-¡Que día estupendo!
Se oían las olas del mar chocar entre sí, al igual que las hojas de las palmeras, que estaban a nuestros lados.
-Cariño, dame el protector por favor -le pide Eloy a mi madre.
Ella le alcanza el protector y él comienza colocarse sobre el pecho, hasta quedar sumamente blanco.
Yo estaba recostada en la arena, abrazando a Tom, ambos mirando al mar y disfrutando del clima.
-¡Dallas, ven aquí! Te pondré protector.
Corre hacia nosotros, pero se tropieza a mi lado, frunce el ceño y se cruza de brazos.
-Cariño, ten cuidado -le dije mirando su pequeña herida en la rodilla, era solo un raspón.
-Alena mala, mami-dice haciendo puchero.
-Si bebé, mala la arena.
Me dio un pequeño abrazo y comencé a ponerle protector por todo su cuerpo.
Tenía tan solo 2 años, era morocho con ojos claros como su padre y yo, aunque se parecía más a él.
-¡Que niño grande! -Le dice Eloy sonriendo.
-Muy gande -le responde mi pequeño Dallas mientras le pongo protector en su nariz.
-Corre campeón, o te alcanzaré -le dice Tom mientras comienza a perseguirlo.
Dallas mueve rápido sus piecitos y corre hacia el mar, pero Tom lo alcanza antes y le da muchos besos.
-Es una criatura hermosa, cariño. -Me dice mi madre.
-Lo sé, es precioso.
▶El pequeño Dallas.
ESTÁS LEYENDO
A Cuatro Metros
عاطفية"Odiaré cada kilómetro, cada metro, cada centímetro, cada milímetro que me aleje de ti."