Dulce y amargo amor (SuperCorp)

Parte 9

Kara

Hoy mi hermana tendría guardia, así que tenía el departamento para mí sola, eso era perfecto, no se daría cuenta de que llevaría a alguien. Estuve trabajando hasta tarde en CatCo, tenía que elaborar una presentación con nuevas ideas para incrementar la audiencia, entre ellos, también me pidió reportes sobre los logros que se han obtenido a lo largo de estos años, seguramente para presumírselos a los directivos e impresionar a la Luthor. Ese fue el castigo que el señor Smith me asignó porque que según en sus palabras le falté el respeto a nuestra CEO, con mi comportamiento poco profesional, rodé los ojos solo de recordarlo. Estaba cansada, era la única en el piso, decidí que ya era suficiente por hoy, además hoy había planeado pasar por aquella chica.

Salí del edificio, cuando me encontré con Eve, la saludé.

-¡Eh, Eve! -Ella se sobresaltó cuando la llamé, fue como si hubiese visto un fantasma-. ¿Estás bien?

-Sí, si Kara -respondió con algo de nerviosismo-. Solo espero a Winn. No creí salir tan tarde, el tiempo se me fue volando con la señorita Lena.

Cuando Eve, mencionó ese nombre no pude evitar soltar un bufido.

-Quizás no te agrada pero deberías conocerla Kara, la señorita Lena es grandiosa. Como alguien de su edad ha logrado tanto.

-Bueno Eve, no tengo ganas de escuchar como hablas de maravillas de alguien como ella. Nos vemos mañana.

No dejé que Eve dijera algo más, me despedí y me dirigí a mi destino. Había sido grosera con muchas personas, poco me importaba, pero era la primera vez que me portaba así con Eve, no tenía una amistad como con Winn o James, pero la consideraba parte de mi grupo de amigos. No iba a permitir que la sola mención de su nombre arruinara mi noche. Caminé por la acera de la primera avenida, no era tan noche puesto que aún había personas circulando por las calles. No sé si era parte de mi imaginación o se debía a que estaba cansada pero tenía el presentimiento de que alguien me estaba siguiendo. Me detuve un momento y mire sobre mi espalda, pero no vi nada que me pareciera fuera de lo normal.

Continúe caminando, tras recorrer unos metros, sentí nuevamente la sensación de que alguien seguía mis pasos, tenía que asegurarme si no me estaba volviendo loca. Me metí a un local que estaba abierto, se trataba de una tienda de regalos, me fui hasta un estante de tarjetas de agradecimiento, esperé algo impaciente a que alguien entrara después que yo. Y así sucedió, la campanilla en la puerta del local sonó, un hombre de mediana estura entró, simulé leer una de las tarjetas de la estantería. En momentos, veía de reojo hacia el hombre que había entrado, este parecía buscar algo recorriendo cada uno de los pasillos de los aparadores, entonces pude apreciar mejor a aquel hombre, calvo de la mayor parte de la coronilla, vestía como todo un oficinista algo desaliñado, y usaba unas gruesas gafas color negro. El tipo camino hasta a mí, tomó una postal de agradecimiento, me vio de reojo y después se marchó a la caja y salió del local.

Negué con mi cabeza para sacar esa sensación de persecución, posiblemente, el estar tanto tiempo frente a la luz de la pantalla de la computadora me estaba causando alucinaciones.

Estaba frente al restaurante italiano, espere a que Imra, espero ese sea su nombre sino estaré en problemas, terminara su turno. Al otro lado de la acera había una pareja, el hombre, bastante alto me sonrío. Solo alce mi mano en señal de saludo. Imra salió, dando pequeños saltitos hacia a mí, esta chica me parecía muy sexy, le sonreí de forma coqueta y antes de que ella dijera algo, la besé.

Me importo poco quienes estaban a nuestro alrededor o si estaba siendo un incómodo espectáculo para los pocos testigos. Besé a Imra con algo de pasión, ella sabía que me atraía, cada que pasaba por este lugar, nuestras miradas se cruzaban, y en una de tantos breves encuentros, habíamos acordado para quedar esta noche. Ella conocía mis intenciones, fui directa desde el inicio y ella aceptó, así que sin cursilerías, estaba al tanto que iríamos a mi departamento, directo a mi cama.