Peeta; Asombroso

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― ¡Joder! ¡Si me lo cuentan no me lo creo!

Las palabras de Gale son tan lejanas que apenas me doy cuenta de que me está mirando fijamente y con el rostro teñido de asombro. La verdad era que estaba en una nube. Si antes de los juegos llegan a decirme esto, como bien había dicho Gale hace un momento, ¡No me lo creo!

― Basta, Gale. No ves que no te escucha. ―En ese momento me giro un poco para ver a un Gale entusiasmado y algo nervioso.

Johanna estaba a su lado intentando que se calmara, pero él parecía no escucharla. No paraba de gesticular con la cara y las manos mientras hablaba por los codos, tal vez a mí, tal vez a Johanna. O a nadie, quien sabe.  

― No. Esto es increíble. Después de tanto tiempo creyendo conocerla. Esto es…

― ¿Asombroso? ―dice Johanna con una nota cansada en la voz. Al parecer no era la primera vez en ese rato que Gale repetía la palabra asombroso.

― ¡Sí! ¡Eso es! ¡Asombroso! –dice de forma exagerada.

Yo me limito a poner los ojos en blanco ante el despliegue de emociones del amigo de Katniss. Nunca habría imaginado que algo así pudiera hacerle reaccionar de este modo, pero al parecer había tantas cosas que era incapaz de imaginarme que una más ya no me sorprendía. Katniss me había besado y me había elegido delante de gente que creía que lo nuestro había sido pura fachada. Y claro, en su momento lo fue. Que en estos instantes ella fuera capaz de demostrar que no lo era… significaba que iba en serio. Que era real. Que realmente me había elegido a mí.  

― No has dicho nada desde que hemos salido. ―dijo una voz a mi lado―. Pareces estar en Shock.

Cuando me giré y vi a Johanna supe que había decidido ignorar a Gale. Con una mirada furtiva vi por encima del hombre como el muchacho seguía hablando solo.  

― Bueno… ―dije intentando que mi voz sonara normal―. Al parecer no soy el que más se ha asombrado…

Johanna se rió ante mi comentario e imitó mi gesto para ver a Gale. Su sonrisa al mirarle reveló más de lo que ella estaría dispuesta a admitir. Estaba seguro de que habría puesto la misma mirada que ella cuando miraba a Katniss. Todas las veces desde que la conozco, esa mirada debería haber estado presente. Es curioso que solo alguien externo a ti pueda verlo con tanta claridad.  

― Ya se le pasara. ―dijo encogiéndose de hombros y volviéndose hacia mí―. Por cierto. Me alegro mucho por vosotros. Supongo que ahora es oficial. Ya que estábamos hablando de bodas, podríais aprovechar ahora que esta su madre y nosotros, ¿no?

Mi rostro adquirió un tono pálido al escuchar sus palabras. Una boda. La verdad era que no me había planteado nunca tener que pensar en eso. Lo que sentía por Katniss nunca había sido sólido. Nunca había creído realmente que pudiera haber un “nosotros”.

― ¿Bo… boda? ¿Qué… qué quieres decir? ―dije a pesar de que ya lo sabía.

― No… Sólo era una idea. Tampoco te estoy diciendo que se lo pidas ya. Pero ya que habéis dado el paso de confesar lo que sentís…

Era cierto. Ya lo habíamos admitido. ¿Cuánto tiempo más pasaría para que mi sueño se hiciera realidad? Estar casado con ella era lo que más deseaba en el mundo. Pero las cosas no habían ocurrido de un modo normal. Todo era muy complicado. Y Katniss podía relacionar mi proposición con la anterior, la falsa, y no quería que nada de lo que habíamos tenido que fingir se interpusiera en su decisión. O simplemente, pensé, tal vez no quiera casarse. Es una decisión seria, sobre todo en los tiempos que corren. No quería presionarla, no ahora que estábamos tan bien. O que habíamos empezado tan bien.  

Los Juegos del Hambre; MI ÚLTIMO DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora