Dulce y amargo amor (SuperCorp)

Parte 1

Eran las 7 am cuando desperté, tenía un dolor de cabeza terrible, creo que está vez no solo me limité a beber, pues sentí a alguien a mi lado. Veía borroso, recuerdo que ayer tenía mis lentes de contacto, así que busque mis gafas de mi bolso y me di cuenta de que no estaba en mi departamento y además estaba desnuda debajo de las sábanas, me senté en la orilla de la cama. Sonreí al ver la espalda descubierta de la chica que aún dormía, parece que la pase bien. Recuerdos de la noche vinieron a mi mente, estaba en el bar tomando con Winn y su novia, cuando vi a una chica muy atractiva, me acerqué a ella y le invite un trago, después de eso solo recuerdo que ambas salimos del bar con dirección a su apartamento, y bueno, pasó lo que siempre pasa cuando invitó solo una copa a una chica, lo que buscó siempre, pasar una noche con alguien. Volví a mirar hacia ella, y noté que su espalda estaba cubierta por algunos rasguños, definitivamente, me la pasé increíble, dejé una nota, como siempre hago. Jamás les doy mi número, usualmente mis conquistas son solo de una noche, no me interesaba conocerlas, a menos que en verdad follaran increíble y no quisieran un compromiso. Me vestí rápido y salí del lugar antes de que despertara. Al salir del edificio, me percaté que no estaba muy lejos de mi departamento, así que decidí caminar, vi mi celular y tenía cuatro llamadas perdidas de Alex, ya imaginaba como estaría. Llegué a mi apartamento a las 8 am, Alex ya estaría despierta, a pesar de ser domingo mi hermana solía ir a visitar a sus pacientes, eso sí que era pasión por lo que hacía. Entré y como me lo esperaba, mi dulce y estricta hermana me estaba esperando con su peor cara.

- Buen día Alex. -le sonreí y fui directo a la cafetera, necesitaba cafeína para estar al cien.

- ¿Dónde estabas y con quién?

- Y dices que las de los modales no soy yo. -reí, amaba hacer enojar a mi hermana- Amm, ya sabes. Estaba con... -intenté recordar el nombre de la chica. - Soban... Shaban... 

- ¿Siobhan?

- Si, exacto. ¿Cómo lo sabes? -le pregunté, y bebí de mi taza favorita con el título "Para la mejor hermana del mundo".

- Llamó, olvidaste tu cartera en su apartamento.

Demonios, salí tan deprisa que algo tenía que olvidar, eso significaba que tenía que volver a verla. Pero de inmediato vi a Alex, ella podría ir a recogerla. Ella supo mis intenciones, y se negó, sabía que detestaba volver a involucrarme con una persona.

- No, no lo haré. Tú te acostaste con ella, no yo.

- Porque no quieres Alex, podríamos salir y conozcas una linda chica. Y dejes de esperar a Maggie de una vez.

- Solo nos tomamos un tiempo, y ya te he dicho que no hablaremos de eso. Me preocupas.

Hace tres meses que Alex y Maggie terminaron su relación, debido a que Maggie fue trasladada al departamento de policía en Central City, mi hermana no podía dejar su trabajo en el hospital y por más que buscaba vacantes en los hospitales de aquella ciudad, le era muy difícil encontrar una oportunidad. Por lo que decidieron mantener una relación a distancia, pero no funcionó, así que lo dejaron, y prometieron esperarse. Eso me parecía demasiado cursi y patético. Y pensar que una vez fui así, a temprana edad aprendí que el amor no es otra cosa que fantasía para cuentos de hadas y películas. Mi vida ha estado envuelta en rupturas amorosas, separaciones y abandono, iniciando con mis padres los cuales no conocí, cuando tenía tres días de nacida mi madre murió y mi padre me abandonó, la familia Danvers me adoptó. En mi adolescencia, mi padre adoptivo Jeremiah y mi madre adoptiva Eliza se divorciaron, fue un proceso doloroso, experimenté el calor y amor de tener una familia y después todo fue tristeza y dolor, fue muy difícil superar junto con Alex que nuestros padres ya no se amaban, aunque ahora son grandes amigos y Jeremiah se lleva muy bien con Hal, el novio de Eliza.