Parte 17

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Lena

Salí de la ducha y me envolví en mi bata de baño, secaba mi cabello, mientras caminaba hacia la cómoda junto a mi cama, saqué de uno de los cajones una cajita con varios medicamentos, tomé un par de aspirinas y me serví un vaso de agua. La cabeza me dolía, sentía dolorosos punzones en las sienes, como si dentro de mí habitarán seres pequeños taladrando las paredes en mi cabeza. Pasé sin esfuerzo ambas pastillas, esperando hicieran efecto en cualquier momento. Las punzadas aún continuaban, y es que no sería para menos, todo este día fue un huracán de emociones, y ese huracán tenía el nombre de Kara por todos lados. Aun me debatía si debí haberla dejado sola, pero tenía que atender esa llamada con Perry White, en verdad que no quería escándalos y columnas amarillistas involucrando a Kara, ni a ninguno de mis empleados, gracias a Matthews pude llegar a un acuerdo con White, aunque eso significaba que la próxima gran e importante exclusiva se la dejaría al Daily Planet. Tengo el presentimiento de que alguien le dio un llamado a White para enterarlo de todo, si así fue no me sorprende, es una regla básica saber jugar sucio entre compañías, y el señor White ganaba en todas las opciones posibles.

Después de que todo quedo aclarado, volví al salón a buscar a Kara, pero ya no estaba y era bastante obvio, estaba molesta por haberla dejado, yo lo hubiera estado. Había logrado que bajara todas sus defensas, estaba dispuesta a darme una oportunidad y yo la desperdicié. Cerré mis ojos, solo para recordar ese momento en que nuestros labios se unieron, como sus manos recorrían mi cuerpo y dándome cuenta que la extrañaba más de lo que imaginaba. Ray tocó la puerta de mi recamara, sacándome de mis pensamientos, interrumpiéndome en la búsqueda de respuestas de lo que pudo haber sido esta noche. Le había prometido a mi amigo que cenaríamos algo en casa, después de todo, no tuve oportunidad de probar bocado en la fiesta. Me vestí mi pijama y cuando llegué a la cocina el dolor de cabeza había disminuido.

Mi amigo se tomó la libertad de preparar algo, porque además de ser un amante de la cultura pop, científico, ingeniero, amante de las artes, era un increíble cocinero. No podía dejar de pensar en Kara, pero no por eso pasaba por alto como Ray me miraba. Cenamos en silencio, más bien cené, al parecer fui la anfitriona que no probó del banquete que contrató, mi amigo solo comía de una caja de cereal para hacerme compañía.

—Creí que ese cereal es solo para niños —pregunté más que para hacerle plática, lo hacía para no pensar en cierta rubia, aunque parecía imposible.

—Creí que ese cereal es solo para niños —pregunté más que para hacerle plática, lo hacía para no pensar en cierta rubia, aunque parecía imposible

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—No veo que la caja diga que es para menores de 12 años.

Usualmente este tipo de respuestas de Ray me sacan una sonrisa divertida, pero con mi mente en otro lugar era difícil darle toda mi atención. Él lo notó de inmediato, no tardaría en cuestionar y creo había llegado el momento de hablarlo con alguien.

—Lena, sobre lo de hoy... Bueno, tu historia con esa chica Kara... Sé que aún no estas lista para hablarlo, solo quiero reafirmarte que cuentas conmigo —dijo sinceramente.

Dulce y amargo amor (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora