4 de Julio de 2012.

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4 de Julio de 2012.

Eira

—¿Cuantos días es que lleva inconsciente el Individuo E14? —Tan inconsciente no me hallaba, pero tampoco estaba despierta. Mis ojos estaban cerrados, de mi boca no salía ni un hilo de voz, y solo el subir y bajar de mi pecho producto de mi respiración les confirmaba que estaba viva. Si bien no podía mover ni un musculo, podía sentir todo lo que le pasaba por mí cuerpo. La enorme sequedad, el ardor que sentía como si mi piel se estuviera cayendo y dejara al descubierto todo en carne viva.

Me dolía cada una de mis extremidades, las manos, los dedos, las piernas, la espalda fracturada en pequeñas partes me estaba matando, hasta el respirar me molestaba, pero no podía hablar, no podía hacer absolutamente nada al respecto. Solo seguir escuchando.

—Lleva exactamente dos días inconsciente —dijo una voz femenina que reconocí al instante como la de Enfys (nunca le volver a decir mamá a ella ni le volvería a decir papá a Aeron.)

Como desearía nunca haber sido hija de Aeron y Enfys. Pero de no haberlo sido, jamás hubiera tenido a mi amada gemela y a mi hermanito pequeño. No habría sido lo mismo. Era lo único por lo que podía estarles agradecida.

Antes de desmayarme, recordaba la voz de Asher pidiendo ayuda mientras me miraba horrorizado al ver que cerraba los ojos. Le había dicho que no me tocara, que yo era un monstruo, mientras lloraba desconsolada. Y en parte así me sentía. Me llenaba el pecho de angustia el desconocer el final que tuvo Acacia. Por más que la odiara, por más que me haya tratado como una basura, era una persona, era una vida entre muchas otras, y seguir acumulado muertes me hacía no querer despertar, no querer volver a causar más daño. Y aunque suene raro, tenía un porcentaje de sí querer abrir los ojos, por la simple razón de que querer volver a ver a mis hermanos.

—Hagan más análisis, hagan todo lo que este en sus manos y más si es necesario para que despierte. No me sirve un "intento" de alterado.

«Perfecto, solo eso necesitaba, ahora además ser una Anomalía, soy un intento de alterado que salió mal»

—¿Tardaran mucho con los análisis? —preguntó insistente Strucker, y no solo él estaba ansioso de que yo despertara, sino que por primera vez, él y yo compartíamos una necesidad.

—Un día aproximadamente —finalizó Aeron.

—De acuerdo, tomen todas las muestras necesarias y comiencen con el proceso.

Escuché una puerta cerrarse y asumí que el que se había ido era Strucker.

Sentí a mis padres moverse de aquí para allá. En un momento, una mano me tomó delicadamente del brazo derecho y al instante me dolió sentir un pinchazo en la zona opuesta del codo.

«Como odio las agujas»

—Yo también.

Recuerdo que cada vez que a Vysenya y a mí nos tocaban darnos las vacunas, la enfermera siempre nos decía que relajáramos el brazo, así ni percibiríamos el dolor. Y era verdad. Pero a diferencia de aquel momento con este, yo me hallaba en ese instante tendida sobre una cama, y con todo el cuerpo tenso, duro, seco y con los músculos más que contraídos producto de la gran deshidratación de mi cuerpo. Por esa razón, el pinchazo me dolió tanto como si me hubieran clavado una aguja colchonera en medio de la planta del pié.

Lo peor del proceso de "tomar muestras" de mi cuerpo, no fue la extracción de lo que yo especulo era sangre ¿Qué más podría ser? Sino que de mi brazo izquierdo, me arrancaron una porción de piel seca. Pero no lo hicieron rápido, como para que el dolor que vino se fuera tan rápido como apareció. NO. Sino que me lo sacaron tan lentamente que tenía de ganas de masajearles la tráquea con los dientes. Me estaba muriendo del dolor, y no podía hacer nada. Quería llorar, quería gritar, quería tirar todo por la ventana (si es que había una), quería tirarlos a ellos dos. Cuando terminaron de extraer tantas muestras de mi cuerpo como quisieron, volví a escuchar la puerta cerrarse. Y por fin, estaba sola.

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