-Muy bien, hubo algunos errores, pero lo hicieron bien -console a los chicos mientras los ayudaba a ponerse de pie-. No se preocupen por haber perdido, Yunei es de un rango alto en el gremio, más alto incluso que yo.
-Lo siento mucho, maestro -dijo Sasha, mientras se acariciaba el cuello adolorido-. Pero la próxima vez no perderé.
-¿Eso es un reto? -pregunto Yunei con sarcasmo-. Mañana a na misma hora. Si eres capaz de ganar, te invitare la cena.
-Silencio, Hill, apresurate -interrumpió Karla a las chicas-. Si Salem dice que es importante, no hay que perder tiempo.
-Esta bien. -Me volví hacia la niña que trajo el mensaje-. Oye Diana, ¿donde...?
Antes de que pudiera preguntar, un joven de diecisiete años llego montando a Mifi. Tenia la piel morena y el cabello negro, al igual que su hermana, Sasha. Estaba a punto de hablar cuando sus ojos se cruzaron con los de Karla, entonces fue que sus palabras se trabaron, pero respiro profundamente y luego comenzó a hablar de nuevo. Eso si, sin mirar hacia donde estaba la chica. Era algo que pasaba muy a menudo.
Nunca lo decía, pero en cierto modo me hacia gracia ese espectáculo, aunque claro, nunca me reía, no quería morir después de todo.
-Señor Hill, he obtenido información importante, pero antes me gustaría que me confirmara cual es su destino en Ulien.
-Se el nombre del pueblo, Fueber, pero no exactamente donde se ubique.
-Eso es malo. -Salem se bajo de Mifi y saco un mapa de su chaleco-. Mi mapa solamente abarca ciudades y pueblos grandes y nunca he visto ese pueblo, así que debe ser muy pequeño.
-Tengo un mapa mas detallado en la mansión -intervino Karla-. Vamos.
Sin esperar nuestra respuesta se monto en Mifi y fue hacia la mansión en la colina. Ni modo, habría que seguirla.
-Ustedes -les grite a los tres chicos que lucharon contra Yunei-, vayan a comer algo, después hablaremos.
Ello me obedecieron, aunque un poco cabizbajos, yo por mi parte comencé a caminar rumbo a la mansión con paso acelerado.
-Oye, Hill -susurro Yunei a mi oído. A pesar de estar casi corriendo, respiraba normalmente. Debía tener una condición física excelente, al contrario d mi-, ¿eso de antes era un Lobo de Greis?
-¿Que? Oh, si.
-¿Y como diablos lo domaron?
-Ni idea -respondí. Y era verdad-, es compañero de Karla, pero el propio Mifi permite que lo monte quien le caiga bien.
Cuando al fin llegamos a nuestro destino, Karla ya nos estaba esperando en una sala junto al comedor con una especie de mantel que bien podía medir tres metros de alto. Pronto me di cuenta de que ese era el mapa.
-Salem, ayudame con esto -le ordeno Karla, mientras tomaba un extremo del mapa y se subía a una escalera. Del otro lado había colocado otra para que el chico la usara.
Él la obedeció, aunque estaba un poco cohibido.
Entre ambos colocaron el enorme mapa sobre la pared del cuarto. Como había dicho Karla, representaba con mucha exactitud los limites entre países y las zonas como ríos o montañas, aunque solamente estaba el continente humano, Demery o Virelia no se hallaban dibujados en él.
-Esta aquí -dije después de buscar por un rato y señale un punto ubicado sorprendentemente cerca de mi pueblo natal. La casualidad podía hacer bromas nada graciosas, aunque tal vez se debía a que ese era el plan. Esperaba que no fuera así, ya que se ser esto ultimo, significaba que de nuevo me estaba manipulando como a un títere.
ESTÁS LEYENDO
Theria Volumen 3: Regreso a Ulien.
AventuraHan pasado cerca de tres años desde que Hill desapareció y sus compañeros se han separado para seguir cada uno con su vida. Un día una joven llamada Karla y su lobo, Mifi, encontraron a un joven desmayado cerca de la tumba de un ser querido, aunqu...