El sol aún no aparecía cuando Harry despertó a la mañana siguiente. Yacía en una pequeña cama, preguntándose dónde estaba, por qué no estaba en casa, y por qué le dolía tanto el pecho.
Suspirando pasó una mano por su cabello.
-De verdad volví- sonrió con amargura, sin importarle que no estuviera nadie en la habitación para oírle. Al sentarse balanceando las piernas sobre el borde de la cama hizo una mueca cuando sus pies entraron en contacto con el piso frio-. Uno pensaría que a los magos se les ocurriría lanzar un hechizo para calentarlo. Pero claro que no. Pueden lanzar cualquier cantidad de hechizos oscuros pero no un hechizo decente para mantener el piso cálido.
Aunque Harry quería volver a dormir se levantó y se preparó para el día. Sólo había rentado la habitación por una noche. Encontraba que no era bueno estar en un mismo lugar mucho tiempo, aunque la gente pensara que estaba muerto. No sabía con quien podría encontrase. Si eso sucedía estaba seguro de que no sería algo bueno, sin importar en qué bando estuvieran.
Completamente vestido dejó a habitación. No tenía nada más consigo que la ropa que había estado usando el díaa del ataque en Hogsmeade. Le hacía más fácil si tenía que marcharse de repente. Además era menos probable que lo emboscaran si no estaba usando algo valioso a la vista. Claro está que existían los hechizos encogedores para esconder las posesiones así que igual tenía que estar alerta al salir. Y se aseguró que su collar con la campana estuvieran a salvo bajo sus ropas. No deseaba perder las pocas pertenecías que todavía tenía.
Comiendo lentamente su desayuno, una porción de avena gris, Harry reflexionó sobre lo que debía hacer. Sabía que tenía que encargarse de Dumbledore pero aún no se le ocurría cómo hacerlo. Dumbledore había sido poderoso hace cincuenta años y Harry dudaba que el mago hubiera perdido el tiempo desde esa fecha.
Descartó la opción de enfrentarse al hombre en una pelea directa como un Gryffindor. Tenía la sensación de que Dumbledore trataría de jugar sucio en un duelo de ese tipo.
Eso significaba que tendría que buscar otra solución para el problema llamado Dumbledore.
Harry se echó hacia atrás en su silla y suspiró. Su mano se cerró en el collar que tenia bajo la túnica mientras se sumía en sus pensamientos.
Sabía con seguridad que la enfermedad que sufría de forma lenta pero segura lo mataría. Se preguntaba si habría sido diferente si hubiera ido donde un sanador cuando recién comenzó a tener esos ataques. Pero los sanadores habrían hecho preguntas que no habría podido responder.
¿Cómo se supone debía explicar que los ataques habían comenzado cuando su director lo había mandado a través del tiempo con una maldición asesina? O habrían creído que estaba loco o lo habrían mandado de inmediato al Misterio para que los Inefables experimentaran con él.
Ninguna opción le habría gustado y ahora no tenía la opción de ir a San Mungo o buscar a un sanador. Harry Potter supuestamente estaba muerto y aunque había cambiado mantenía la cicatriz en la frente. Una ojeada a la cicatriz y sabrían de inmediato quién era.
Por lo menos ya no usaba anteojos así que ya no se parecía tanto a su padre como antes. Y su cabello ya no era el mismo porque lo había dejado crecer.
Sintiendo que alguien lo miraba de manera que lo vellos de sus brazos se levantaron, Harry miró alrededor.
No había muchos clientes tan temprano en la mañana. Suponía que la mayoría aun dormían o ya se habían marchado.
Aparte de él y el dueño del local, que estaba parado tras el mostrador leyendo el periódico, Harry contó cuatro persona más en la habitación. Los primeros dos eran una pareja de vampiros, un hombre y una mujer, y al parecer eran bastante cercanos. Aunque ambos usaban capuchas que escondían sus facciones Harry estaba seguro de que eran vampiros. La sangre que bebían en copas se lo dijo.
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Decido mi propio destino
Fiksi PenggemarHistoria de HuskyWalker en fanfiction inglés y traducida por fadamaja Tomarry Slash Segunda parte de "el comienzo del comienzo" Tratando de contactar con las autoras originales