¿Hibari muere o vive?

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—Me gustas, ¿sabes? Desde hace tiempo — Kyoya se sentó en el sofá, sin retirar su mirada del castaño, cerró ambos ojos para poder pensar y mandó su cabeza hacia atrás para que ésta descansara en el respaldo de aquel mueble.
Tsuna observó las hojas blancas caer enfrente de él, no tenía idea alguna de qué hacer o decir, dejó su mirada sorprendida en el azabache quien estaba esperando pacientemente y dejó que diferentes pensamientos inundaran su mente.

Tsuna, en su estado de trance, empezó a recordar todas las cosas que había hecho junto a Kyoko, desde el momento en el que se enamoró de ella hasta cuando, finalmente, se confesó a éste; claramente, el castaño se sentía demasiado feliz por poder tener una oportunidad con la chica de sus sueños, pero... Exacto, existía un "pero" que ponía a Sawada a pensar si era eso lo que realmente quería o no. El castaño siempre había imaginado, incluso soñado, lo magnífico y maravilloso que sería si la chica idol de Namimori, Kyoko, se fijara en alguien como él; al joven Vongola le hubiese encantado haber abrazado fuertemente a la castaña cuando le dijo aquello y confesarle sus sentimientos no tan ocultos, pero algo lo detenía. Él recordaba que uno de sus tantos sueños era que Kyoko se enamorada de él; pero, ¿aún mantenía ese sueño en su corazón?
《 ¿Kyoko-chan aún me gusta...? 》 se cuestionó el castaño en un momento de reflexión profunda; era despistado, todo el mundo lo sabía, lo suficiente para no notar con claridad sus sentimientos.

"Yo te acompañaré a casa" Tsuna recordó aquella frase cuando se quedó limpiando la sala del comité por querer hablar con Kyoya, pensó que el carnívoro no era tan malo por haberle prestado su chamarra para cubrir la mayor parte de su cuerpo.
"Te llevaré en mi espalda" ahora Sawada recordó cuando el azabache lo cargó después de haberse lastimado el tobillo, en aquel entonces él se sentía feliz por tener a un guardián como Hibari.
"Fue una cena divertida, herbívoro" a pesar de que la primera cena que tuvo con el líder del comité fue un rotundo fracaso, Kyoya no se mostraba enojado ni mucho menos; el castaño se sintió aliviado cuando escuchó aquellas palabras.
"Aceptaré la invitación de tu madre, pero con la condición de que tú seas el que cocine" inevitablemente, el décimo Vongola, se acordó de la extraña petición del demonio de Namimori; en ese momento fue cuando por primera vez hizo algo bien sin echarla a perder antes.
" ¿Quieres la fresa? " El castaño esbozó una sonrisa al invocar aquella pregunta en su mente; Kyoya, después de todo, era alguien amable.
"Supongo que para ti no hay problema porque siempre estas corriendo por la ciudad semidesnudo" Tsuna se ruborizó levemente tras recordar aquella frase; de algún modo, Hibari tenía sentido del humor.
"Herbívoro, ten más cuidado".
" ¿Has pensando en entrar a una carrera de atletismo? Me aseguraré de asustarte antes de iniciar la carrera".
"Tsuna-san dijo que yo no era nada de él".
"Gracias por estar aquí".
"Tsuna-san olvidó su almuerzo en casa..."
"No puedes morir sin decirle antes a Kyoko que te gusta".
" ¿Somos amigos, no? "
"Tú eres el primero que considero como un amigo".
"Si tienes un problema, dímelo".
"Si algo sale mal, puedes contar conmigo".
"Hm... Entonces bailemos porque sigues vivo".
"Herbívoro... ¿Estás enojado por eso? ¿O es por algo más? "
"Me gustas, ¿sabes? Desde hace tiempo".
Todas aquellas palabras unidas formaban frases que tenían el objetivo de proyectar, aunque Tsuna no se hubiese dado cuenta en ese entonces, los sentimientos del carnívoro; todos los momentos que hacían a Sawada recordar todas esas palabras, todos los pensamientos que cruzaron en su mente en aquel entonces, todas las sensaciones que experimentó con el azabache a un lado suyo, todo eso bombardeó con fuerza su mente. Claro, aunque el tiempo que había pasado con él era poco, logró hacer mucho más recuerdos que con Kyoko durante todo el tiempo que llevan de conocerse; Tsuna apartó las hojas blancas, se levantó lentamente atrayendo la completa atención del carnívoro y, de su bolsillo, cayó la caja de chocolate que Dino le había dado a Kyoya. El castaño frunció el ceño al ver aquel objeto en el suelo; ahora lo entendía el porqué le ponía de malas ver aquello: él estaba celoso.
《Entonces... Si estaba celoso de Dino-san... 》 Tsuna levantó la cabeza como si hubiese encontrado la solución del problema matemático más difícil del universo, sus ojos brillaron al ver a Kyoya tan nervioso y, con un gran rubor en sus mejillas, se acercó de manera lenta a Hibari.
El azabache levantó la mirada para ver a Tsuna, su corazón latía como nunca antes y, con dificultad, pasó algo de saliva; la respuesta que el joven castaño le daría perjudicaría su vida. Literalmente, si Tsuna lo rechazaba, él moriría.

— ¿Estás consciente de que los dos somos hombres? — Cuestionó el castaño sin titubear, movió la mano para hacerle entender a Kyoya que se levantara y observó el reloj que estaba colgado en la pared; en pocos minutos el receso terminaría.
—Sí... — El azabache contestó desesperanzado, se levantó sin ánimo alguno y dejó que sus ojos grises se encontraran con los ojos castaños de Tsuna.
— ¿P-Por qué te gusto?
—Hm... No lo tenía planeado... ¿Cómo decirlo? Hm... Es que... Nadie planea estas cosas... Digo... Lo que intento decir... Yo... — El guardián de la nube estaba extremadamente nervioso, no podía expresar correctamente lo que tenía que decir y, debido a aquello, un leve rubor apareció en sus mejillas; era la primera vez que se encontraba en una situación así, por lo que no sabía como actuar y empezaba a molestarse consigo mismo por mostrar un lado tan patético.
—Basta — el castaño levantó la mano ocasionando que el azabache guardara silencio, esbozó una torpe sonrisa y se acercó todavía más al contrario—. Hibari-san... No, K-Kyoya-san... T-También me... gustas...
— ¿...? — El azabache abrió los ojos como plato, tomó suavemente a Tsuna de la barbilla y la levantó para poder ver sus ojos—. ¿Herbívoro, en serio?
—S-Sí...
Hibari le dedicó una sonrisa de felicidad pura al contrario, depositó un pequeño beso en sus labios y lo estrechó fuertemente entre sus brazos; ahora, después de tanto tiempo, finalmente se libraría de la odiosa flor.
—Es la primera vez que te veo sonreír así.
—Supongo que soy muy feliz.
— ¿E-En serio?
—Hm.
— ¡¿Tan pronto vas a volver con el hm?!
—Hm.
—Bueno... — Tsuna suspiró, observó el reloj nuevamente y caminó hacia la puerta—. Tengo que volver a clases.
— ¿Tan pronto?
—Hm.
— ... — Kyoya sacó una de sus tonfas y, como el contrario salió corriendo al ver aquello, lo persiguió.

La flor desapareció en la noche después de que Hibari tosiera los últimos pétalos; el azabache se sentía aliviado, y feliz, no tuvo que morir y consiguió que alguien sintiera lo mismo que él, cosa que, ni en sus más locos pensamientos, se lo hubiese imaginado.

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Bueno!! Aquí se termina~
Aprecio mucho el apoyo que me mostraron a lo largo de la historia ❤ agradezco infinitamente a las personas que votaron y, también, las que dejaron uno que otro comentario... y, por supuesto, las/los que continuaron la lectura de manera silenciosa [?] Sin voto ni nada...
Me encantaría etiquetar a todas las personas que hicieron todo esto posible, pero me llevaría casi una eternidad...
Realmente agradezco todo por su parte!! ✨❤
Y, bueno, aquí NO es la despedida...
Nos veremos en un par de horas más!! En el bonus!!

La extraña enfermedad de Hibari. [1827] -Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora