Capitulo 23

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Desde que había sido convertido se encontró observando a los mortales, muggles y mágicos de la misma manera. Aunque los magos y brujas tendían a vivir más que sus contrapartes no mágicas aún no era nada comparada con la vida de un vampiro. Pero sin importar cuánto tiempo pasara, le parecía que los humanos nunca cambiaban. No aprendían de sus errores pasados sin importar las consecuencias que salieran de ellos. Iban a guerras y mataban a otros antes de terminar muertos. Odiaban, amaban, lloraban y creían ser diferentes y mejores que los demás.

Pero Sanguini sabía que no era así. Durante su larga vida había observado a la raza humana. Como el resto de los de su especie sólo interactuaba con humanos cuando cazaba o cuando alguien atrapaba su interés. De vez en cuando había alguien lo suficientemente diferente para llamar su atención y Sanguini seguía a esa persona, mayormente desde lejos pero a veces se acercaba para observar su breve vida. Así como un ángel guardián, como había sido llamado alguna vez. Debido a su apariencia inalterable era imposible para él jugar un rol importante en la vida de esa persona a menos que perteneciera al mundo mágico. Al menos eso lo mantenía ocupado durante un puñado de años.

Había asistido a la tardía fiesta de Navidad de Horace Slughorn porque no había tenido nada que hacer en ese entonces. Aunque no le interesaba el humano que había encontrado, el señor Slughorn parecía tener un talento para encontrar seres del tipo interesante, cosa que lo alejaría de su aburrida existencia al menos por un tiempo.

Desafortunadamente éste no había sido el caso. Si estos eran los interesantes y poderosos jóvenes de la raza humana de Hogwarts las cosas lucían oscuras para el futuro. No había considerado a nadie digno de su tiempo y Sanguini se había marchado más pronto de lo normal. Conociendo a su anfitrión como lo hacía, sabía que Slughorn no notaría que había dejado la pequeña fiesta antes. En estos momentos el pocionista estaría construyendo o reforzando sus conexiones con los llamados "niños del futuro".

En su camino a la salida del castillo, Sanguini había comenzado a sentir que el hambre le embargaba. Sabía que no podía atacar a uno de los estudiantes o a alguien del personal; ese era un error que sólo un vampiro recién convertido cometería, no alguien que había vivido tanto tiempo como él. Por suerte había un pueblo cerca del castillo y para hacerlo aún mejor era un pueblo mágico. Sanguini encontraba que disfrutaba más la sangre de un mago o una bruja que la de un muggle. La caza normalmente dejaba una emoción en su cuerpo y la sangre mezclada con magia por lo general sabía mejor que aquella no tocada por la magia.

No había pensando que aquél que había escogido como su presa resultaría ser quien atrapara su atención. Evan James era la razón por la que se encontraba dirigiéndose hacia la Mansión de Lord Voldemort pese a lo tarde de la hora, sabiendo que la gente probablemente estaría durmiendo. Quería respuestas, y la experiencia le había enseñado que la mejor manera de conseguirlas era yendo tras quién las tenía.

Las protecciones lo dejaron entrar sin vacilación y Sanguini supo de inmediato que Lord Voldemort estaba consciente de su presencia. Acelerando se movió más rápido que cualquier mortal podía ser capaz de hacerlo. En poco tiempo se encontró frente a las impresionantes puertas delanteras. Las puertas se abrieron en silencio permitiéndole la entrada, ésta vez usando una velocidad humano para no chocar con nadie que pudiera estar adentro. No tenía deseos de ser atacado sólo porque alguien se sorprendió. Al menos se había alimentado antes de llegar, así que no tendría la necesidad de dejar a alguien sin una gota de sangre.

Se detuvo frente a un elfo doméstico que estaba de pie esperándolo nervioso. La miserable creatura se estaba jalando las orejas mientras miraba a cualquier parte menos a él.

-El amo Lord Voldemort está esperando al amo vampiro señor en la sala de reuniones, amo vampiro señor.

-Muy bien, infórmale a tu amo que estaré allí en unos segundos.

Decido mi propio destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora