Capitulo 27

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Cuando abrió por primera vez los ojos Harry estaba seguro de que se había quedado ciego porque no podía ver nada. La oscuridad lo rodeaba y consumía cualquier otra cosa que pudiera estar con él. La única cosa que lo convencía de que estaba vivo y que probablemente no estaba soñando era el frío suelo de piedra en el que yacía.

Los ojos verdes parpadeaban y se movían, tratando de discernir algo desde la oscuridad aparentemente interminable para probar que no estaba ciego. El pánico inundó su pecho cuando Harry pensó que nunca más volvería a ver la luz del día. De estar ciego para siempre. Cerró los ojos esperando un cambio en la oscuridad, aunque no fue el caso. Pero con los ojos cerrados al menos podía convencerse de que vería si los abría.

Harry se acurrucó intentando mantenerse lo más cálido posible. Donde quiera que estuviera, estaba malditamente helado y le hizo preguntarse si quien lo había puesto aquí planeaba que muriera de frio.

Recordando lo que había sucedido antes de perder el conocimiento hizo que la respiración de Harry se acelerara. Esperaba que los Slytherins hubieran logrado regresar a la casa sin haber sido lastimados o capturados. O si no tendría que lidiar con tres Gryffindor personalmente. Neville había hecho todo lo posible para evitar la pelea y Harry sabía que era culpa de Dumbledore que el otro adolescente hubiera estado involucrado. Después de todo había sido el director de Hogwarts quien había proclamado a Neville el Niño Que Vivió. No era algo que Harry le deseara a nadie.

Moviéndose para encontrar una posición más cómoda Harry abrió los ojos. Lentamente levantó las manos hasta el frente de su cara aunque no podía verlas. Parecía que mientras había estado inconsciente se había transformado de nuevo a su forma humana. Aunque Harry estaba feliz de ya no estar en la vulnerable forma de Beleza tenía la sensación de que no estaba mucho mejor así.

Como Beleza había lucido como un gatito normal, no era algo a lo que valía la pena prestar atención a menos que fueras una chica loca que necesitaba una víctima para vestir. Y como Beleza nadie más que quienes lo conocían sabían quién era en realidad.

Con una mano buscó su frente y aplanó su cabello en un intento de ocultar la cicatriz. Si aquellos que lo tenían capturado averiguaban quién era en realidad Harry dudaba que terminara bien. Por suerte había lanzado un hechizo no me notes en la cicatriz antes de dejar la casa. Pero Harry no tenía idea hacía cuanto tiempo había sido ni cuánto duraría.

Estremeciéndose, dejó caer su mano cuando sintió lo que parecía ser sangre seca en su cabello. Al parecer Nott lo había golpeado más fuerte de lo que había creído.

Sintiendo algo alrededor de su muñeca izquierda Harry lentamente bajó su brazo, frunciendo el ceño. Reconoció la sensación del frio metal y pavor lo llenó cuando sus dedos recorrieron la superficie de la cosa. Los grabados eran diferentes de aquellos en los brazaletes que Dumbledore le había puesto para contener su magia. Harry no tenía idea de lo que éste podía hacer pero tenía la sensación de que no sería nada bueno. Al menos no para él.

Respirando profundamente, buscó su magia y se sintió complacido de saber que aun estaba a su alcance. Al parecer se había restaurado completamente mientras estaba inconsciente y estaba lista para ser usada. Pero no podía usarla, no tenía idea de donde estaba y qué había al otro lado de la puerta. ¿Cuántas trampas y personas habían entre él y la libertad que tanto añoraba?

Sentándose lamentó esa acción cuando el mareo aumentó y se volvió a acostar, sintiendo que su estomago luchaba por no salirse por su garganta. Cerrando los ojos otra vez, Harry respiró de manera uniforme por su nariz, esperando que se le pasara la nausea.

Quedándose acostado uso sus manos y pies para tantear alrededor suyo. Alguien le había quitado los zapatos y su túnica, dejándolo solo en camisa, pantalón y calcetines, que no ayudaba en nada para mantenerlo cálido. La habitación en la que se encontraba estaba hecha de dura piedra y no era mucho más grande que su antigua alacena aunque era capaz de estirarse completo mientras estaba acostado. Pero considerando su propio tamaño Harry suponía que eso no decía mucho. Una persona normal probablemente se sentiría apretada en esta habitación.

Decido mi propio destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora