Capitulo 26

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Sintiendo que tosía cenizas desde las profundidades de sus pulmones, Harry cayó de la chimenea. Tirado en el suelo, mirando hacia el techo y no del todo seguro de cómo se las había arreglado para terminar así cuando había usado el flú como cualquier otra persona. Quizá debería preguntarle a Draco cómo funcionaba el asunto del flú para saber cuál era el truco. Por lo que Severus había dicho en el cementerio más temprano tenía algo que ver con haber crecido usando ese tipo de medio de viaje. Pero Tom y por lo tanto Voldemort nunca habían tenido ese tipo de problemas.

Harry estaba cien por ciento seguro de que era una conspiración en su contra. Podía verlo dentro de su mente. Los líderes de los medios mágicos no voladores se reunían para planear en su contra. Se sentaban alrededor de una mesa redonda y cambiaban de tema la mayor parte del tiempo antes de volver a él.

Sonriendo por pensar en eso se sentó. Dudaba mucho que alguien lo siguiera por el flú así que no se molestó en moverse del suelo. Además disfrutaba donde estaba, justo frente al fuego naranja, cálido y cómodo.

La reunión había salido sorprendentemente bien, aunque lo dijera él mismo. Pero había tomado más tiempo del necesario. Harry culpaba a Fenrir y Sanguini. Pese a sus intentos ninguno de los dos había logrado hacerse ningún daño real, pero no por no intentarlo. Harry suponía que era debido a Remus y Nero, como había descubierto se llamaba el otro vampiro. Cada vez que parecía que uno de los dos iba a comenzar una pelea, o un par de veces ambos, habían pedido un descanso y habían arrastrado a sus furiosos compañeros fuera de la habitación.

Harry nunca averiguó por qué peleaban. Cada vez que salían él se encontraba siendo arrastrado en otra dirección por Voldemort, que lo molestaba apenas estaban fuera de la vista.

Un rubor cubrió las mejillas de Harry cuando se dio cuenta de que con los sentidos aumentados los hombres lobos y los vampiros probablemente habían podido oler su excitación. Eso explicaba las miradas que Remus le había estado dando desde el primer receso. Gruñendo, Harry esperaba que nadie lo mencionara la próxima vez que se reunieran o temía que el rubor se volvería una parte permanente de él.

-Llegas tarde.

Sonriendo Harry se dio la vuelta y encontró la mirada de Severus, que estaba sentado en un sillón frente a la chimenea. Harry no sabía cuánto tiempo llevaba el maestro de pociones sentado allí. Por lo que sabía el hombre estaba allí desde antes que había llegado. Por la pila de revistas de pociones en la mesa al lado del hombre, Harry podía decir que era muy probable que así hubiera sido.

-¿Me extrañaste?

Harry rodó los hombros que estaban ligeramente doloridos por su caída de la chimenea. Uno podía decir que ya estaba acostumbrado a ese tipo de aterrizajes pero no parecía ser el caso.

-¿Y por qué te extrañaría? He disfrutado el silencio y he podido usar mi tiempo de manera constructiva ahora que no hay mocosos que me molesten.

-¿Cómo fue la llegada de Luna y Hermione a la estación?-. Harry lamentó no haber podido acompañar a sus amigas. Pero la reunión había sido importante y confiaba en que Severus se aseguraría de que nada le pasara si podía evitarlo.

-Bien. Escolté a la Srta. Lovegood y a la Srta. Granger hasta la estación del tren donde el Sr. Lovegood nos estaba esperando y él acompañó a las chicas el resto del camino. Nadie me reconoció y me aseguré de que nadie me observara o pudiera seguirme cuando me Aparecí hasta acá.

Sin decir nada Harry asintió. De alguna manera no podía decir que le sorprendiera que Severus se hubiera tomado tantas molestias. El hombre era un espía con experiencia y sabía cuidar de sí mismo y de otros. Y aunque a Harry no le agradaba la idea de que sus amigas estuvieran tan cerca de Dumbledore suponía que no había mucho que pudiera hacer al respecto. Y ya que Dumbledore no tenía razones para creer que ellas no confiaban en él, el hombre no tenía motivos para vigilar a Hermione y a Luna o, si es que se atrevía a pensarlo, lastimarlas.

Decido mi propio destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora