¿Hibari adulto?

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El llanto irreconocible de un infante se hizo presente, Tsuna recorrió, con la mirada, los rostros de todos los presentes para asegurarse de que nadie de ellos estuviese llorando y dejó su mirada en la nube rosa que de estaba desvaneciendo; ¡Hibari ahora era un niño de, a lo mucho, seis años y estaba llorando!
—Era de suponerse, con la bazooka rota era casi imposible que el Hibari adulto apareciera — el tutor caminó hasta donde estaba la bazooka y la agarró—. Puede que la reparación de la bazooka tarde.
—Jajaja, Hibari se ve adorable — Yamamoto se acercó al infante, pero éste corrió para esconderse detrás de una mesa donde continuó su llanto.
— ¿Es el hermanito de Hibari-san? — Preguntó una Kyoko confundida, no entendía muy bien lo que estaba sucediendo—. ¿A dónde se fue Hibari-san?
— ¡Qué lindo-desu~!
— ¡Woaa! Hibari-nii se ve muy pequeño.
— ¡Juudaimei, es nuestra oportunidad de vencerlo!
— ¡¡Ese niño es muy adorable al extremo!!
—Ah... Hibari-san — el castaño fue al encuentro del pequeño Hibari, se agachó para quedar a su altura y se percató que la ropa que llevaba era el uniforme de la escuela, con el único detalle de que ahora le quedaba grande—. ¿Por qué lloras?
—Tsuna-san — Hibari intentó tranquilizarse, llevó ambas manos a sus ojos para quitar algunas lágrimas, pero al ver los ojos de Sawada volvió a estallar en llanto.
—Dame-Tsuna, lleva al pequeño Hibari a su casa... Quizás te diga algo.

Al décimo Vongola le fue difícil ir a la casa de Hibari con compañía de éste; el azabache no dejaba de llorar provocando que la gente que pasara cerca de ellos mirara de mala forma a Tsuna, y, por si no fuera poco, la ropa que llevaba el infante se empezaba a deslizar hacia abajo ocasionando que el castaño tuviera que detenerse a acomodarle la ropa cada cierto tiempo.
— ¿Me puedes decir por qué lloras? — Insistió Sawada una vez más, cargó a Hibari para sentarlo en el sofá y se agachó para verlo a los ojos.
—Tsuna-san — Kyoya, avergonzado, paró de llorar y bajó la mirada—. Tsuna-san dijo que yo no era nada de él.
El castaño se ruborizó por completo, se levantó lentamente y se sentó a un lado de Hibari; supuso que la bazooka cambió el cuerpo y la personalidad de Kyoya, pero los recuerdos seguían intactos. "¡¡Hibari-san no es nada mío!!" Tsuna recordó las palabras que había gritado delante de todos sus amigos; quizás realmente lastimó al demonio de Namimori con lo que había dicho.
—Yo... Eh... Lo siento, Hibari-san — se disculpó Sawada desviando la mirada y rodeó al infante con uno de sus brazos—. Somos amigos, ¿no es así?
—H-Hm... — Hibari le dio la espalda a Tsunayoshi haciéndole entender que seguía herido y no sería tan fácil perdonarle.
—Oh, es que soy muy tonto que se me olvidó — se excusó el joven Vongola, tomó los pequeños hombros del guardián de la nube e intentó hacer que volteara a verlo—. ¿Qué te parece un helado como disculpa?
— ¿Helado? — Hibari volteó casi por instinto para ver a Tsuna y asintió rápidamente con la cabeza.
—Primero necesitamos conseguirte ropa que te quede — comentó Tsuna para después sacar su móvil y marcar al número de su casa.

—Aquí tienes, Tsuna-nii — Fuuta le entregó al castaño una bolsa llena de ropa y entró a la casa sin esperar una invitación.
—Dame-Tsuna — el tutor inclinó un poco su cabeza y dejó escapar un pequeño suspiro—. Giannini dijo que tardaría una semana en reparar la bazooka, y es imposible saber por cuánto tiempo Hibari se quedará así.
—Ah... eso es malo — Sawada hizo un suspiro deprimente, volteó a ver a Hibari quien estaba huyendo de Fuuta y devolvió su mirada a Reborn—. ¿Qué se supone que debería de hacer?
—Debido a que todo esto es TU culpa — el azabache bebé recalcó la palabra "tu" para asegurarse de que su alumno entendiera sin dificultad—. Tendrás que cuidarlo, le diré a mamá que fuiste a un campamento de matemáticas o algo así.
— ¿Campamento a mitad del ciclo escolar?
— ¿Dudas de mí?
—N-No.
—Bien, volveré en la noche para dejarte tus cosas.
—Gracias, Reborn — Tsuna cerró la puerta, dejó la bolsa sobre el sofá y observó a ambos infantes—. Fuuta, ¿no ibas con Reborn?
—Reborn me dio permiso de quedarme a jugar — Fuuta dejó de perseguir al azabache, corrió hasta quedar enfrente de Tsuna e hizo una sonrisa divertida—. A lo mejor también viene Lambo-chan e I-pin-chan.
— ¡¿I-pin?! — Repitió un alarmado Tsuna.
—Herbívoro, mi helado — Kyoya, manteniendo una gran distancia de Fuuta, se acercó lo más que pudo al castaño para que le hiciera caso.
— ¡Yo también quiero helado, Tsuna-nii!
—Ah... vale.
—No.
— ¿Ehh? ¿Por qué no, Hibari-nii?
—Porque no.
—Vamos, no empiecen a pelear.
—Hm.
— ¿Si puedo ir, Tsuna-nii?
—Está bien, pero si se portan mal no iremos — Sawada no podía creer que estaba hablándole así al demonio de Namimori; tenía algo de miedo de ser mordido hasta la muerte cuando éste volviera a la normalidad.
—Hm.
—Está bien.
—Así me gusta. Ahora... — Tsuna abrió la bolsa que su tutor le había traído y sacó algo de ropa para después entregársela a Hibari—. Aquí tienes, estoy seguro que te quedará.
—Hm — Kyoya se quitó la camisa del uniforme provocando que el castaño lo cargará y dejara en una habitación diferente.
—Hibari-san, no puedes quitarte la ropa enfrente de cualquier persona — Sawada le entregó nuevamente la ropa, salió de la habitación y entre cerró la puerta dándole privacidad al azabache.
— ¡Tsuna-nii! — Fuuta caminó para acercarse al castaño y tironeó levemente la camisa de éste—. ¿Vamos a compartir helado?
— ¿Eh? Quizás — Sawada estaba acostumbrado a compartir sus cosas, más que nada sus alimentos, con los infantes que vivían en su casa por lo que no se le hizo raro que el rubio le hiciera aquella cuestión.
Kyoya salió molestó de la habitación, ya con la ropa que el joven Vongola le había dado, e intentó tomar sus tonfas para morder hasta la muerte a Fuuta, aunque le fue imposible ya que éstas eran muy grandes para él.
—Ah, te harás daño con eso — Tsuna tomó las tonfas de Hibari y las dejó arriba de una mesa; no lo había pensando antes, pero recién se dio cuenta que era la primera vez que estaba en la casa del carnívoro—. Hibari-san tiene una bonita casa.
—Hm — el azabache se cruzó de brazos y le dio la espalda a Fuuta, como si lo estuviese ignorando; no podía permitir que Fuuta recibiera más atención del castaño que él.
—Bueno, vamos por helados.

Los tres compraron botes grandes de helado, todos llegaron a la conclusión de que sería mejor comer en la casa del carnívoro mientras veían una película, Tsuna caminó a la cocina y, después de realizar una búsqueda profunda, sacó tres platos diferentes y sirvió el helado.
《Hibari-san compra mucha comida instantánea 》 pensó el joven castaño tras ver el bote de basura, tomó los tres platos con cuidado y los dejó sobre una pequeña mesa que estaba enfrente del sofá.
— ¡Gracias, Tsuna-nii! — Fuuta tomó su plato, se sentó en el sofá y empezó a comerlo.
—Hm — Hibari también tomó su plato e intentó subir al sofá, pero debido a su estatura le era algo imposible aquello.
—Déjame ayudarte, Hibari-san — Sawada devolvió el plato del carnívoro a la mesa, cargó al azabache para que se sentara en el sofá y le entregó el plato que había tomado anteriormente—. ¿Qué película quieren ver?
— ¡Yo quiero ver las aventuras del llanero solitario!
—Yo quiero ver el ente malvado que mata en un sótano.
—Ah... dudo que esa película sea para niños — Tsuna comió de su helado y quedó pensativo; Hibari no era un niño en sí, pero el rubio sí lo era.
— ¿Y si vemos una de robots?
—Prefiero algo que involucre un asesinato.
— ¿Qué te parece una de marionetas?
— ¿Por qué no te mueres?
— ¡Qué cruel, Hibari-nii!
—Cállate.
— ¡Tsuna-nii! — Fuuta se escondió con el brazo de Tsuna y empezó a tironear, nuevamente, la camisa de éste.
—Eh, niños, compórtense — regañó el castaño a ambos infantes ocasionando que el demonio de Namimori volviera a explotar en llanto—. ¡H-Hibari-san, no llores!
— ¡Tsuna-san no me quiere! — Exclamó el azabache con algo de dificultad por estar llorando, dejó su plato con helado a un lado suyo y llevó sus manos a sus ojos.
—Ah... — El castaño, librándose del rubio, cargó a Hibari y lo abrazó mientras acariciaba la nuca de éste—. No digas esas cosas.
— ¡Hum! — Fuuta hizo un puchero al ver aquella escena y se cruzó de brazos mientras veía celosamente al carnívoro.
—Hm — Kyoya dejó de llorar y le dedicó una sonrisa maliciosa al otro infante.

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En lo personal... [?] Me encanta Hibari de niño :'A ❤ es tan cute
De cualquier manera... espero les haya gustado x3
Hasta la próxima!!

La extraña enfermedad de Hibari. [1827] -Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora