¡La pesadilla de Hibari!

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El azabache llegó exhausto a casa, al parecer no estaba tan cerca como lo había imaginado, se quitó los zapatos sin preocuparse de arreglarlos y cayó rendido en su cama; la próxima vez que vaya a la casa del herbívoro castaño tendría que irse más temprano o quedarse a dormir ahí. Kyoya imaginó volver a la casa del castaño, pero está vez era él quien preparaba la cena.
《 ¿El herbívoro sabrá cocinar? 》 Después de haber pensando en esto, Kyoya recordó la fecha en la que se encontraba; faltaba menos de medio mes para que se acercara la estúpida fecha de San Valentín.
Hibari, mientras recordaba las mil y un razones de porque odiaba el famoso 14 de Febrero, se fue quedando dormido sin darse cuenta de esto.

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Nota: desde aquí empieza el sueño de Kyoya, lo escribiré del lado derecho y con la letra inclinada... Y lo escribiré en primera persona, o sea, como si Hibari estuviera contando su sueño
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Estaba nublado, el cielo amenazaba que en cualquier momento empezaría a llover, por desgracia olvidé mi paraguas en casa; me pregunto si Sawada Tsunayoshi traerá uno, de lo contrario tendré que morder a dos herbívoros hasta la muerte. Aunque, pensándolo bien, podría morder un herbívoro únicamente y compartir paraguas con Tsunayoshi; eso podría acercarlo más a mí y, según un algunas herbívoras, es romántico.
Le di media vuelta a la silla para dejar de ver por la ventana, abrí un cajón de mi escritorio y saqué una rosa para dejarla sobre mis papeles; debería de decirle ya, aunque sólo ha pasado un mes desde que me di cuenta que el herbívoro patético me gustaba.
Quizás deba esperar un poco más, pero ya quiero deshacerme de esta maldita flor que sólo me causa problemas; ¡maldición! Lo haré hoy, en la salida, pero...
Suspiré con pesadez y dejé que mi cabeza descansara en en el respaldo de la silla; si el herbívoro mi rechaza, la flor se marchitaría y, por ende, me moriría. Saqué varias hojas en blanco y empecé a escribir; si me pasa lo peor, debo asegurarme de dejar a Tetsuya a cargo del comité disciplinario y dejar una carta más para el herbívoro donde le explico mi enfermedad.
¿Qué más debería de decirle? Quizás sea bueno que se entere de que es mi primer amor y que, gracias a él, llegué a experimentar sentimientos tan extraños en mi interior; a lo mejor deba de ser menos directo. A lo mejor estoy siendo algo exagerado, ¿por qué el herbívoro me rechazaría?
—Hibari-san — Kusakabe entró a la sala con dos miembros más del comité y caminaron hasta quedar enfrente del escritorio.
—Sawada Tsunayoshi no trajo paraguas, lo hemos comprobado — dijo uno de los miembros seguro de lo que estaba diciendo y señaló al otro miembro.
—Y aquí el paraguas que pidió — el que había sido señalado colocó un paraguas transparente sobre el escritorio e hizo una reverencia.
—Hm — ahora tengo que esperar que a la hora de salida empiece a llover.
—Nos retiramos — anunció Tetsuya para después irse con los otros dos.
Di media vuelta en la silla para volver a ver a través de la ventana y calculé un porcentaje de la posibilidad que había en que empezara a llover; quizás mi plan pueda funcionar, debo de ir con Sawada ahora.

Estaba en la azotea, con el paraguas en la mano derecha mientras que en la izquierda sostenía la rosa que le daría a Tsunayoshi; empecé a ponerme nervioso, ¿está bien que se lo diga?
—Hibari-san, siento el retraso — la voz de Sawada vino de atrás de mí haciendo que me volteara para verlo.
—Hm — es ahora o nunca, finalmente me voy a deshacer de la estúpida flor sin tener que dejar de odiar—. Herbívoro, me gustas.
El viento sopló fuerte haciendo que la rosa se fuera volando, empezó llover suavemente y a relampaguar iluminando, por cortos tiempos, el cielo oscuro; Sawada estaba nervioso y, más que nada, sonrojado.
—A... A mí me gusta Kyoko-chan, lo siento — Tsuna se fue corriendo tras decir esto.
Caí de rodillas al suelo, vencido, dejé que la lluvia me mojara, me acosté en la azotea y cerré los ojos; nunca pensé que moriría en la escuela y muchos de esta manera. Tal vez, después de todo, el amor no era algo para mí.

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Nota: aquí termina el sueño
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El azabache se despertó de golpe y tosió varios pétalos provocando que Hibird se asustara y volara lejos de su dueño; aún era de noche, lo que significaba que Kyoya podía volver a dormir. El demonio de Namimori suspiró de alivio cuando se dio cuenta que todo se trataba de un estúpido sueño, cerró los ojos nuevamente y pensó en lo que debía de hacer para enamorar al herbívoro castaño; Hibari tendría que recolectar información de diversos lugares para poder hacer un plan con el objetivo de deshacerse de la flor, que vendría siendo lo mismo que enamorar al castaño y que éste le correspondiera.

Al día siguiente, Kyoya se despertó más temprano de lo normal y fue a la azotea de su casa para buscar una caja llena de revistas viejas que hace años había comprado; estaba seguro que podría encontrar más de un tip para ser bueno en las relaciones amorosas. El guardián de la nube tomó una revista y, quitándole la tierra que había en ésta, empezó a hojearla hasta encontrar la parte que le importaba; ¡ahora Kyoya podía crear un plan y disminuir las posibilidades de un rechazo!

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;u; espero les haya gustado </3 el siguiente capítulo trataré de escribir más  [?]
Gracias por su apoyo~
Hasta la próxima ✨

La extraña enfermedad de Hibari. [1827] -Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora