Capitulo 7

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Volver a la conciencia después de ser alcanzando por un hechizo no era una experiencia agradable. Eso pudo concluir Harry cuando despertó. Manteniendo los ojos cerrados para no alertar a sus captores, intentó averiguar cuál era su situación.

Tenía un horrible dolor de cabeza, sin duda concecuencia de haber chocado contra la pared. Se movió ligeramente y no pudo evitar gemir cuando el dolor recorrió los músculos de su espalda. No tuvo dudas de que ahora tenía un gran moretón y agradeció estar de costado.

Donde fuera que estaba era un lugar frío, al parecer esa gente no sabía de hechizos de limpieza. Piedritas se enterraron en su costado e hizo una mueca. Supuso que debía estar en un sótano o mazmorra. Por el tipo de gente que lo había capturado, dudó que lo dejaran salir pronto.

Queriéndo saber dónde estaba abrió los ojos y parpadeó varias veces para acostumbrarse a la mala iluminación. Yacía en un suelo de piedra, enfrente había una pared que, por lo que pudo ver, también era de piedra. Respiró profundamente sólo para lamentarlo cuando sus costillas dolieron más de lo que ya lo hacían.

Necesitaba saber dónde estaba, así que posó sus manos bajo de sí y las uso para empujarse. Sus brazos temblaron bajo su peso, pero logró al menos sentarse. Sabiendo que no tenía que apoyar la espalda contra la pared se sentó derecho, sus ojos escaneaban la habitación.

Una vez que se acostumbró a la oscuridad pudo ver más del lugar. Era pequeño, y sólo por su tamaño enjunto es que había logrado estar acostado sin necesidad de acurrucarse. Jamás pensó que encontraría una razón para estar contento de ser más pequeño que las demás personas.

No había ventanas en la celda, y la única luz provenía de debajo de la puerta. Podía distinguir sombras moviéndose, pero no podía escuchar nada. Supuso que la puerta tendría protecciones silenciadoras para que no pudiera escuchar nada que proviniera del otro lado.

Moviéndose un poco se preguntó qué le habría sucedido a Remus. Obviamente el licántropo no estaba ahí con él. Y era práctimamente imposible que alguien pudiera esconderse en una celda tan pequeña. Eso significaba que tedría que encontrarlo antes de marcharse.

No estaba seguro de cuánto tiempo esperó en la oscuridad antes de que la puerta finalmente se abriera. Había temido y esperado por ello. Dormitó varias veces, sólo para despertar de golpe cada vez que su espalda hacía contacto con la pared.

Las lágrimas llenaron sus ojos y los protegió de la luz.

-Señor Potter, es bueno ver que está despierto. Comenzaba a temer que no despertara antes de que el señor Oscuro arribara.

Harry retiró el brazo que cubría sus ojos y sonrío ante el cabello rubio, hasta que recordó que ya no estaba en el pasado. El tono sarcástico se lo recordó.

-Hola, Lucius. Te ofrecería un asiento pero no hay ninguno, y la verdad dudo que te me unas aquí en el suelo- sonrió cansadamente a Lucius.

El hombre lucía muy similar a como había esperado que Abraxas luciera cuando fuera mayor. Casi no se parecía a Mortimus. El pie de Lucius tocó su pierna, como si quisiera tener el mínimo contacto con él.

-Señor Potter, sería mejor que me llamara por mi título. Hasta que el señor Oscuro llegue está bajo mi poder. Y puedo asegurarle que no será agradable si me molesta.

A pesar de la punzada de temor, Harry le miró directamente a los ojos.

-He conocido a muchos Malfoy durante mi vida, Lucius. Para no volverme loco te llamaré por tu nombre de pila. Eres libre de llamarme Harry si lo deseas.

Lucius frunció el ceño.

-Los únicos Malfy vivos somos mi hijo, Narcissa y yo.

Harry cerró los ojos por un breve momento. Así que Abraxas y Mortimus estaban muertos. Aunque lo suponía, no había forma de que Lucius fuera "lord Malfoy" si alguno de ellos seguía con vida. Pero de todos modos le dolió escucharlo. Y ya que Lucius no sabía sobre su pequeño viaje en el tiempo no tenía razones para mentirle.

Decido mi propio destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora