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—Van días sin hablar.
—Lo sé, no creí que se enojaría así.
Molly y yo estábamos sentadas en un banco en el parque trasero del instituto, mirando a Tom que estaba junto a Sally hablando, también sentados en un banco.
—Lo peor es que se fue con Sally.
—¿Me preocupo?
—Sólo quiere darte celos.
—¿Lo crees?
Dio un mordisco a su manzana, lo cual le costó porque era mas grande que su boca. Me ponía sumamente nerviosa ver como intentaba morder y no podía, pero aún así escuchaba.
—Pues claro, como tú lo rechazaste se fue con otra para demostrarte que lo puedes perder.
—Puede ser...
Comenzaron a besarse, era un beso asqueroso, no tenía amor, pasión, ganas, no había nada, solo un beso casual.
—Oye, mm...
—Si, vamos.
—Si por favor, esto es asqueroso.
Nos pusimos de pie, ya que era incómodo y espantoso ver como se besaban. No me dolía verlo así, pero porque sé que no va a funcionar esa "pareja", digamos como que ella es muy egocéntrica y él..., bueno no importa.
Llegó la hora de irse, pero yo no me iba porque tenía que ir a comedia.
—¿Vienes a casa?
—No, lo siento tengo que... hmm, ir a otro lado.
—¿A dónde?
—No importa, mañana nos vemos, adiós.
—Que extraño.
Ignoré el hecho de que fui muy obvia al mentir, di media vuelta y sin que nadie me vea entrar al teatro. Di unos pasos sin hacer ruido y abrí las puertas.
—Hola.
Reconocí la voz pero no supe de quien se trataba. Di la vuelta y seguía sin comprender mucho.
—Mmm Hola.
—Soy Neil.
—Te conozco de algún lado pero no sé de donde.
—¿Recuerdas que un día toque timbre en tu casa para pedir donaciones?
—Ahh si, me acuerdo. ¿vienes a este colegio?
—Si si, me cambié este año.
Neil era rubio, alto, musculoso. Se veía guapo. Llegaba puesta una camisa con las mangas remangadas y unos jeans ajustados y oscuros.
