mal presentimiento

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Todo parecía ir mejor para Helena a partir de ese momento. De algún modo, saber que tenía a Draco en su vida la calmaba. Había vuelto a pasar el tiempo con los Slytherin y había ido a visitar a Hagrid más de una vez (esta vez sin encontrarse con el trío de oro).

Helena y Draco se encontraban solos por los pasillos de Hogwarts en ese momento. Marzo dio lugar a un clima soleado y todos los alumnos estaban fuera disfrutando del leve calor. Pero el Slytherin y la Ravenclaw preferían disfrutar de la compañía del otro.

- Quiero mostrarte un sitio -dijo Draco mientras subían unas enormes escaleras. Cuando estas se acabaron, Helena pudo divisar una pequeña estancia con un balcón que enseñaba las vistas de todo el Bosque Prohibido. 

- Vaya -exclamó sorprendida y miró a Draco.

- La torre de Astronomía -dijo él con una sonrisa orgullosa-. Vengo mucho por aquí.

El rubio se sentó en el suelo con la espalda apoyada en la pared. Helena siguió de pie mirando por el ventanal.

- Eres preciosa -Helena oyó y se giró rápidamente. Draco seguía mirándola. La morena caminó hasta quedar a su lado, y se sentó a su derecha. No apartó la vista de él-. Eres realmente preciosa.


Helena llevaba semanas y semanas estudiando para los exámenes finales, que terminarían el día de la tercera prueba.

Al empezar junio, volvieron la excitación y el nerviosismo al castillo. La morena prácticamente vivía en la biblioteca, pues debía estudiar duro si quería sacar las mejores calificaciones de su curso.

El desayuno fue muy bullicioso la mañana de la tercera prueba. Helena se había sentado ese día junto a Draco en la mesa de Slytherin. El rubio, llevaba todo el desayuno leyendo El Profeta con una sonrisa burlona en la cara.

- ¡Eh, Potter! ¿Qué tal te encuentras? ¿Te sientes bien? ¿Estás seguro de que no te vas a poner furioso con nosotros? 

Helena se dio la vuelta para mirar al azabache, que estaba con una expresión confundida en el rostro, que pronto pasó a una de furia. Le arrancó el periódico de las manos a Ron y leyó el artículo que Draco estaba leyendo, mientras los Slytherin se reían a carcajadas.

- Hasta luego, Draco -dijo Helena levantándose de la mesa y colgándose su mochila-. El examen de Historia de la Magia es dentro de diez minutos -le informó. Draco la miró.

- Buena suerte, Hel -le sonrió y volvió su vista al periódico. Helena salió del Gran Comedor a la vez que Ron lo hacía. Ambos se miraron por un segundo, y Ron suspiró.

- ¿Historia de la Magia? -le preguntó con voz cansada. Helena asintió-. Yo también.

- Buena suerte, entonces -dijo la chica intentando mostrar una leve sonrisa, que surgió más bien como una mueca. Ron asintió.

Los dos caminaron juntos hasta el aula de Historia de la Magia, pero en completo silencio. Fuera, muchos alumnos de Gryffindor y Ravenclaw esperaban. Algunos de pie, otros sentados en el suelo, pero todos sumidos en sus pensamientos, repasando las lecciones y los apuntes que el profesor Binns había enseñado durante todo el curso.

Helena le dedicó una última mirada a Ron, que el chico respondió con un leve movimiento de cabeza, y ambos se separaron. Helena se quedó de pie en una esquina, sola; mientras Ron caminaba hacia Seamus Finnigan, Dean Thomas y Neville Longbottom. 


- ¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! -exclamó Ludo Bagman en medio del campo de quidditch.

fireproof; draco malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora