Make Him Smile |JinMin|

Dulces y pasteles.

A Jimin le encantaban las cosas dulces, y SeokJin siempre estaba consciente de eso. Lastimosamente nunca tenía demasiado tiempo para cocinarle, cocinarles, algunos postres, galletas o pasteles.

A veces deseaba tener más tiempo para pulir sus habilidades culinarias, y poder consentir al pequeño mochi... y claro, a los demás también.

Pero ya que no podía hacer tal cosa, siempre trataba de darle algún caramelo, chocolate, o invitarlo a cualquier cafetería o heladería, apenas salían de la empresa.

Jimin nunca rechazaba una invitación, no sólo porque podía reír un montón siempre que estaba a lado de su tonto hyung, sino porque le encantaban esas salidas espontaneas a las que SeokJin lo arrastraba.

Ese día, por ejemplo, habían salido a las once de la noche de la sala de baile, debido a que Jin no lograba ejecutar un paso de la nueva coreografía que estaban entrenando. Jimin no iba a abandonar a su hyung en la lucha por controlar su propio cuerpo por lo que, aun cuando Sungdeuk- nim había huido del desastre andante que era SeokJin, él continuo tratando de enseñarle a llevar el paso a cabo.

—Lo siento Jiminnie, debes estar cansado— murmuró decaído SeokJin, mirando al menor con frustración— Lamento haberte quitado tu tiempo de descanso.

—No te preocupes hyung, lo hago con gusto.

Jin, siguió caminando en silencio por las vacías calles de Gangnam, pero de pronto vio una pequeña y moderna cafetería, y no dudo en tomar la mano de Jimin para arrastrarlo hasta ella. Y Jimin lo siguió feliz, sin poner mucha resistencia.

Se sentaron, ordenaron unos frappes y un par de trozos de cheesecake de brownie, y empezaron a charlar animadamente mientras esperaban la orden. SeokJin aprovechó nuevamente para disculparse con Jimin por su torpeza, y agradecerle por ser tan atento.

—Hyung, ya te lo dije, para mí es un gusto ayudarte— Jin se sintió sumamente cálido ante la espléndida sonrisa del menor, pero su felicidad se derrumbó un poco cuando agregó— Es por el bien del grupo, necesitamos que la coreografía salga perfecta.

Tenía razón, por supuesto, pero quería lo ayudara porque estaba a gusto pasando el tiempo con él, y no sólo porque era necesario para el grupo.

Sus pasteles y bebidas llegaron pronto, y aunque Jin tenía muchas ganas de expresar lo maravilloso que sabía, se sentía un poco decaído por lo sucedido anteriormente. Miró a Jimin disimuladamente, preguntándose que era ese sentimiento de pesadumbre que nació en su pecho por las palabras del menor, pero cuando Jimin lo notó le dio una sonrisa con la boca cerrada y llena de comida, haciendo que sus mejillas parecieran pequeñas y deliciosas manzanitas.

—Hyung, esto está buenísimo, me encanta.

Asintió, un poco atontado por las mariposas salidas de quién sabe dónde, que sentía en el estómago.

—No lo había dicho, pero me gusta mucho que siempre me esté regalando caramelos o dulces— expresó Jimin, dándole una de sus famosas eye smile, aturdiéndolo un poco más— Me fascinan los dulces, y aún más si me los invita usted, porque eso significa que se preocupa por mí.

—Claro Jimin, es que te ves tan contento comiendo cosas dulces que me hace feliz a mí también.

—Aunque a veces me preocupa engordar, o adquirir una enfermedad como la diabetes.

Entonces Jin recordó un chiste, y no perdió la oportunidad de usarlo.

—Sería una lástima si te vuelves diabético por mi culpa, porque no podrías vengarte de mí— comenzó con una sonrisita y su cuerpo echado hacia delante, expectante de la respuesta de Jiminnie.

—¿Por qué no podría?— preguntó, presintiendo que todo iba a acabar en una mala broma de su hyung.

—Porque la venganza es dulce.

Y Jimin se rió con ganas porque su hyung era demasiado gracioso. Además, sabía lo contento que se ponía cuando alguien se reía de sus chistes, y a él le complacía hacerlo feliz.

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De sólo imaginar a Jimin con las mejillas rellenitas me derrito (づ￣ ³￣)づ