A Cuatro Metros

CAPÍTULO 23. Camping día 3.

—Tienes que hablarle.

—Lo sé, pero tengo nervios.

—Te perdonará.

—No lo hará.

—Inténtalo.

Tomé el celular y miré a Tom, con cara de preocupación.
Él asintió con la cabeza y decidí marcar su número.

*Llamando*

—¿Por qué me llamas?

—Quiero hablar Matt.

—No tenemos nada de que hablar.

—Por favor.

—Basta Keira.

—Matt.

—¿Qué?

—Te quiero.

—No me la hagas difícil.

—Te quiero mucho.

—No vale.

—Matt.

—Esta bien, yo a ti.

—Te prometo que en cuanto vuelva hablaremos y te recompensaré todo.

—Adiós.

*Cuelga*

—Listo.

—¿Lo quieres más que a mi?

—Oh por dios.

Puse mis ojos en blanco y busqué algo sencillo para ponerme, ya que como pasé la noche junto a Tom había quedado sin ninguna prenda.
No quiero recordarlo, me sentía rara.

—¿En qué piensas?

—En lo que paso a noche.

—No te sientas incómoda.

—No, no.

—Keira...—levanta una de sus cejas y yo muerdo mi labio.

—Bueno, algo me siento.

—Ya eres mi novia, es normal esto.

—Lo sé pero, es extraño.

—Oye ¿y nuestros padres?

—¡Cierto!

Salí por la puerta de la habitación y caminé hacia el comedor, miré la cocina, el living, la habitación, pero no estaban en ningún lado.

—Oye Tom, no están.

—Deben haberse quedado en la playa.

—Vamos hacia allá.

Salí de la casa y detrás mío me siguió Tom.
Comenzamos a cruzar el bosque, había altas temperaturas, por lo tanto cuando Tom se acercaba denasiado a mi era incómodo porque del calor la piel sudaba levemente.

Luego de unos minutos, llegamos a la playa. Allí en la arena, pude visualizar a mi madre, Eloy y dos personas más.

—¿Quiénes son?

—No lo sé, vamos a ver.

Dimos unos pasos más hasta llegar a la orilla. Nuestros padres nos saludaron y luego miramos a una pareja que estaba sentada junto a ellos.