Capítulo V Prefiero que me odie a que muera conmigo

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Respiré profundamente unas dos veces antes de sumergir la pluma en tinta y posicionarla para escribir. Un suspiro más y dejé que mi mano temblorosa se moviera sobre el pergamino:

Querido Draco

No, no puedo comenzar así la carta con la que pretendo que Draco me odie. Deseché ese pergamino sin dudarlo, tomé otro y lo volví a intentar:

Draco Malfoy

Deseo decirte algo que llevo varios años tratando de comunicarte, pero en ningún momento lo conseguí hasta ahora y de esta forma tan informal e indirecta. Existen diversos motivos, entre ellos sentimientos descubiertos, que dejan a un lado el amor que siento por ti, perdón, a esto que siento no lo puedo etiquetar con aquella palabra tan significativa. Realmente te aprecio y mucho, todo gracias a tu forma de ser. Te respeto Draco.

Paré un instante. Si continuaba podía estropear con mis lagrimas el trabajo ya hecho. Aspiré el líquido que de mis nariz salía mientras con el dorso de la mano limpié mi húmedo rostro. ¿Cómo puedo ser tan cruel, cómo? ¿Tan solo siento por él respeto? ¡Que calumnia tan nefasta! Lo respeto porque lo amo, con todo mi ser. Lo respeto porque me respeta, me valora tal como soy.

El deseo de hacer ese pergamino añicos y olvidarme del dichoso plan comenzaba a intensificarse. No quiero que Draco me odie, no quiero, pero tal vez eso sea lo mejor para él. Con un suspiro desgarrador continué...

Sin embargo, ya no puedo soportarlo más. Necesito la libertad que una vez me quitaste y yo permití que lo hicieras. Ya estoy cansada de sonreír a todo y a todos como si realmente estuviese feliz. No quiero que me odies, en serio, esa no es mi intención ya que quiero terminar con todo esto de la mejor forma. No te perturbes buscando culpables, simplemente esta relación no funcionó. ¿Sabes qué? No puedo ocultarlo más, siempre fuiste tu, tu el protagonista y epicentro de mis problemas. No soporto ni tolero tu presencia y todo porque te veo como un amigo, solo eso. Nunca llegué a verte como algo más, ahora mismo dudo siquiera si puedo llamarte amigo mirándote a la cara. Por eso he decidido irme, alejarme de ti de una vez por todas, de ti y de todo lo que te rodea. Desde el colegio me pareciste un vicioso virus presente en el espacio en el cual me desenvolvía, siempre. Todo este tiempo me he mantenido oculta tras tu inmaculada presencia, y ya no lo soporto, no más.

Estaba segura que con aquellos párrafos era suficiente. No debía escribir más porque con ellos yo, Hermione Granger, ya me estaba odiando, seguramente él haría lo mismo después de leerlos una sola vez. Numerosas imágenes comenzaron a pasar por mi cabeza, en todas ellas podían notarse las posibles reacciones de Draco ante la carta, en una vi tristeza, en otra enojo, pero en la ultima vi duda ¿Será que no es suficiente? Tal vez no lo sea, porque sé que nuestro amor es capaz de hacerlo dudar de cada frase. Suspiré frustrada mientras volvía a secar mi húmedo rostro con las palmas de mi mano. Necesitaba pensar en algo mejor... un ultimo párrafo. ¿Qué más podía escribir?

¡Lo tengo! Pero no, no puedo hacerle eso, lo lastimaría en lo más profundo de su ser, lo destrozaría. Además, soy muy cobarde, soy incapaz de herir tanto al ser que amo.

— Hazlo... — Una voz resonó en mi cabeza.

— ¡No lo hagas! Es suficiente — Otra habló más fuerte logrando que dejara la pluma a un lado del pergamino.

— ¡Hazlo! Esta es tu oportunidad, si no lo haces ahora lograrás que vaya a buscarte y eso será peor.

Dos voces distintas peleaban en mi cabeza, el bien y el mal, pero el dolor que sentía en el pecho no me dejaba reconocer una de otra, lo único que logré diferenciar fue que la ultima tenía razón. Tomé la pluma y seguí escribiendo...

Ya que me he permitido sincerarme contigo después de todos estos años de silencio, aprovecharé para informarte que me produces miedo. Sí, así como lees, me da pavor solo imaginar que un día me muestres al verdadero Draco Malfoy dentro de ti, me produce terror pensar que puedas lastimar a mis bebés. Por más que tratemos de no mencionarlo, no podemos borrar que eres hijo de uno de los peores hombres que he conocido en mi vida, así que posiblemente su carácter lo hayas heredado, sé que lo tienes escondido, enrollado como una serpiente preparándose para salir y morder por doquier. Todo esto lo hago por los niños, son ellos los que me dan el valor de escribirte cada frase, no quiero que sufran al lado de un padre como tu... Mírate en un espejo Malfoy, eres el vivo ejemplo de tu padre y sinceramente te lo digo, no quiero un padre para mis hijos como lo fue el tuyo para ti, ni siquiera te quiero como esposo. No es necesario que me busques, no hay nada de lo cual tu y yo podamos hablar.

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