Make Him Smile |JinMin|

Vergonzoso no cumpleaños.

A SeokJin no le molestaba envejecer, muy por el contrario, cumplir años le encantaba. Obtenía montones de atención, tanto de las fans, como del staff de la compañía y de sus compañeros.

Y a él le encantaba la atención.

Ese día no estaba cumpliendo años, en realidad, pero al ver el regalo de Jimin- una bufanda color rosa y blanco- en su cama, recordó lo feliz que se había sentido cuando el 4 de diciembre anterior, el menor se había acercado tímidamente con una bolsa de papel decorada con tul fucsia.

Él le había sonreído a Jimin y había estirado su mano para alcanzar la bolsa, pero el menor la retiró dándole una mirada risueña, provocándole un pequeño ataque al corazón con su, muy adorable, eye smile.

—Hyung, esto no es para ti— le había murmurado el chico, con una sonrisa suave adornando sus mejillas— Es un regalo que me hice a mí mismo.

—Ah, lo siento— se disculpó contrariado, porque estaba seguro que era para él.

Entonces Jimin le había guiñado un ojo y le lanzó la bolsa de papel en la cara, saliendo a toda carrera del cuarto, con sus carcajadas resonando por el pasillo. SeokJin recordaba haberlo perseguido hasta la sala, donde lo acorraló en el sillón y le hizo muchas cosquillas; tantas que Jimin tuvo que salir corriendo al baño antes de orinarse encima por lo mucho que había reído.

Tomó la bufanda que le había estado recordando ese día tan agradable, y la acercó a su rostro, escondiendo su nariz en ella. Lo olio y pensó lo bonito que sería que tuviera la esencia de Jimin impregnada.

Quizás debería prestársela un día, pensó aun oliendo la bufanda, lástima que Jimin no suela vestir de rosado.

—Hyung, realmente te gustas mucho ¿no?— lo interrumpió la voz de la persona en quien estaba pensando— Incluso tu olor te parece hermoso.

No hace falta decir lo mucho que le avergonzó que Jimin lo encontrara de esa manera, tanto que no pudo sacar la cara de la bufanda. Aun así sabía que su rubor era evidente en sus orejas.

—Bueno, al menos te gusta mi regalo también— susurró Jimin, acercándose a darle un rápido abrazo— Tranquilo, no le diré a nadie hyung.

Asintió, agradecido en el fondo porque Jimin no fuera a contarle al resto de su vergonzoso momento.

—Lástima que todos vinimos a invitarte a comer.

Entonces todos soltaron unas sonoras carcajadas, burlándose de su narcisismo y SeokJin los mandó a todos a la mierda, cerrándoles la puerta en la cara. Obviamente eso no detuvo sus risas detrás de la puerta.

Por suerte no era su cumpleaños, porque nohubiera podido disfrutarlo encerrado en su cuarto por la pena.     

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Capítulo por el cumple de Jinnie (¡Feliz cumpleaños, hermoso, sigue siendo tan lindo como siempre(づ￣ ³￣)づ ) y momento de inspiración espontanea. Espero les guste.

Y, en serio, muchísimas gracias por los 200 votos que le han dado a esta historia, lo he dicho millones de veces pero realmente no lo esperaba.  (≧∀≦)

¡Nos leemos!