Parte 19

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Normal

Amaba los lunes, su hermana solía decirle que no era de este mundo, ¿quién en su sano juicio amaría un día que todos odian? Bueno, para Alex son su único día libre, en el que suele levantarse hasta tarde, aprovecha dormir unas doce horas o quizás más, justo el tiempo que necesita para que su cuerpo descansé y recargué energía para el resto de la semana. Siempre con una sonrisa en el rostro y estirando sus brazos para recibir los rayos del sol de la tarde, se levantaría de un salto, tomaría un rico baño, haría la llamada que siempre hace al levantarse y posiblemente saldría a correr o a caminar, visitar el centro comercial y detenerse a tomar un café, o cualquier actividad que se le pasara por la cabeza, lo que más deseaba era pasar su día fuera del apartamento, en la noche volvería a casa para volver a llamar aquella chica y hablar de cómo estuvo su día. Sólo que esta vez, esas llamadas saldrían de la lista de cosas por hacer.

Alex despertó con los ojos hinchados, se notaba que había llorado. No quería levantarse de la cama, se abrazó más a su almohada, con las lágrimas amenazando con volver a salir. Y eso hubiera hecho sino fuera porque su estómago le pedía algo de comer. El buen humor que le acompañaban había desaparecido, se mostraba cansada, hizo todo lo que se supone debe hacer para iniciar su día. Mientras se preparaba, cada cinco minutos tomaba su celular esperando ver una llamada entrante, aún tenía esperanzas de que Maggie se hubiese arrepentido y le llamara pidiéndole otra oportunidad, pero no había nada. En varias ocasiones, habría su contacto y se tentaba a llamarle. La extrañaba, no era justo que Maggie tomara esa decisión por las dos, Alex estaba dispuesta a esperar, estaba siendo paciente, se lo demostraba cada día. Su voluntad fue más fuerte, lanzó su celular a la cama. Con los pies desnudos y arrastrando el suelo fue hasta la cocina. Maldijo en el camino al golpearse el pie con la pata de uno de los bancos de la barra. En la puerta del refrigerador colgaba una nota.

Me he olvidado hacer las compras ¿Puedes hacerlas por mí? La próxima semana prometo hacerlas. Llegaré tarde esta noche. No te enojes °3°

—Estupendo Kara, no me hablas pero quieres que haga tus tareas —resopló.

Tomó sus llaves y se dirigió a hacer la despensa con el estómago vacío. Los lunes estaban dejando de ser su día favorito.

.

Alex se paseaba por el último pasillo, mientras leía el reverso de una caja de cereal, que no se percató que había golpeado a alguien con el carrito, escuchándose el ruido de aluminio golpeando el suelo.

—¡Auch! —se quejó una chica con la pierna enyesada—. Ten más cuidado imbécil.

—Lo siento, lo siento, estaba distraída que no la vi —dijo al darse cuenta que había golpeado a una joven en muletas, con rapidez se acercó a levantarlas.

—Doctora Danvers —dijo la mujer sorprendida.

—Sara Lance —respondió Alex con el mismo asombro—. Lo lamento, en verdad, yo no te vi.

Le entregó las muletas y le ayudó a apoyarse en ellas.

—Está bien, digamos que me pasa seguido —dijo quitándole importancia—. Es un gusto volver a verla doctora.

—Estamos fuera del hospital, por favor dime Alex. ¿Qué haces fuera de cama? Recuerdo haberte pedido estrictamente reposo absoluto.

—Y eso hacía, la tonta de mi hermana hizo la despensa y se ha olvidado de las cosas realmente necesarias. A veces parezco yo la mayor. Lo lamento Alex, estas escuchando mis quejas.

—Mira que me ha pasado algo similar con mi hermana. ¿Vienes sola?

—Si.

—Espérame aquí iré, por un carrito especial para que te puedas mover.

Dulce y amargo amor (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora