"Y sé que sé, que suena diferente. Tu futuro es un pasado en mi presente. Y hemos sobrevivido aunque no sé bien a qué, y es que andábamos tan perdidos".
El secreto de las tortugas – Maldita Nerea
Helena, la madre de Moira, dejó que pasara sola hasta la habitación de su hija, solo le indicó el camino que ella ya sabía de memoria producto de haber ido muchas veces.
La mujer se notaba decaída y Jennifer podía entenderla, perder al hijo que deseaste por tanto tiempo debía ser muy doloroso. Pero se notaba que estaba poniendo todas sus fuerzas para salir de ese pozo depresivo y continuar. Jennifer de verdad deseaba que lo lograra.
La puerta de la habitación estaba abierta y cuando Jennifer se acercó notó que Moira tenía un desorden importante de ropa. Dio unos golpes para hacerse notar, la cabeza de su amiga se asomó del ropero.
— ¡Jenni!— Moira gritó feliz y la abrazó con entusiasmo— ¡Qué bueno que hayas venido!
Su amiga siempre había sido demasiado expresiva, pero esto la tomó por sorpresa. Agustín la había llamado y contado toda la situación familiar y cómo se encontraba Moira con respecto a eso. Por eso, ella había decidido venir a visitarla, pero parece que estaba bastante bien.
—Me alegro de verte. Tengo tantas cosas que contarte— parecía que había tomado una sobredosis de cafeína, ya que no podía mantenerse quieta— Ven, siéntate— la arrastró directo a la cama.
—Veo que estás muuuuuy bien— alargó la vocal como una forma de acentuar algo obvio.
— ¡Es qué me ha pasado algo genial!— exclamó elevando la voz, pero luego pareció darse cuenta de algo— Espera— le dijo mientras se levantaba y cerraba la puerta de su habitación.
Acto seguido, volvió a sentarse junto a su amiga.
—No quiero que mi madre se entere— Jennifer enarcó una ceja ante la confusión.
— ¿Y qué es eso de lo que no se puede enterar?— indagó.
Moira sonrió y se acercó más a ella para poder susurrarle, lo que le hizo entender a su amiga que era algo importante.
—Tuve mi primera vez— la emoción estaba presente en su voz, mientras Jennifer la miraba sorprendida— ¡Lo hice con Nicanor!— intentó moderar el tono de su voz, pero era bastante difícil porque realmente estaba intentando contener toda su alegría.
— ¿Qué?— no supo muy bien que contestarle. Estaba realmente desconcertada, cuando vino a visitarla pensó que la encontraría desanimada, no que le contaría sus aventuras amorosas.
—Que tuve relaciones con Nicanor— especificó la chica como si no lo hubiera entendido la primera vez— Y fue genial, aunque debo reconocer que fue un poco incómodo porque el asiento trasero de su auto no era el mejor lugar y nunca pensé que así sería mi primera vez. Pero fue tan excitante y él es tan perfecto— terminó emocionada y con las mejillas rojas al recordarlo.
— ¿Entonces ya son novios?— hasta donde tenía entendido, no lo eran.
Su amiga pareció meditarlo.
—Técnicamente, no. Él le sigue diciendo a sus compañeros que solo somos amigos, pero yo sé que somos novios. O sea, nos besamos y acabamos de hacerlo, es obvio que somos novios.
—Moira, no quiero romper tu burbuja, pero no creo que él te considere su novia— no quería decir algo y herirla, pero necesitaba que se diera cuenta que tal vez Nicanor solo la estaba usando para un rato.
— ¡Claro que me considera su novia! Dices eso porque no lo conoces, pero él me ama totalmente y es tan sexi— volvió a perderse en sus pensamientos, seguramente sucios.
Jennifer negó y prefirió dejarlo por el momento, pero necesitaba ir a otro tema ahora.
— ¿Y Agustín?— eso descolocó a la morocha.
— ¿Agustín?— preguntó desconcertada, Jennifer asintió— ¿Qué tiene que ver Agustín?
Ella rodó los ojos.
— ¿Cómo qué tiene que ver? A ti te gustaba Agustín, ¿ahora ya ni te importa?— Moira la miró horrorizada al comprender a qué se refería.
— ¡A mí nunca me gustó Agustín!— gritó escandalizada, pero luego volvió a bajar la voz— Les dije mil veces que él y yo solo somos amigos, pero ustedes seguían insistiendo— terminó indignada.
—Pero...— quiso seguir porque Moira estaba claramente equivocada, pero su amiga no la dejó.
—Nada de peros. Agustín solo es un amigo y punto. Ahora pasemos a lo importante— la alegría volvió a su voz— Nicanor me invitó a que pasara la noche en su departamento y necesito que me cubras con mi madre, si le digo que pasaré la noche en tu casa me dejará ir— la miró suplicante.
Quería decirle que no. Nicanor no le agradaba ni un poco y por como trataba a su amiga menos. Pero era su mejor amiga y ella estaba totalmente emocionada por estar con él, además Moira la había cubierto varias veces cuando ella pasaba la noche con algún chico. Así que le debía varias.
—Está bien— dijo resignada.
Moira gritó emocionada y volvió a abrazarla.
— ¡Gracias! ¡Eres la mejor!
Jennifer le estaba dando un voto de confianza, tal vez Nicanor no era mal tipo. Rogaba no equivocarse.
+++
Agustín marcó el número y al tercer tono le contestaron del otro lado. Bastante rápido.
— ¡Hola Agus! Estoy un poco apurada, pero cuéntame qué pasa— podía escuchar el ruido de los autos como si Moira estuviera caminando por la calle.
—Necesitamos hablar— dijo más serio de lo que quería, pero finalmente había decidido que lo mejor era encararla.
No podía continuar con la duda y a pesar de que sabía que su amiga estaba de novia, necesitaba saber qué significaba ese beso. Ella le había prometido que hablarían, ahora era momento de cumplir la promesa.
—Estoy un poco apurada, tal vez en otro momento...— no iba a permitir que le diera muchas vueltas.
— ¿Por qué me besaste?— lo dijo directo y sin anestecia.
Hubo un largo silencio del otro lado de la línea. Agustín podía imaginarse la situación, seguramente Moira había frenado de golpe en medio de la vereda sin saber que decir.
— ¿Q-qué yo qué?— preguntó con la voz estrangulada.
—Antes de que te fueras de vacaciones, esa noche afuera del boliche, tú...— pero esta vez fue Moira quién lo cortó.
—Ahhh, esa noche. Mira ni me acuerdo porque estaba completamente borracha, pero si hice algo que te molestara, te pido perdón. Nunca fue mi intención hacerlo— habló de una forma muy acelerada y a pesar de estar hablando por teléfono, Agustín sabía que estaba mintiendo.
Moira sí estaba borracha, pero no tanto. Y él sabía que estaba muy consciente de lo que hacía.
—No hiciste nada malo, no te preocupes— tragó el nudo que se había formado en su garganta— Bueno, me tengo que ir. Adiós.
—Oye, Agu...— pero no podía seguir escuchándola, así que le cortó.
Moira había fingido amnesia. Ella estaba de novia con otro hombre. Ahora negaba haberlo besado. Y él no precisaba ser un científico para entender el mensaje.
Moira no lo quería.
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Maratón 1/5
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¿Cómo decir TE AMO?
Short StoryEmpezó por un crayón rojo y ¿cómo terminará? A veces no expresamos lo que sentimos con palabras, tal vez por duda, por vergüenza, por miedo al rechazo... pero sí lo hacemos con actos. Una historia de amor a través de los años. Logros obtenidos: -His...