Katniss; ¿Enamorada?

12.2K 702 67
                                    

No podía creer que Peeta hubiera hecho eso. Estaba tan furiosa que jamás se me habría pasado por la cabeza que mi suerte y mis remordimientos pudieran ir a peor. Me equivocaba. Las cosas podían empeorar muchísimo, y en esos momentos, mientras andaba hacia el bosque acompañada de Gale, supe que era cierto.

Esta mañana, cuando decidí deshacerme de Peeta para poder prepararle una sorpresa que por cierto, todavía no sabía si había sido de su agrado, no habría podido imaginarme que él me hubiera preparado una sorpresa aún mayor. No estaba segura si volver a ver a Gale sería una buena o mala sorpresa, pero de lo que si estaba segura era de que no podía hacer otra cosa que enfrentarme a mis temores. Y todo gracias a Peeta.   

¿Cómo tenía que interpretar eso? Según Gale, había sido Peeta quien le había convencido para que viniera a verme. ¿Pero… por qué? ¿Por qué había hecho eso? -¿Cómo te sentirías si ya no te amara? ¿Si solo estuviera contigo porque le dan miedo las pesadillas?- Las palabras de Haymitch vinieron a mi mente como un puñetazo. Por alguna razón que no estaba dispuesta a examinar en esos momentos, esas palabras volvieron a dolerme tan profundamente que tuve que detenerme. Al parecer habíamos llegado al bosque en un momento. Recordaba ese lugar, era el mismo donde Gale y yo siempre nos encontrábamos antes de que la revolución estallara, antes de que dejáramos de ser amigos, antes de que Peeta y yo fuéramos a los juegos del hambre, esos juegos que cambiaron nuestras vidas para siempre…

Gale también se detuvo al ver que yo no seguía avanzando, pero como ya habíamos llegado a nuestro destino no preguntó porque me había detenido. Agradecí eso profundamente, porque de lo contrario no habría sabido qué decir.

― Supongo que debería haberte advertido de algún modo…

La voz de Gale sonaba algo distante. Hacía tanto tiempo que no hablábamos que su voz sonó extraña en ese lugar tan familiar.

― No importa. Ahora estás aquí. ―dije con una media sonrisa.   

Observé como Gale se sentaba en el césped distraídamente y miraba el horizonte. Yo me senté a su lado e hice lo mismo, aun así, mi mente estaba muy lejos. En realidad se encontraba en el mismo lugar pero en un tiempo más lejano. Gale me había pedido que huyéramos ese día, antes de la cosecha.

― ¿Cómo te ha ido? ―dijo después de un interminable silencio incómodo.

― Bueno… supongo que todo lo bien que puede ir después de que destrozaran mi vida… ―dije con un inevitable deje irónico en la voz.

Cuando miré la cara de Gale después de decir eso me arrepentí al instante. Él no tenía la culpa de todo lo que me había pasado.

― Gale… lo siento… yo… ―empecé a balbucear.

Gale negó con la cabeza mientras agitaba las manos para quitarle importancia.

― Tranquila, Katniss. No importa. ―dijo para luego mirar de nuevo hacia el horizonte―. Soy yo quien lo siente. Debería haberme quedado aquí, contigo. Tendría que haberme comportado como el amigo que se suponía que era y ayudarte. En cambio, acepté enseguida que no podías verme después de… bueno… Fue cobarde huir de ese modo.

Mi boca se abrió para decir algo, pero nada salió de ella. En el fondo, sabía que lo que Gale había dicho era cierto. Que lo culpaba de algún modo por la muerte de Prim. Que me había sentido aliviada de que no volviera al 12 para luego pensar que había sido un cobarde por no enfrentarse a mí después de la rebelión. Daba igual lo que hubiera hecho, le habría culpado de todos modos.   

―Gale… ―empecé―. Nunca quise culparte por lo de… ―mi voz empezó a apagarse. No quería decir su nombre pero luego recordé algo que Peeta me dijo al pasar unas semanas de nuestro regreso al 12 –El dolor que sientes al decir su nombre sólo es un modo de esconder ese dolor y mantenerlo vivo. Piensa que cada vez que digas su nombre, ese dolor irá desapareciendo poco a poco hasta que sólo quede su bello recuerdo… - así que respiré hondo y me obligué a hacerlo―. …por lo de Prim. Ella te quería mucho, y yo también. No quiero que su recuerdo esté manchado por algo que no estaba en nuestras manos. Ella nunca te habría culpado…

Los Juegos del Hambre; MI ÚLTIMO DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora