Capitulo 4

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Sr. Tom S. Ryddle:

Como administrador del testamento del Sr. Evan James, es mi deber informarle el antes mencionado lo ha nombrado su heredero. Esto significa que usted recibirá su bóveda y propiedades.

Ya que Gringotts previamente se ha encontrado con herederos que han matado a sus familiares para recibir sus herencias, le informo que si la muerte del señor James no resultara ser por causas naturales, o se sospechaba que usted está involucrado de alguna manera, Gringotts tiene la potestad de retener las pertenecías del Sr. James.

Si se prueba que usted, como heredero del Sr. James, ha tratado de asesinar a su tutor, todo lo que estaba designado para usted será entregado al familiar más cercano del Sr. James. Si no hay otro familiar las pertenecías irán a las arcas a Gringotts.

Que sus cuentas siempre estén llenas de oro.

Ragnok ~ Administrador de la cuenta y testamento del Sr. James.

Voldemort se quedó mirando la carta en sus manos, inseguro de si era una broma. Por otro lado, ¿quién se atrevería a hacerle una broma? Era imposible copiar el papel que usaba Gringotts en sus cartas. Lo hacían los mismos goblins. Y se encargaban de aquellos tan estúpidos como para intentarlo.

Nadie se atrevía a usar ese asqueroso nombre muggle. Después de averiguar por quién había sido nombrado había abandonado ese nombre y en vez de eso había tomado el nombre que su amante le había dado. Esa había sido otra manera de honrar su memoria.

Los únicos que se atrevían a usar ese nombre, y sabían quién había sido antes, eran Dumbledore y el chico Potter. Voldemort pensó que tendría que lidiar con una molestia menos, pero Potter no estaba muerto como lo había creído.

Sus rodillas repentinamente se doblaron después de leer la carta y se sentó de golpe en la cama, sin importarle despertar a Nagini, que siseó molesta antes de seguir durmiendo.

Voldemort ignoró a la gruñona serpiente y tratando de de controlar los pensamientos que giraban como locos.

Sabía que Evan tenía buenas relaciones con uno de los goblin en Gringotts. Esa era una de las razones por las que no había atacado el banco, ni siquiera antes de quedar reducido a una forma espectral. Si recordaba correctamente había sido Ragnok con quien Evan había estado trabajando. Nunca había conocido al goblin pero había oído a él y a Evan conversar por el flú en innumerables ocasiones.

Miró de nuevo el papel y frunció el ceño. ¿Si había sido el heredero de Evan todo el tiempo porque no se había enterado de ello hasta ahora? Sabía que Gringotts contactaba a los herederos cuando cumplían la mayoría de edad.

-Pero la carta debió llegar apenas cumplí los diecisiete, que era la edad en la que me volví un adulto. No ahora, más de cincuenta años después de la muerte de Evan-. No era normal que Gringotts cometiera un error como ese. Mirando nuevamente la carta en su mano, Voldemort frunció más el ceño-. Dice que heredaré cuando Evan muera.

Pero el problema era que Evan ya había muerto. Dumbledore había sido testigo. Y aunque Voldemort se había rehusado a creerle al hombre entonces, cuando Evan no había ido a buscarlo al orfanato se había visto obligado a aceptar la verdad. Eso hizo que odiara al profesor y a los muggles más de lo que ya lo hacía.

Si la carta era verdadera Evan estaba vivo, y había estado vivo todo ese tiempo. Voldemort frunció el ceño, preguntándose por qué su amante no lo había buscado si estaba realmente con vida. Se le ocurrieron varias razones para eso, cada una más improbable que la anterior.

Evan quizás había sido herido en la lucha contra los hombres de Grindelwald o quizás había peleado con el hombre mismo. Entonces él, por alguna extraña razón, se había visto obligado a Aparcerse del lugar hacia alguna locación segura donde esperar mientras sanaba.

Decido mi propio destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora