Capitulo 20

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Harry aterrizó en una pila de nieve con una maldición en sus labios. De todas las cosas que podían haber sucedido no había esperado que Voldemort le pasara un maldito Traslador. Sin importar cuantas veces lo intentara, que podían ser contadas con los dedos de una mano, nunca la agradaría. Aún le hacía recordar el Traslador en cuarto año que lo había llevado junto a Cedric al cementerio.

Poniéndose de pie Harry se dio la vuelta, tratando de averiguar dónde estaba. Pese a ser temprano no tenía idea de dónde estaba. Todo lo que podía ver eran árboles, nieve cubriéndolo todo y, miren, más árboles. Harry bufó divertido. Confiaba en Voldemort lo suficiente para saber que no lo enviaría a ningún lugar peligroso. Pero un Traslador podía ser manipulado para enviar a alguien en otra dirección o simplemente funcionar mal.

Sabiendo que no había mucho que pudiera hacer sobre su situación actual, Harry se preparó para esperar lo que sucedería. Al menos podría defenderse si algo malo pasaba. Era un pequeño consuelo pero estaba dispuesto a tomar lo que pudiera.

Se frotó los brazos, tomando confort en el movimiento, aunque no le traía mucho calor. Ya que había esperado pasar su día dentro de la mansión no estaba preparado para el frio. Su túnica era demasiado ligera para usarla afuera, en especial siendo invierno. Parecía que el viento se colaba por entre sus ropas.

Tiritando, Harry se apoyó contra un árbol. De esta manera al menos su espalda estaba protegida si algo sucedía. Sintió una corriente de magia bajo su piel, lista para ser liberada si algo pasaba y la necesitaba.

Una gran mano agarró su hombro y Harry dio un salto dejando escapar un gritito masculino. Sin pensarlo dos veces su magia hizo que la persona saliera volando lejos de él. Oyó a la persona chocar contra el suelo, por el sonido la persona era un hombre grande, pero Harry no entendía como el hombre pudo acercarse tanto sin que lo notara. Lentamente se giró para mirar a su atacante.

El ver a Fenrir Greyback en el suelo luciendo confundido hizo que Harry se largara a reír ante la hilaridad de la situación. Estaba consciente de lo difícil que era sorprender a un hombre lobo con sus súper sentidos y todo eso y sabía que fue más suerte que habilidad lo que hizo que Greyback terminara en el suelo.

La risa de Harry murió cuando Greyback se puso de pie. El hombre lobo se movió lentamente y mantuvo sus manos donde Harry pudiera verlas, como si estuviera frente a un animal asustado. El cuerpo de Harry se tensó cuando Greyback se paró en toda su estatura. La última vez había visto al hombre fue en la casa de Remus y en esos momentos había estado un poco ocupado para prestar atención a lo grande que era en realidad el hombre lobo.

Sus ojos no dejaron el cuerpo de Greyback ni por un momento. Harry sabía lo suficiente sobre hombres lobo para saber que en su forma humana eran muy difíciles de vencer en una pelea. En especial si uno quería ganar.

-Si hubiera sabido que ibas a pelear así jamás habría accedido con Voldemort a dejarte venir aquí sin que él te dijera lo que sucedería.

Frunciendo el ceño Harry fulminó con la mirada al hombre lobo cuando este se acercó. Alguien le había mencionado que Greyback era uno de los aliados de Voldemort, lo que significaba que era seguro para él estar con el hombre lobo.

-Creo que reaccionarias de manera similar si de repente te encontraras congelándote el trasero en un bosque desconocido.

El licántropo sólo levanto una ceja.

-¿Eres un mago o no? Para alguien que se supone es el igual del Señor Oscuro, no eres tan inteligente.

Suspirando, Harry uso un hechizo calentador sobre sí mismo, en silencio retándose por no haber pensado en eso antes. Se disculpó con la razón de que aún no se acostumbraba a usar su magia libremente.

Decido mi propio destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora