Serenar su mente nunca ha sido una acción sencilla, su temperamento conllevó a separarlo de la persona que más amaba, perder ante un alfa disminuyó su clasificación. Ahora su resguardo es ser el mejor policía de Hosu, y en sus acciones volverá a ver...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bajaron del auto, la mamá de Deku se despidió, retomando aquel aura disgustante para entrar al edificio. No conozco por completo a esta señora Inko, tiene tanto que reprocharme, a pesar de ello, no se atreve a vociferar.
—Gracias por llevarme y traernos a casa, Kacchan.
—No debes agradecer gran imbécil, ¿cómo pudiste olvidar recoger a tu mamá?
—¡N-no lo olvidé! Sólo el tiempo se me fue muy rápido —hizo un puchero avergonzado —, aún no puedo creer que no tengas pareja —fijó su visión en sus manos, apenado por su declaración.
—¿Quieres que te diga la verdad o que te mienta? —le pregunté, ya que no podía tomar la decisión por mi mismo.
—¿Eh...? —levantó su rostro, mirándome —. L-la verdad.
Aspiré fuerte, un sentimiento incómodo recorrió todo mi ser. ¿Acaso esto era pena? No seas patético, Bakugou. No es momento de arrepentirte.
—No tengo novia o novio.
—¿P-por qué?
—Creo que... No soy el más capacitado para contraer una pareja, mucho menos un cónyuge. Tú lo sabes, soy un idiota desequilibrado. Además que no puedo dar hijos si es que tuviera alguna relación —mi confesión sobresaltó a Izuku.
—¿Por qué?
—Te gusta decir mucho "por qué", ¿cierto?
Me alejé, decidido a irme.
—¡Kacchan! —sujetó mi mano, exaltando por completo mi cuerpo, mas no lo solté, era fascinante su textura.
Debía detener esto, antes de que él se convirtiera parte de mis insomnios, antes de que continuase perturbando mi pacífica vida, de hacerlo un ser significativo para cada aliento, y de lo que más me aterraba; destrozarle el alma por mi forma de ser.
—¿Eso tiene que ver porque eres un Delta?
No contesté su pregunta, aunque era correcto, decidí detallar su mano, e impredecible, lo acerqué a mí, tomándolo de sus caderas con una mano. Un brinco fue su resultado por tal atrevimiento.
—Y dime tú, Deku, ¿tienes novio? —el aroma a frutillas rodeaba mis fosas, el shampoo de su cabello.
—Ah..., yo...
Lo tomé del mentón, obligándolo a tomarme la mirada, era un espectáculo fascinante ser el causante de su sonrojo y colorado rostro, de sus labios entre abiertos por no saber qué decir, quizá vacilando su respuesta. Aquello perturbó mi conciencia, no ansiaba saberlo, a pesar de ello, me escondí en su cuello, en el espacio que hay en su hombro, respirando su aroma.
—Dime Deku, ¿alguien ha tomado mi lugar?, ¿quién a sido el mal naciente que te ha hecho el amor, quién ya te dio hijos..., a quién le entregaste tu corazón? Por favor, dímelo, para poder olvidarte completamente y así, renunciar a cualquier esperanza de andar contigo. Estoy cansado de pensar regularmente en ti desde que te volví a ver, en sentirme arrepentido cada vez que te miro..., en no saber cómo formular palabra para pedirte que me perdones por cada estupidez que hice en mi adolescencia, sabiendo que los golpes nunca son la respuesta y jamás lo serán. Y del saber que soy el menos indicado para besarte... Por favor, dime, antes de que te vuelvas una droga indispensable para mí y me encante tener una maldita sobredosis de ti todos los días.
La sinceridad brotó sin siquiera haberla deseado, cual estúpido que no medita sus palabras, no me arrepiento. Los brazos de Izuku rodearon mis hombros, creando un abrazo maravilloso.
—Oye Kacchan —llamó a voz menguante —lamento mucho..., mucho haberte hecho sentir culpables de mis acciones en el pasado. Pero..., la gran parte de aquel pasado fueron los mejores momentos de mi vida... Los más emocionantes, excitantes y preciosos, Bakugou, no todo fue color de rosa, pero si de una explosión de muchos colores de las cuales no cambiaré nunca. Me hizo muy feliz haberte vuelto a ver —se alejaba, quería verme a la cara, no se lo permití, yo no quiero, me siento tan estúpido, tan avergonzado que no deseo que me mire de esta forma, indefenso, a la intemperie, este no soy yo, este no es el sujeto el cual suelo mostrar al público.
Y nuevamente, de una forma muy retardada, verifiqué impune mis sentimientos hacia Izuku Midoriya. Aún lo amaba, qué desgracia.
—No tengo pareja, Kacchan. Ser dibujante quita mucho tiempo —sentí sus dedos acariciándome la nuca, estaba mimándome.
—¡Ni se te ocurra parar, que no voy a levantar la cara hasta que quiera, Deku!
—Supongo que mamá lo entenderá.
Recordando por qué estaba aquí, retomé la compostura, entristeciéndome por tener que alejarme.
—No seas idiota, ya vete —bajé un escalón.
—¡E-espera! M-mañana voy a tener la tarde libre... No sé si tú... Amm, estés ocupado. Me gustaría que fuéramos al café que hay en el centro, es muy bonito.
—¿A qué hora?
—¿Las cuatro?
—¡Mas te vale no llegar tarde, Deku de mierda! —y subí abochornado al auto para ir a casa.
Fin del capítulo 12.
-----------------------------
No soy el ficker que suele dejar notas, a veces pienso que se pierde el toque de la lectura al dejarlas, y sólo las dejo para aclarar ciertas situaciones del Fanfic o conmemorar un día.
Pero deben creer esto, leo cada comentario que dan, y no saben la alegría que me regalan por el resto del día, no lo sé, tuve esa sensación de dar éste pequeño aviso ya que estuve indispuesta bastante tiempo, después de todo, detrás de la pantalla en el cual leen, hay un humano con inseguridades y sentimientos, la duda varias veces me carcome si es que les gustará o les gustó el capítulo.
Finalmente, para concluir y dejar el parloteo, les doy gracias. Gracias por leer "El Sabor de la Piel", gracias por imaginarse cada escena y sentimiento que Katsuki siente en la historia, gracias por regalarme un voto, demostrando su existencia en el mundo, gracias a los fantasmas que vienen y aunque no demuestran su existir, dejan su pedacito de felicidad aquí. Gracias por hacerme reír con sus comentarios. Por ser pacientes conmigo.