3: La fuerza de un Policía. 🚔

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     Nerviosismo era poco lo que soy capaz de experimentar ahora, mis pasos se encaminan hacia la habitación de la enfermería, ¡dios!, ¡dios, dios! Siento como si tuviese una corbata asfixiante, pero no hay nada, nada, el blanco pasillo estremece ...

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Nerviosismo era poco lo que soy capaz de experimentar ahora, mis pasos se encaminan hacia la habitación de la enfermería, ¡dios!, ¡dios, dios! Siento como si tuviese una corbata asfixiante, pero no hay nada, nada, el blanco pasillo estremece mis sentidos, ¿qué voy a decir?, ¡maldición! Me siento patético. Los años no habían hecho una mala jugada con mi aspecto, entonces eso quiere decir que me veo bien, ¿cierto? No pude evitar detener mi andar a las afueras de una habitación, con una ventana amplia donde todo se difumina, arreglé un poco mi cabello, abotoné bien la camisa negra y me frustré por mi rebelde cabello.

Observo como mi pecho sube y baja, no debo agitarme, aprecio el sudar de mis palmas, nunca me había sentido tan aterrado...

Ni siquiera cuando me enfrenté a un Shigaraki, aquel sujeto está enfermo, creo inoportuno recordar algo tan bizarro. El blanco de los pasillos parecía encogerse cada segundo más, es asfixiante. Sin embargo, estoy feliz, de una extraña manera, ¿quería verme? No se me hace fácil olvidar su rostro, no era sencillo borrar algo que yo mismo bordé a detalle en mi mente, su aroma lo aprecio vagamente.

Entonces un recuerdo doloroso me llegó del alma...

***

—¡Puedo cambiar! —exclamé, era mi culpa, lo sé, por mí él...

—¡Es que yo no quiero cambiarte!, ¡no quiero cambiarte!, te quiero así...

Él crispa sus puños, apreta sus preciosos labios, ansía llorar, le es complicado aparentar ser fuerte, vuelve a observarme, paso mi mano por toda mi cara, qué frustrante. El jardín del colegio se había vuelto nuestro santuario, plantas de todo tipo se hayan cubiertas en mesetas, el domo trasluce perfectamente todo, equivocado al aura que debería dar.

—No lo entiendes —, tomé su muñeca, noté el sol ocultarse tras las montañas, se me está siendo tarde para ir con el loquero —no sobrevivirás solo.

—¡Duele... Kacchan! —cerró sus ojos, jalé su cuerpo hasta chocar conmigo. Estamos tan cerca.

—¿Qué duele?, ¡dímelo!

—¡Tú, maldición!, amarte... Duele... —gritó, sus hermosos orbes se empezaron a llenar en agua, ligeros quejidos brotan de sus labios.

Apreté mi amarre, tomé su barbilla, quería besarlo, en lugar de aquel acto pecaminoso, me escondí en su cuello.

—No eres el único que sufre... —entonces supe que tenía sólo horas para estar a su lado, para luego irse —tengo que irme.

Con abrupto, me alejé de su cuerpo, ya no olía a nada, su hipnotizante aroma ya no era perceptible para mí. Poco me importó, no supe lo importante que sería en un futuro. Cuando me hallaba determinado en dejarlo solo, Izuku tomó sorpresivamente mi muñeca.

El sabor de la piel | Boku no hero academiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora