¿Examen de biología?

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Era lunes, día donde varios estudiantes llegaban tarde lo que significaba que Hibari podría divertirse desde tan temprano; Tsuna, después de haber sido mordido hasta la muerte por el azabache, llegó a su salón de clases pocos segundos antes que su maestro.
— ¡Juudaimei, ¿está bien?! — Gokudera se sorprendió cuando se percató de los múltiples moretones que tenía Tsuna.
—Yo, Tsuna — Yamamoto hizo una sonrisa como de costumbre—. Jajajaja, ¿tuviste una pelea marital?
—Joven Sawada, tome asiento rápido — ordenó el maestro después de haber dejado su maletín sobre la mesa provocando que el castaño obedeciera sumisamente—. El director dijo que si todos aprobaban el examen iríamos a un viaje de estudios en Hokkaido.
Todos los alumnos, a excepción de Tsuna y Gokudera, se emocionaron tras escuchar el comentario del maestro; a Hayato le daba igual lo que pasaría después de una estúpida prueba mientras que Tsuna se lamentaba, más que cualquier otro día, mentalmente por no haber puesto atención en clases.

Hibari fue a la azotea y se acostó en el suelo, estaba decidido que tomaría una pequeña siesta, pero recordó todo lo que había pasado el sábado: estaba dispuesto a dormir, después de haber ayudado al castaño, sin embargo, minutos antes de que pudiera conciliar el sueño, escuchó un estruendo ensordecedor que provenía del cielo ocasionado que un Tsuna miedoso se escabullera entre las sábanas y empezara a temblar; el azabache sintió algo de lástima por aquello y terminó durmiendo junto con Sawada. Sin si quiera planearlo, dio un gran paso. El líder del comité sonrió, había tenido una cita con el herbívoro y, para mejorar la situación, logró dormir cerca de él, supuso que llevaba mayor progreso que Kyoko y se dio cuenta que el ser los dos hombres no era un estorbo, era una ventaja; el demonio de Namimori hizo un gesto de satisfacción, pero se borró casi de inmediato cuando recordó el resto de la noche. Reborn llegó a la habitación de Tsuna e hizo que Hibari volviera a su casa a altas horas de la madrugada; Kyoya pensó que el tutor había pasado demasiado tiempo en el restaurante, pero luego recordó que él solamente iba a cenar por lo que prefirió no hacer comentario alguno.

— ¿Tsuna? ¿Hola? — Yamamoto repitió el nombre del castaño por décima vez al notar que éste seguía perdido en sus pensamientos.
— ¡Ah! ¡Yamamoto-kun! — Tsunayoshi finalmente reaccionó, hizo una sonrisa tonta y dejó la caja de su almuerzo en el suelo—. ¿Decías algo?
— ¡Oye, idiota del béisbol, no molestes al Juudaimei!
—Jajajaja, te estaba preguntado que cómo te había ido con tu cita.
— ¿Cita? ¿Qué cita? Juudaimei, ¿tiene novia?
—T-Te equivocas, Yamamoto... No fue una cita, simplemente cenamos — Sawada desvió la mirada, pasó su mano por su nuca y devolvió la mirada al azabache—. No tengo novia, Gokudera-kun.
Ciaossu — el suelo que había en medio de los tres se movió lentamente hasta que Reborn salió de aquel pequeño lugar—. Hibari los está buscando.
— ¿Para qué nos quiere ese bastardo? — Hayato hizo un gesto de molestia y gruñó entre dientes.
— ¿Hibari-san? Me pregunto que querrá... — El castaño se quedó pensativo, observó una de las nubes que había en el cielo y recordó cuando fue mordido hasta la muerte por éste; quizás quería disculparse.
—Jajajaja, qué extraño — Takeshi hizo una sonrisa despreocupada y guardó su caja del almuerzo—. ¿Dónde está?
—En el almacén del laboratorio de biología — Reborn sonrió maliciosamente para su interior al dar la información pedida y brincó hacia otro escondite suyo—. Ciao-ciao.
— ¿Debemos de ir, Juudaimei?
—Jajaja, será divertido... ¡Vamos!
—A lo mejor nos está buscando para algo importante, vayamos.

