
—Eres muy ruidoso.
—Y siendo tan ruidoso viniste aquí conmigo.
— ... — Kyoya devolvió su mirada a Tsuna quien tenía una sonrisa de victoria dibujada en su rostro—. Hm.
— ¡Woaa! ¡La primera vez que te gano, Hibari-san!
— ¿Vas a celebrarlo?
—Puede ser.
— ¿Me vas a invitar?
—Quizás.
—Hm.
—Hibari-san...
— ¿Hm?
— ¿Por qué te fuiste ayer?
—Había una multitud en tu habitación, ¿no?
—Pero aún así te fuiste con compañía...
—No era que yo quisiera.
— ¿En serio? Se veía que la pasaban bien.
— ¿Nos viste?
—Eh... Mamá me avisó que te habías ido y los vi por un momento por la ventana.
—Hm.
—Hibari-san...
— ¿Hm?
— ¿Cuál es tu relación con Dino-san?
—Ninguna.
— ¿Eh? ¿Ni siquiera amigos?
—No.

El azabache y el castaño continuaban bailando y, a la vez, conversando, cualquiera que los viera podía asegurar que ambos estaban perdidos en un mundo que ambos crearon; algunas parejas se sintieron feliz al verlos ya que recordaban sus tiempos de juventud mientras que otras parejas sentían envidia por lo enamorados que parecían estar. Gokudera terminó de tocar el piano y se fue para tomar un pequeño descanso; Hibari, al percatarse de la falta de música, se detuvo y caminó junto a Tsuna a la mesa en la que estaban.
— Vaya, vaya, joven Vongola — Lambo adulto se acercó al mencionado, minutos después de que el castaño se sentara, y acercó una silla para sentarse con ellos—. Qué bien, con el hambre que tengo...
— ¡¿Lambo adulto?! — Tsuna puso los ojos en blanco y, de manera nerviosa, volteó a ver al azabache quien parecía estar algo molesto—. ¿Qué haces aquí?
—Aquí está su comida — Reborn dejó los platillos sobre la mesa junto a dos bebidas y se le quedó viendo a Lambo—. Estúpida vaca.
— ¡¿Reborn adulto?! — Tsuna estaba más que sorprendido, se levantó de la mesa para ver bien a su tutor e hizo una leve sonrisa.
— ¡No me digas así! — Se quejó Lambo sin desviar la mirada, se levantó de su asiento y acomodó su cabello de manera despreocupada.
—Te diré como quiera.
—Espera un segundo... ¿todos están aquí? — Tsuna recorrió el lugar con la mirada y se encontró con todos sus conocidos, a excepción de Kyoko, Hana, Haru, Chrome y Nana—. ¡¿Eh?! Entonces... — Sawada sacó la nota que había encontrado de su bolsillo y la dejó sobre la mesa—. ¿Era una broma?
— ¿Hm? — Hibari tomó la nota, la leyó y un aura oscura lo rodeó; él había pensado que el castaño quería dar un paso para formar una relación—. Malditos herbívoros.
— ¡Wuajajaja! ¡Tsuna cayó en la broma de Lambo-san! — Lambo, siendo el infante disfrazado de bovino, se rió fuertemente para después enseñarle la lengua al castaño.
— ¡Te dije que era una mala idea traer a la estúpida vaca! — Se escuchó gritar Gokudera un tanto irritado.
—Jajaja, es que los niños no se querían quedar solos — se escuchó la voz de Yamamoto.
— ¡¿Cómo se atreve Hibari tener una cita con mi hermano menor?! — Dino parecía estar molesto.
— ¡¿C-Cita?! —Repitió un Sawada sorprendido; hasta aquel momento cayó en la cuenta de que, efectivamente, parecía estar en una cita con el carnívoro.
El guardián de la nube salió por una de las ventanas cuando empezó toda la conmoción, al final todos salieron al encuentro de Tsuna cuando éste se enteró que todo estaba planeado; sin duda alguna, debió de habérselo pensado mejor.

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Ahora la hice un poco más larga de lo que normalmente hago c:
Y por qué?
Bueno... los hice sufrir mucho en los últimos capítulos  [?]
Espero les haya gustado c:
Hasta la próxima!!

La extraña enfermedad de Hibari. [1827] -Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora