Capítulo nueve

32.5K 3.4K 326
                                    


✶ ÁSPERO ✶

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ÁSPERO ✶


Fue el momento en el que los altos parlantes pitaron en todo el lugar, componiendo una melodía bastante alegre al igual que misteriosa.

Mi reacción fue lenta.

Ashton estaba ahí y su mirada lo acompañaba mucho más intensa que antes. Aquellos cetrinos eran capaces de advertirse fulgentes desde mi posición.

Asentó su bastón en el suelo y con la otra mano se levantó el sombrero, como si éste hubiese estado obstruyéndole la perspectiva. Elegantemente comenzó a caminar hacia mí, hasta donde la oscuridad le tenía permitido estar. Carecía de esa prosa y distinción autónoma.

—No tienes que hacer esto, Zara. —Sonaba más como una advertencia.

—Parece que viste algo interesante —comentó el muchacho semidesnudo junto a mí.

Lo vi observar hacia Ashton y fruncir el entrecejo, mientras que él en cambio, se mantuvo petrificado, semejante al mismo mármol blanco. Preciso a la orilla de la oscuridad.

—O tal vez no —bufó—. Vamos, entremos.

Tras dar un precipitado salto, se bajó de la caja. Me ofreció su ayuda, pero fue sin consentimiento previo. Tan solo tomó mi mano y me jaló suavemente para que volviese mi completa atención hacia él.

Me vi obligada a bajar y a observar al muchacho tan cerca de mí, que mi espacio personal se vio ligeramente afectado por eso.

—Lo siento, pero debo encontrar a alguien primero —le dije retrocediendo.

—Puedo ayudarte con eso, solo dime a quién estás buscando.

Se encogió de hombros. En ese momento hubo algo, una chispa en su voz que no me cedió ni mínima partícula de confianza.

—Gracias, pero puedo hacerlo sola.

Comencé a palparme las prendas en busca de mi teléfono celular. Mis manos tropezaron unas cuantas veces con los bolsillos y la desesperación fue en aumento al percatarme de que lo había extraviado. Lo maldije mentalmente porque nunca estaba cuando lo necesitaba con urgencia.

La preocupación me invadió. ¿Cómo se suponía que iba a localizar a mi padre y hermanos?

—Parece que ahora sí que necesitas ayuda —expuso con un rayo de burla.

—No te creas.

Caminé hacia un costado e instantáneamente volvió a tomarme de la mano, jalándome de regreso.

—Se está pasando de la raya. —Escuché Ashton rezongar.

Tuve el mismo pensamiento, pero un poco más doloroso y real.

El circo de Ashton #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora