(Les adelanto este, es corto, pero el otro estará para el jueves)
—¿A donde diablos vamos? —pregunto Yunei.
Sin decirle que íbamos a hacer, le pedí que me siguiera para mostrarle algo. Espero que se sorprenda.
Lo decidí tras la platica que tuvimos en el almuerzo cuando me hizo la misma pregunta que me había esforzado en responder todos estos meses que me quede en el pueblo "¿Planeas dejarlos sin protección"?
La respuestas, claro, era no.
Nos acercamos a una campo de gran tamaño ubicado a las afueras del pueblo, junto al bosque. Era ahí donde siempre llevaba a a cabo mis lecciones. Cuando alcanzamos el centro le pedí a Yunei que se detuviera, Karla, quien iba tras ella, hizo lo mismo, aunque con una expresión de aburrimiento en su rostro, ya que había presenciado el espectáculo muchas veces antes.
—¿Y? ¿Que hacemos aquí? —pregunto Yunei después de unos minutos de espera.
—Espera un momento —le respondí—. Y colocate esto en tu camisa, aquí vienen.
Le di a Yunei una insignia plateada que la marcaba a ella como objetivo antes de que Karla y yo nos fuéramos a uno de los extremos del campo. Hice eso por dos razones, la primera era para verificar las formas en que los niños atacaban a los objetivos que desconocen y la segunda fue para ver la fuerza que posee la elfa, ya que jamas la he visto pelear en serio.
—Preparate, estas a punto de ser atacada —dije.
Aunque realmente mis palabras parecieron ser innecesarias, ya que ella instintivamente tomo su arco y se preparo para recibir a los atacantes. Al ver su arma dude un momento, pero cuando tomo una flecha Roma y tenso la cuerda, supe que sabia que solamente era una practica.
Entonces llegó el primer golpe.
De entre los arboles alguien lanzo una bola de fuego, que, aunque poderosa, carecía de precisión ya que Yunei la esquivo con gran facilidad, moviéndose muy rápidamente.
La elfa lanzo seis flecha al aire, aunque en un principio no sabia porqué, pronto me di cuenta que podía controlar su trayectoria mediante el viento.
Las flecha aterrizaron en un círculo alrededor del área en donde estaba el atacante, explotando y cercándolo, pero eso solamente fue el principio. Yunei lanzo otras seis flechas, esta vez justo donde estaba su objetivo. Aunque éste las esquivaba, el control que Yunei tenia sobre ellas hacia que lo siguieran, explotando muy cerca de él.
La razón de esta forma de ataque era que deseaba sacarlo de su escondite, cosa que hizo. Sin embargo este también era el plan del chico que de pronto apareció entre los arboles.
Aquel muchacho, de no mas de trece, lanzo repetidas ondas de luz que casi impactan contra Yunei, quien estaba distraída con el otro objetivo. Pero aun así no le dio, ella lo esquivo con facilidad y disparo tres flechas al aire, que estallaron casi de inmediato, solamente que estas estaban llenas de algo que disparo un denso humo grisáceo, el cual cubrió el campo, impidiéndoles la visión a los atacantes.
Una joven de no mas de doce, aquella que atacaba con fuego, salió del bosque y lanzo continuos ataques con sus llmaa contra la sombre de quien creía era Yunei. Inmediatamente me di cuenta, gracias a mi habilidad, que ese era un simple truco. La elfa estaba posicionada estratégicamente tras la chica y de un único golpe la noqueo.
—Va uno —murmuré, un poco decepcionado de que acabase tan rápido. Aunque claro, no debía olvidar que Yunei era de rango tres en el gremio y además aún faltaban los otros dos, y en escala de poder, la chica, Sora, era la mas débil.
El chico, de nombre Olber, lanzo continuas ráfagas de luz para dispersar el humo. Eran tantas que algunas casi hieren a Yunei, pero ella las esquivaba magistralmente, eso si, no entiendo como, pues ella tampoco debería poder verlo.
—Son sus oídos —dijo Karla a mi lado—. Los elfos los tienen casi tan desarrollados como los de mi raza. Tus alumnos hacen demasiado ruido al moverse.
Aunque me doliera, debía admitir que quizá tuviera razón. Era un indicio de lo mal instructor que era, debía recordar eso para un futuro.
—Los vas a regañar, ¿verdad? —me pregunto Karla, con una sonrisa irónica.
—Claro, están atacando a un enemigo nuevo sin medir sus capacidades antes, únicamente con fuerza bruta. Un regaño es esencial. Al menos con la mayoría.
Olber lanzo un haz de luz hacia el cielo en un intento de disipar un poco el humo, pero ese movimiento fue descuidado, Yunei se colocó detrás de él y con un solo movimiento lo noqueo.
Dos fuera y aun no había visto casi nada de la fuerza real de la elfa.
—¿Es todo, Hill? No fue gran problema... —se jacto Yunei.
En ese momento un relámpago impacto contra el suelo y la energía liberada disipó gran parte del humo, dejando a la vista a Yunei, quien ya tenia el arco tensado, apuntando en mi dirección.
—¡Oye! ¡Meterte tú es hacer trampa!
—¿Yo? Fíjate bien.
Señale a los limites del bosque, en donde se podía apreciar a una joven de unos dieciséis años, de cabello negro y rasgos ligeramente parecidos a los de un elfo.
—Te presento a mi mejor alumna, Sasha.
Ella era la joven que habíamos salvado junto a Sofi hace seis meses, justo antes de ser violadas por los bandidos. No tenia hogar, ya que este fue quemado junto con el resto de su familia, así que se quedó con nosotros. Ella y su hermano, que también estaba prisionero en aquel campamento.
Ambos hermanos se acercaron un día, mientras entrenaba a los otros niños, para pedirme que les enseñara a defenderse. Él no tenia mucha fuerza, pero era rápido y se movía con mucho sigilo, ella, en cambio, me sorprendió, más que nada porque manejaba el mismo elemento que yo. Desde que incie mi viaje, era la primera persona a la que veía usarlo y eso me emocionó mucho, al punto que le enseñe con gusto todo lo que sabia.
Sasha ataco a Yunei con un relámpago, ataque que la elfa no esquivo sino hasta el ultimo momento, para después lanzar varias flechas seguras en dirección a la chica.
Sasha también las esquivaba con facilidad. Ella aun no podía convertirse en un relámpago, pero su velocidad de reacción era muy alta.
Así poco a poco, cada una lanzando ataques y esquivándolos, se fueron acercando, sin ser golpeadas, pero tampoco sin poder golpear a la otra. En ese momento me di cuenta de las intenciones de Yunei eran precisamente esas, ella disparaba flechas, si, pero no usaba magia, en cambio Sasha si lo hacia y eso la estaba cansando.
Yunei aprovechó un momento de descuido de Sasha, cuando ambas ya estaban demasiado cerca como para evitarlo y lanzo una ráfaga de viento que elevó algo de polvo, oscureciendo la mirada de la chica. La elfa salto, se dio una vuelta en el aire y tomo a Sasha del cuello con sus pies, para luego dar otra voltereta y estrellar a la chica contra el suelo, dejándola fuera de combate.
—Deberias enseñarles combate cuerpo a cuerpo —comento la elfa, que ni siquiera estaba medio cansada—, aun así entiendo lo que dices, ellos son buenos, relativamente. Dime, ¿hay mas?
—Claro —respondí—. Casi todos los niños han entrenado aunque sea un poco.
—Entonces estarán bien —dijo Yunei y estiro sus brazos, bostezando—. Ahora quiero echarme una siesta.
—Eres buena —le dijo Karla—, usas bien tu cuerpo.
—Tengo que hacerlo, no todos tienen mucha energía mágica, la mía es poca.
—¡Maestro Hill! ¡Señorita Karla! —grito una niña pequeña desde el otro extremo del campo—. ¡Ha llegado Salem! ¡Dice que trae noticias! ¡Muy importantes!
—Lamento esto, pero tendrás que esperar para tu siesta, Yunei. Ha llegado nuestro informante.
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Theria Volumen 3: Regreso a Ulien.
AventuraHan pasado cerca de tres años desde que Hill desapareció y sus compañeros se han separado para seguir cada uno con su vida. Un día una joven llamada Karla y su lobo, Mifi, encontraron a un joven desmayado cerca de la tumba de un ser querido, aunqu...