La puerta del almacén del laboratorio estaba abierta haciéndoles entender a Tsuna y a sus dos amigos que podían enterar sin problema alguno; el castaño, después de haber entrado a dicho lugar, observó un modelo de anatomía parado enfrente de otra puerta que se encontraba en el fondo del almacén.
— ¡¡HIIII!! — Chilló Sawada al recordar que Reborn lo había asustado con un modelo de anatomía hace tiempo.
— ¿Pasa algo, Juudaimei? — Gokudera sacó varias bombas y recorrió el lugar con la mirada en espera de que un enemigo se hiciera presente.
—Jajaja, ¿asustado, Tsuna? — Yamamoto río hasta que escuchó la puerta que estaba cerca de aquel modelo empezaba a ser golpeada—. ¿Hay alguien ahí?
— ¡¡¡HIIIII!!! ¡¿U-Un fantasma?!
— ¡Genial, yo quiero ver el fantasma!
—Herbívoros, no deben estar aquí — Hibari tosió levemente al percatarse de quienes se trataban y dio algunos cuantos pasos hacia atrás.
— ¡¡¡¡HIIIIII!!!! ¡¡NO DE NUEVO!! — El castaño entró en pánico y decidió correr para alejarse del modelo; sin embargo, se tropezó consigo mismo y una pequeña parte de su rostro se estrelló en el pecho de Kyoya.
— ¡Bastardo, ¿qué le haces al Juudaimei?! — Gokudera volteó para enfrentar al líder del comité disciplinario y decidió esperar a que éste le diera una respuesta.
—Jajaja, vamos, Gokudera, está protegiendo a Tsuna — Takeshi hizo una leve risa haciendo que el guardián de las tormentas dejara su postura de ataque.
—Herbívoro, ten más cuidado — Kyoya se separó de Tsuna y se alejó un poco de todos ellos—. Salgan de ahí, antes de que los muerda hasta la muerte.
—Gracias — musitó el castaño con un leve rubor en sus mejillas e hizo un pequeño puchero—. Hibari-san...
— ¿Por qué no podemos estar ahí? — El guardián de la lluvia interrumpió al joven Vongola y salió del almacén junto con el peliplateado.
— ¿No lo saben? — Inquirió el carnívoro sin proyectar emoción alguna en su voz, cerró la puerta del almacén con llave y se alejó de ésta.
— ¿Saber qué? — Preguntó Hayato en un tono molesto.
—Jajaja, ¿qué se supone que pasó?
—Hm — Hibari observó su reloj, hizo un vistazo rápido hacia la entrada del laboratorio y se sentó en uno de los bancos que había—. Tomen asiento si quieren saberlo.
Los tes vacilaron en sentarse o no; querían saber lo que Kyoya podría decirles, pero la actitud casi amable del demonio de Namimori les daba una mala sensación.
— ¿Y bien? — La mirada fría de Kyoya se clavó en los ojos castaños de Tsuna; era claro que si el aceptaba a escuchar, los otros dos harían lo mismo.
— ¡¡Aquí estoy al extremo!! — Ryohei había entrado al laboratorio junto con su hermana menor, fue donde estaban todos reunidos y rodeó a Gokudera y a Yamamoto con sus brazos—. ¿Qué pasó?
— ¡Hermano! — Kyoko regañó, a su manera, al boxeador para después irse donde estaba Tsuna quien, al ver a la chica tan cerca de él, no pudo evitar ruborizarse.
— ... — El guardián de la nube vio de reojo la puerta del laboratorio y, después de haber visto una pequeña silueta, dejó escapar un suspiro con desesperación—. Tomen asiento o los morderé hasta la muerte.
Todos obedecieron al demonio de Namimori, cosa que le sorprendió a Sawada porque normalmente había una que otra discusión cuando uno de sus guardianes daba una indicación; Hibari se aclaró la garganta y, antes de que pudiera decir algo, la puerta del laboratorio se abrió.
— ¡Hola-desu~! — Haru, con pasos alegres, se adentró a aquel lugar y se sentó a un lado del castaño para después abrazarlo celosamente del brazo; no lo quería admitir, pero le daba celos ver a Kyoko y a su querido Tsuna juntos—. ¡Tsuna-san!
— ¡Mujer estúpida, no molestes al Juudaimei!
—Yo, Haru.
—No tienes que insultarla, cabeza de pulpo.
— ¡Haru-chan! ¿Qué haces aquí?
—Haru, ¿puedes soltarme?
Kyoya fue a cerrar la puerta del lugar, se sentó en un banco alejado de la pequeña multitud e hizo una señal para que le pusieran atención; ya era momento de decir la historia que, en un inicio, le iba a contar a Tsuna, Gokudera y Yamamoto.

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:^) acabo de darme cuenta que casi junto las mil visualizaciones!! Eso me pone muy feliz :'A mi primer logro en Wattpad ❤✨
Cuando llegue a las mil... Les gustaría que hiciera un especial de mil visualizaciones o nel pastel? ^^
Gracias a todos por su apoyo!! L@s amo!!! <6
Hasta la próxima!!

La extraña enfermedad de Hibari. [1827] -Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora