DIECISÉIS: Solo en un mes

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Un mes en el que Agustín había buscado desesperadamente una entrada para la convención de los actores de la serie Supernatural, pero no había conseguido nada. A todos los lugares que iba le decían que estaban agotadas, ya había perdido las esperanzas. Solo le quedaba ver la serie en su casa el viernes a la noche.

Un mes y Moira se veía de lo más feliz, todo lo contrario a Agustín.

Un mes donde los "viernes de series", Agustín se encontraba solo, ya que Moira no había aparecido más. Algunas veces le avisó que no iría porque salía con sus amigas o se juntaba con Ariel. Pero el último viernes, ni siquiera se había molestado en avisarle, aunque Agustín ya sabía que no iría, él la esperó. Quería mantener esa esperanza, pero la chica no apareció.

Un mes en el que el torneo de fútbol había comenzado, y Moira no había ido ninguna vez a verlo.

Un mes en el que ya casi no hablaban. Solo una vez a la semana se sentaban juntos en clase, los otros días se sentaba junto a sus amigas o con Ariel.

Un mes en el que la parejita se había vuelto la sensación del colegio, ya que cuando todos se enteraron que ambos eran novios no había un alumno que no hablara de ellos. Y esto estaba por hacer explotar a Agustín, ya no lo aguantaba más.

Ya no era lo mismo con Moira, la chica se había ido alejando de Agustín poco a poco, y él lo sabía pero no tenía ni idea de cómo revertir esa situación. Ver como la chica que quieres se distancia de uno es demasiado doloroso y Agustín lo estaba sufriendo en carne propia.

Pero también había sido un mes en el que comenzó a realizar la mayoría de los trabajos con Celeste. La chica era inteligente y amable, era fácil poder trabajar con ella. Transmitía calma y confianza, irónicamente lo que más necesitaba Agustín en ese momento.

No eran amigos, pero sí compañeros. Tampoco es que hablaran en la escuela o que se juntaran después de clases, pero ambos sabían que si había que hacer un trabajo en equipo, los dos formarían uno. Agustín no sabía quién había impuesto eso o cuando lo acordaron, pero era como un pacto silencioso que tenían porque cuando la profesora mencionaba "trabajo en grupo", los dos se buscaban con la mirada y asentían.

Además, la chica había asistido cada fin de semana a todos los partidos que había jugado, aunque no hablaban de por qué la chica iba si se notaba que no le gustaba mucho el deporte, Agustín le agradecía internamente por estar y no dejarlo solo.

-¿Hay que medir la hipotenusa?- preguntó realmente confundido. Era un cero a la izquierda para las matemáticas.

Celeste lo miró y asintió y Agustín volvió a intentarlo. No tenían ningún trabajo que hacer, pero a veces también se juntaban para hacer la tarea, especialmente si era de matemáticas, ya que Agustín no cazaba ninguna.

Sus amigos lo cargaban diciendo que se juntaba con Celeste para aprobar las materias, ya que no encontraban otra razón para que siempre haga los trabajos con la "cerebrito". Así era como le decían a la chica y Agustín ya estaba harto de decirles que no era así y que no repitan ese nombre estúpido. Pero ellos no entendían, así que había decidido no darles más bolilla, seguían siendo sus amigos pero cuando salía ese tema, prefería ignorarlos y que pensaran lo que quisieran.

No entendía la necesidad de las personas de poner sobrenombres por el aspecto físico, la personalidad o los intereses. A Celeste le gustaba estudiar y era feliz, pero tenían que aparecer los demás sosteniendo que era nerd y poco popular, solo por sacar buenas notas y ser callada. No se tomaban el tiempo de conocerla de verdad y descubrir a una chica increíble, sincera y alegre, tal vez un poco tímida, pero una gran compañera.

-Agustín...- el susodicho levantó el rostro del ejercicio para mirar a la chica y la encontró totalmente colorada y nerviosa- ¿Tienes algo que hacer mañana en la noche?

El chico la miró sorprendida y ella pareció ponerse más nerviosa, movía desesperadamente las manos e intentaba decir algo para remedir lo anterior. Pero por extraño que parezca, a Agustín eso lo hizo sonreír internamente.

-No, estoy libre- aunque mañana por la noche era "viernes de series", pero últimamente no era lo mismo, sin Moira ahí presente no era lo mismo- ¿Por qué?

Eso pareció evitar cualquier ataque que la chica tuviera e incluso pareció relajarse, pero con la última pregunta volvió a sentirse incómoda.

-Ah, bueno... es que mañana es la Noche de los Museos y me preguntaba si...- realmente se sentía muy nerviosa y Agustín no quería verla sufrir.

-Me gustaría ir contigo- la chica abrió bien grandes los ojos y luego de recuperarse de la sorpresa, asintió lentamente.

-Mm... bueno. Empieza mañana a las ocho- dijo mientras movía el lápiz que tenía en su mano- Pero si no quieres ir, no importa- terminó bastante apresurada.

-Ahí estaré. ¿Nos encontramos en la entrada?- preguntó con una sonrisa. No quería que piense que lo hace por obligación porque no era así. Realmente tenía curiosidad por conocer un poco más a Celeste.

Ella aún bastante colorada, asintió con una sonrisa tímida. Luego, siguieron con la tarea de matemáticas y su hipotenusa endemoniada.

Ese viernes, Moira no asistió a clases y su grupo de amigas miraban muy mal a Ariel, aunque intentaban hacerlo disimuladamente habían fracasado olímpicamente. Agustín decidió no prestarles atención.

Ya eran cerca de las siete y treinta y él debía darse prisa para ir al Museo, pero justo en ese instante tocaron el timbre. Fue corriendo a abrir la puerta y que luego sus padres se hagan cargo de la visita. Pero se sorprendió demasiado al encontrarse frente a frente con Moira.

-Vengo por los viernes de serie- dijo alegre aunque Agustín notó que no estaba bien- Y traje helado- movió la bolsa que sostenía con la mano.

Agustín no sabía qué hacer, se encontraba en una encrucijada, pero con solo verla sabía que Moira no estaba bien.

-Por favor- su voz era suplicante y Agustín vio como las lágrimas se asomaban en sus ojos.

Sonrió y se hizo a un lado para dejarla pasar, la chica contenta se tiró en el sofá frente al televisor como siempre hacía.

-Tendrás que ponerme al día porque hace mucho que no la veo- eso le hizo recordar el abandono de la chica todos los viernes- ¿Ibas a salir?- inquirió sorprendida.

Él se miró. Claro que iba a salir, pero sabía que Moira lo necesitaba y además la había extrañado demasiado.

Negó con la cabeza y se sentó a su lado, pero antes mandó un mensaje.

No voy a poder ir, Moira llegó a casa y no está bien. Lo siento. Tal vez la próxima.

Celeste leyó el mensaje y sonrió con tristeza. Se hizo a un lado para que la gente pueda hacer la cola y entrar al Museo, mientras apretaba con fuerza las entradas para la convención de Supernatural, las que le iba a regalar a Agustín. Pero que ahora nadie utilizaría.


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Un nuevo capítulo!!! Espero que les haya gustado!

Estoy participando en los Premios Crazy Writer Awards con esta historia, si quieren pueden votar por ella y ayudarme (dejo el link en los comentarios). Gracias de todos modos!!!

Nos leemos en la próxima!!!

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