4: La fuerza de su insistencia. 🚔

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¿El mundo me odiará?, nunca lo sabré, soy una existencia insignificante ante su magnífico esplendor, ¡se cree mejor que yo la maldita! Si supiese lo que soy capaz de hacer

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¿El mundo me odiará?, nunca lo sabré, soy una existencia insignificante ante su magnífico esplendor, ¡se cree mejor que yo la maldita! Si supiese lo que soy capaz de hacer.

Pero entonces el mundo se va a la mierda, a un bote de basura súper estelar cuando el calor de Izuku se transporta a gran velocidad a mi tacto, intentando aferrarse a mí.

—¿Qué quieres, Shouto?, oí que estabas patrullando —dije, alejándome con cautela de Midoriya, supongo que faltaron años para que él pudiese desvanecerse de mi memoria, muchos años... Los diez años se transformaron en polvo.

El amarre de Izuku se fortaleció, aprieta sus labios ocasionando que me preocupe, ¿qué derecho tiene él de hacerme preocupar? Tal vez, sólo tal vez, mucho derecho. Un ligero rubor se establece en sus pómulos, los cuales me llevan a años pasados, años realmente lleno de sensaciones maravillosas y trágicas.

Todoroki no me responde, su cabeza fijada en el suelo me hace irritar, ¿acaso piensa quedarse ahí todo el día?

—¡Habla de una maldita vez! —exclamo impacientado.

—¡K-Kacchan! —grita Midoriya, le miro, no entiendo la situación—. Es mi culpa... Yo...

—¿¡De qué hablas!?, ¡tú no has hecho nada!

—Bakugou... —la voz de Todoroki resuena intranquila —cállate...

Lo golpeo, lo pateo, le entierro un puñal en su pecho y le arranco sus ojos para arrojarlos al suelo y bailar bajo ellos, en mi mente. Siento la garganta arder, maldito.

—Realmente lo lamento, Midoriya, no sabía que tú —quiero decir algo, antes de hacer cualquier movimiento, él aprieta sus manos con la mía y dice sonriendo.

—Está bien, no pasa nada, es un gusto verte... Todoroki-kun. La enfermera me ha dado un supresor hace un rato, aunque aún no sea el momento de eso, ella a sido muy amable al dármelo. Sólo espero que no esté siendo un problema para ti y Kacchan —frunso en ceño, ¿qué habrá querido decirme?

—A Katsuki no le afecta, Midoriya, y yo... Yo sé controlarme, aunque admito que fue una gran sorpresa.

—L-lo siento, de verdad.

Puedo describir a un pez ignorante de la situación, que no puede decir nada más que quedar viendo todo lo de su alrededor, patético.

—De verdad, perdón —repitió Deku —es vergonzoso que nos volvamos a encontrar después de mucho tiempo de esta forma.

Shouto sonríe, ¡esa cosa sabe sonreír! Me tenso.

—He venidos porque Aizawa te está buscando —su sonrisa desaparece al observarme —dice que si no te das prisa, tu sesión terminará.

—¿Sesión? —pregunta Izuku.

—No es tu problema, Deku —me levanto del asiento, no quiero explicar cosas innecesarias.

El sabor de la piel | Boku no hero academiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora