El circo de la muerte, así lo nombran en leyendas. Mencionan que aproximadamente medio siglo atrás llegó a Port Fallen, lugar donde ocurrió el desconocido incidente que terminó por incinerar la carpa de indumentaria con el dueño en su interior.
Zara...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✶ RECUERDO ✶
Definitivamente lo rechazaba, y aunque intenté oponerme, solo logré revolverme sobre la cama.
—¿Qué...? —Empecé a decir con la voz áspera, pero me vi obligada a cerrar los ojos cuando todo a mí alrededor volvió a dar vueltas como un carrusel, duplicando cada objeto y nublándolo segundos después.
—Zara. —Apretó mi mano con delicadeza—. Usaste solo un anillo..., Zara, ¿me escuchas?
Fue tarde cuando quise responder que sí. Su voz se había desvanecido entre susurros, y mi vista pareció fundirse en Milo y los anillos sobre la mesa, introduciéndome en un remolido.
✸ ✷ ✶ ✷ ✸
Por un momento sentí paz, cansancio y mucha tristeza. Mantuve los ojos cerrados, estando consiente de lo que sucedía alrededor, y absolutamente todo no era más que silencio, un preocupante y mísero silencio.
La cortina se descorrió con fuerza, golpeándose contra el cimiento y provocando un estruendo similar a lanzar un costal de arena contra el suelo.
—¿Cómo puedes estar durmiendo en un momento como este? —Despegué los párpados con fatiga y con evidente molestia miré a Renzo—. Lo siento, no quise gritarte. Es solo que...
Se dejó caer al otro extremo de la banca y tuve que sentarme.
—No hay nada que pueda hacer —declaré con pesar.
—¡Claro que hay algo! Lo sabes, sabes quién lo hizo —desaprobó—. ¿Por qué no haces nada?
—Porque ya todo se está desmoronando —resoplé—. Todo se fue al demonio.
—No. Tú no quieres, tú te estás derrumbando junto con todo lo que está sucediendo. —Se levantó, anduvo hasta la puerta y se volvió para agregar—: era tu hija y solo la dejaste morir.
Abandonó el lugar en compañía del coraje con el que había ingresado. Y esa misma tristeza que sentía en un principio se convirtió en algo más fuerte, más detestable y engorroso. Hizo que las piernas me temblaran de la rabia y por suerte todavía permanecía sentada, pero eso no impidió que volviera a desparramarme sobre el asiento mientras cerraba los ojos y trataba inútilmente de volver a esa paz que tanto tiempo había tardado en conseguir.
Deseaba que todo acabara de una vez por todas y que el tormento desapareciera.
✸ ✷ ✶ ✷ ✸
Abrí los ojos de nuevo, pero esta vez con susto examiné alrededor, recordando haber visto a Renzo en un lugar completamente distinto, en un tiempo distinto. Empezando porque él estaba con su misma apariencia de joven.
